Puede usted, lector, ordenarlo como guste: Ciego de Ávila o Camagüey, Tigres o Búfalos. Lo mismo da. Lo importante es que hoy, cuando se disputa el quinto partido de la final, uno quedará contra la pared y su rival se colocará a un paso de ceñirse la corona de la XVIII Liga Superior de Baloncesto en Cuba.
El actual subcampeón y el victimario de Capitalinos, monarca de la edición anterior, no logran romper la igualdad en los resultados entre sí y hasta este viernes, incluyendo los partidos de la fase preliminar del torneo, marchan empatados 4-4.
Ciego de Ávila, en casa, triunfó por 72-67 en el arranque de la final, y Camagüey respondió 78-71. Esos dos encuentros se dirimieron en la Giraldo Córdoba Cardín. Y en los dos siguientes, ganaron primero los agramontinos, 76-69, y, en el cuarto desafío, los avileños 82-81. Estos dos desafíos se disputaron en la Sala Rafael Fortín.
Pero hoy, en la capital agramontina, Ciego de Ávila o Camagüey, Tigres o Búfalos, uno de los dos, ganará el partido y podría dar un golpe de autoridad en el play off al mejor de siete desafíos.
Es que después de este viernes, a la disputa de la corona solo le restarán las fechas de lunes y martes próximos —si es necesario— en la sala Giraldo Córdova Cardín de la capital avileña, y el ganador del quinto desafío, Ciego de Ávila o Camagüey, Tigres o Búfalos, uno de los dos, solo necesitará un triunfo en dos partidos para acabar de subirse al trono del baloncesto cubano.
UN PUNTO DE EQUILIBRIO
El play off tuvo el momento más dramático en el juego 4, el miércoles último, cuando Ciego de Ávila se impuso 82x81 a Camagüey y evitó caer debajo 1-3, antes de afrontar un quinto encuentro en suelo de Ignacio Agramante.
Yunier Pérez, uno de los integrantes de la mancuerna letal de los actuales subcampeones, 14 segundos antes del final anotó los puntos 81 y 82 para concretar ventaja mínima para los Tigres.
Y a continuación, en lo que pareció una secuencia made in Hollywood, Yorman Polás, el líder de los Búfalos maniobró, dribló e hizo un tiro que…, finalmente, no se tradujo al marcador.
Concluyó así una intensa noche, en la que los dos equipos bajaron sus niveles de defensa, amén de que el ataque resultó más efectivo: 72 % en tiros de campo Camagüey, 76 % en tiros de campo Ciego de Ávila; los dos 70% en tiros libres.
Independientemente de la escena final, el partido se desequilibró debajo de los tableros. Allí mandaron los visitantes con tanta autoridad, que casi duplican los rebotes de los locales. Con el liderazgo de Joan Luis Haití (11), el otro integrante de la mancuerna letal, los Búfalos recogieron 24 rebotes (15 defensivos) y apenas 13 (5 ofensivos) los Tigres.
Haití, precisamente, encestó 27 puntos en 38:23 minutos sobre la duela; y 26 adicionó Yunier Pérez, en acción durante 37:11 minutos de un partido definido por marcadores parciales de 16-15, 26-20, 15-24, 25-22. William Granda fue el tercer hombre grande de Ciego de Ávila, con 13 unidades.
Para Camagüey, Polás jugó cada segundo del partido y anotó 21 puntos, los mismos que Yordany Jaca, activo por 38:18 minutos; y 14 agregó Yordanis Ramos Nicot.
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