Ya entró en la historia de los canastos —y hasta en la de los deportes en Cuba— el play off por el título de la XVIII edición de la Liga Superior de Baloncesto. Por derecho propio, sin parangón, como ninguna otra. Dicho así con pompas y todo.
Histórico ya es este duelo, que implica en el envite a un insólito finalista, Camagüey y se ha dado el “gusto” de disputarse a escondidas, a hurtadillas, en la clandestinidad, sin transmisión de la televisión, a espaldas, bien lejos, del criterio y la apreciación de los aficionados.
Ello, sin embargo, no le bastaba para inscribirse con letras doradas en la crónica del baloncesto cubano, ahí está, cual joya de lo absurdo, ese quinto juego que acabó como no debe terminar ningún desafío en ningún deporte en ninguna latitud —y acaso menos en el deporte de Cuba: ¡¡¡por forfeit!!!
Sí, por esa palabra innombrable, aplicada en circunstancias borrascosas, aún no esclareci-das, más o menos resumidas así (con los signos, caritas y símbolos de reacciones humanas existentes): A falta de diez segundos para completar los 40 minutos del partido, Ciego de Ávila protestó de modo insolente, descomedido, irreverente, tanto que ni el DT avileño, ni los árbitros controlaron la situación y no se completaron los diez segundos más largos del deporte cubano.
(Permítame una digresión para preguntarle, lector, ¿qué hubiera pasado, cuáles habrían sido las reacciones si Capitalinos era el protagonista de los sucesos de marra?).
Las sanciones, si proceden, se conocerán este lunes, antes del final del día, poco antes del sexto partido, un partido que puede alargar la vida de los Búfalos o convertir a los Tigres en los reyes de nuestro baloncesto.
De manera que poco o nada puede presagiarse respecto al encuentro, como no sea que será disputado. Quizás las penas que dicte la Federación de Baloncesto implican a más de un jugador avileño, lo cual puede condicionar el resultado, y los quizás, en este caso, no son supuestos sólidos para sostener criterios.
Cierto es que Camagüey, contra todo pronóstico, está delante 3-2 en la pugna por el título. Que esta noche enfrenta una de dos posibilidades para coronarse y completar lo inverosímil de este play off. Y que en la Giraldo Córdova Cardín Ciego de Ávila será un rival duro de tumbar.
Los muchachos del “lobo” Leonardo Pérez se impusieron en los juegos dos (78-71), tres (76-69) y cinco —ganaba 79-77 cuando se decretó el forfeit—, en tanto los subcampeones de la edición anterior se impusieron en el primer (72-67) y cuarto encuentros (82-81).
Eso es lo cierto. Y, también, que este partido de vida o muerte, tiene referente en la semifinal de la última edición de la LSB, cuando en un play off al mejor de cinco partidos, Camagüey necesitaba un triunfo para pararse en la final y Ciego de Ávila le pasó por arriba.
Entonces, los Tigres parecieron mininos. Está por ver si crecieron o si la historia se repite.
Términos y condiciones
Este sitio se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social. Recomendamos brevedad en sus planteamientos.