Cuba tuvo que esperar 16 años para retornar al podio olímpico luego de que el yate Kurush III, tripulado por Charles de Cárdenas Cumet y Carlos de Cárdenas Plá, padre e hijo, ganaran medalla de plata en la regata Clase Star. El ansiado metal se lograría esta vez en la capital nipona por medio de Enrique Figuerola en ocasión de los XVIII Juegos Olímpicos celebrados en el lejano oriente en 1964, primeros en Asia e inaugurados por el emperador Hirohito.
Fue el de Figuerola el único alegrón para la delegación cubana pues el resto de la comitiva integrada por 25 hombres y 2 mujeres no tuvo acceso a medallas; aunque hubo algunas pocas actuaciones destacadas, ofrecidas por la velocista Miguelina Cobián y los boxeadores Fermín Espinosa y Roberto “Chocolatico” Pérez Caminero.
Nuestras primeras presentaciones en la tierra del sol naciente fueron bastante alentadoras lo mismo en atletismo que en boxeo pues lo velocistas Miguelina Cobián y Enrique Figuerola dominaron sus respectivos heats clasificatorios en tanto los púgiles Fermín Espinos (54 kgs) y Félix Betancourt (67kgs.) ganaron convincentemente sus dos primeros combates de modo que la confianza cubana depositada en atletismo y boxeo tomaba mayor fuerza.
De Miguelina se esperaba una medalla sobre todo en los 200 mts. planos, pero la suerte le volvió las espaldas en la semifinal de esta distancia y se fue de Tokyo con las manos vacías. Sucedió que antes de la carrera llovió copiosamente y los charcos de agua estancados en la curva hacían muy difícil la demarcación de las carrileras lo que motivó que la cubana resultara descalificada al invadir otra senda. En los 100 mts. la Cobián había entrado quinta.
Con Figuerola no hubo casualidades. El bólido cubano había entrado tercero en semifinales y esto motivó inquietud entre los miembros de la delegación. La misma se disipó cuando al sonar el disparo de largada Figuerola, de magnífica arrancada, salió en punta y se mantuvo al frente durante los primeros 20 metros, distancia en la cual fue sobrepasado por el estadounidense Bob Hayes, quien se mantuvo al frente hasta el final, logrando establecer record olímpico con 10,0 segundos. La carrera entonces se centró enteramente en la porfía por el segundo lugar entablándose un duelo endemoniado entre el canadiense Andy Jerome y el nuestro, disputada metro a metro, centímetro a centímetro, hasta que al cruzar la raya, en medio de la expectación general, se hizo necesario acudir al foto-finish para determinar para quien era la plata. Ambos habían registrado 10,2 segundos y al anunciarse el triunfo del cubano se lograba la primera medalla olímpica después del triunfo revolucionario.
De los boxeadores Chocolatico Pérez, campeón panamericano un año antes en Sao Paulo, Brasil fue perjudicado con una decisión adversa frente al rumano Crudu, largamente protestada por los presentes. Respecto a Espinosa, había convencido en sus dos primeras salidas al cuadrilátero e iba por el pase a medallas cuando la comisión médica le prohibió combatir por presentar una lesión en la mano derecha sufrida en su anterior combate.
Félix Betancourt (67kgs.) Rafael Carbonell (51) Ignacio Hita (60) y Virgilio Jiménez (71) se fueron en blanco aún cuando Félix ganó su primer combate.
En Atletismo, el vallista Lázaro Betancourt fue eliminado en semifinales mientras que en Esgrima los floretistas Enrique Penabella y Mireya Rodríguez poco pudieron hacer. En gimnástica por equipos Cuba ocupó el lugar 15 entre 18 competidores; individualmente Carlos García, Andrés González, Luis de Pablo Hernández, Félix Padrón, Héctor Ramírez y Octavio Suárez también quedaron relegados.
Igual suerte corrieron nuestro único representante en Levantamiento de Pesas Ernesto Varona (más de 90 kilos) y los botes de cuatro y ocho con timonel, eliminados ambos en repechage.
Los XVIII Juegos se efectuaron entre el 10 y el 24 de octubre con participación de 93 países y 5151 atletas. El último portador de la antorcha olímpica fue Yashinori Sakai nacido en Hiroshima el mismo día, 9 de agosto de 1945, en que fue lanzada alevosamente la bomba atómica que costó la vida a más de 100,000 japoneses.
Por países Estados Unidos sumó 36 medallas de oro, 26 de plata y 28 de bronce; la Unión Soviética 30, 31 y 35 y Japón con 16, 5 y 8 medallas.
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