viernes, 20 de septiembre de 2024

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Legislaciones cubanas amparan la protección de nuestro patrimonio natural y cultural y establecen el modo de actuar ante su violación...

Ana María Domínguez Cruz en Exclusivo 05/05/2014
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contrabando de aves
Cuba no permanece inmutable ante las agresiones a su riqueza faunística.

¿Se imagina andar con 148 aves adheridas a su cuerpo? Puede ser un tomeguín, un sinsonte, un azulejo o incluso una cotorra o un catey. Las adormece y las “guarda” en el interior de un tubo de desodorante agujereado y con una cinta adhesiva puede mantenerlas pegada a sus piernas o a su abdomen.

Parece cosa de película o de locos… Sin embargo, es la forma que emplean no pocos inescrupulosos para extraer del país ejemplares de estas especies endémicas, burlando las leyes establecidas y el control aduanero existente en las terminales aeroportuarias del país. Disfrazarlos en los equipajes, como también suelen hacer con cocodrilos y otros animales disecados y caracoles es otra manera de actuar, a la que pueden sumarse otras más “ingeniosas”, en tanto las violaciones asociadas a la exportación ilegal de nuestro patrimonio natural.

Suset López Carabeo, especialista principal de la Aduana General de la República revela a Cubahora que fueron 153 los casos de contrabando de este tipo registrados en el país el año pasado, ante los que este órgano de control está facultado para actuar, a través del decomiso, la imposición de multas y la denuncia del hecho.

Nuestro país es signatario de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Flora y Fauna Silvestre, mediante la cual se determinan las cuotas de exportación de sus especies que no deben ser rebasadas, estén vivas, muertas, completas o por partes, explica.

“Es el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA) y en particular, el Centro de Inspección y Control Ambiental (CICA) los encargados de regular estas cuotas y las de importación, al igual que sucede en otros países”.

En el caso de que un pasajero desee exportar un ejemplar de nuestra fauna, ¿cuál es el proceder que debe seguir?

—El viajero debe portar el certificado de autorización, emitido por el CITMA, que es el documento que avala la salida del país de alguna especie. Si esta integra la lista de las que se encuentran en peligro de extinción, no se le otorgará el permiso y de querer hacerlo de todos modos, el ciudadano incurriría en un delito.

“En el 2013 se decomisaron 1815 especímenes por esta razón, de los cuales 1 637 fueron moluscos, caracoles quinconte, tritón, cobo y polimitas. Se incautaron además 154 huevos de aves, 363 piezas de artesanía con elementos naturales sujetos a regulación, 32 invertebrados, entre ellos estrellas de mar y carapachos de carey, así como 42 piezas de reptiles disecados.

“De enero a marzo de este año se han registrado 48 infracciones de este tipo, con las que hemos confiscado  229 moluscos, 128 huevos de aves, 15 animales disecados, 100 piezas de artesanía y 84,2 kilogramos de conchas de carey y partes de cobo”, destaca la especialista.

—¿Cuáles son los métodos de los que dispone la Aduana para detectar este tipo de casos?

—La técnica radiológica que aportan nuestros equipos nos permite detectar este tipo de acciones en el equipaje y con el método de la revisión física del pasajero tratamos de complementarlo, aunque realmente es la pericia del personal aduanero la que se pone a prueba en estas situaciones.

“En el caso de los casos que se han detectado en la Aduana de postal y envío, ha sido posible también por los equipos de Rayos X, y por la experiencia acumulada ya en el enfrentamiento de este tipo”.

La importación ilegal de especies, acota López Carabeo, es un aspecto importante de las acciones de control en las terminales aeroportuarias, pues cada país debe emitir certificados de autorización por el organismo correspondiente y los pasajeros deben portarlo.

¿FUGA DE LA CULTURA?

Colecciones u objetos de interés científico, productos de excavaciones y descubrimientos arqueológicos, elementos provenientes de la desmembración de monumentos artísticos o históricos, objetos y documentos etnológicos o folklóricos, mapas y otros materiales cartográficos, partituras y grabaciones sonoras originales, objetos etnográficos e instrumentos musicales aparecen como bienes culturales que, para su exportación, es imprescindible portar un permiso de salida o Certificado de Exportación emitido por el Registro Nacional de Bienes Culturales (RNBC).

También se incluyen en el listado manuscritos raros; libros y publicaciones editados hace más de 50 años; archivos fotográficos y cinematográficos; objetos de interés numismático, filatélicos y vitofílicos así como documentos y demás bienes relacionados con formadores de la nacionalidad y la independencia cubanas, dirigentes y personalidades sobresalientes.

Quien desee exportar alguno de estos bienes debe contar con la autorización emitida por el RNBC y en la Resolución 57/1994 del Ministerio de Cultura, donde se recogen todos estos bienes culturales que deben ser protegidos, se establece además que si no se presenta ese documento ante la Aduana, este órgano tiene la potestad para decomisar el bien ante un hecho catalogado como de contrabando. 

Según López Carabeo, fueron 302 casos los que se registraron el pasado año, en los que no se cumplieron los requisitos establecidos de documentación, por lo que se decomisaron 2 639 bienes culturales, de los cuales 2 285 pertenecían al grupo de las artes decorativas.

Hasta marzo del presente año han sido detectadas 68 infracciones de este tipo, con la confiscación de 885 bienes, añadió.

—En el caso del patrimonio cultural, ¿cuán efectivo es el proceder de la Aduana para evitar la exportación de bienes culturales cubanos?

—El Decreto 277/96 del Consejo de Ministros ampara en su artículo 6.20 nuestro proceder en situaciones en las que se intente extraer ilegalmente del país algún bien cultural con valor patrimonial.

“Para velar por el cumplimiento de la legislación correspondiente,  un especialista del RNBC está presente todas las terminales aeroportuarias del país y en ellas puede evaluar alguna que otra obra u objeto, como las pinturas frescas que se venden en las ferias, y emitir el permiso de exportación si el pasajero no cuenta con este documento.

“Realmente no abundan casos relacionados con obras de las artes plásticas que pretendan sacarse del país de manera ilegal, aunque en ocasiones los hemos detectado, pues se han intentado “disfrazar” entre otras obras que no poseen igual valor patrimonial, pero que también deben venir acompañadas de un permiso de exportación”, asevera López Carabeo.

Lo más frecuente es encontrarse personas, en especial cubanos que residen en el exterior, que desean llevarse relojes, sobre todo de la marca Cuervo y sobrinos; vajillas, cubiertos, lámparas de techo o de mesa, adornos y otros objetos que, aunque pertenezcan a una familia, pueden tener valor museable y en esos casos, no pueden extraerse sin la documentación requerida,  detalló.

Señala López Carabeo que en el caso de la importación de una obra al país con el objetivo de ser restaurada, certificada o en calidad de regalo, el pasajero debe arribar con un documento de autorizo del país de origen. “El especialista de la terminal emite un permiso de importación temporal en caso de que el bien retorne con el pasajero o solo de importación si permanecerá en el país”, apuntó.

No es fácil entonces la detección de casos asociados a la salida del país de bienes patrimoniales, especifica  la especialista, pues la clave está en la preparación del aduanero que pueda “descubrir” estos objetos en el interior de los equipajes a través de la técnica de los Rayos X.

“El aduanero debe realizar además una revisión minuciosa de los documentos, pues la violación de alguno de los pasos del procedimiento establecido, por error humano o con intencionalidad, desencadenaría la fuga de elementos vitales de nuestro patrimonio”.

Sin embargo, el enfrentamiento es eficiente, enfatiza, pues la Aduana cuenta también con la información adelantada, sistema de datos en el que se registran aquellas personas con antecedentes en este tipo de hechos, además de la información de los grupos operativos y las alertas que emite el RNBC a partir de la ocurrencia de un robo, por ejemplo.  

Es nuestro deber que el patrimonio cubano, cultural y natural, se quede en el territorio, agrega, porque lo nuestro es nuestro, y no podemos permitir que se nos escape o comercialice en nuestras propias narices.

 


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Ana María Domínguez Cruz

"Una periodista cubana en mi tercera década de vida, dispuesta a deslizar mis dedos por el teclado".


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