Por: Eduardo Rodríguez Dávila, Ministro de Transporte de la República de Cuba
Es muy conocida la frase entre los ferroviarios, de que el ferrocarril cubano nace en la Empresa Industrial de Instalaciones Fijas, conocida como la "planta o fábrica de traviesas", ubicada en Santa Clara y aunque no sea exactamente así, tiene su explicación técnica en la utilidad de las traviesas de hormigón como parte de la infraestructura por donde circula el material rodante.
En la planta de traviesas se fabrican además, otros elementos indispensables para la vía, como los conjuntos de fijaciones y largueros especiales para conexiones. Cuenta, además, con la Unidad Empresarial de Base Cantera de Guáimaro (en Camagüey), donde se produce parte de la piedra que se utiliza actualmente en la vía férrea. Todos estos recursos se emplean en la atención a la infraestructura, incluso definen la complejidad del mantenimiento que se planifica anualmente.
La entidad dispone de dos líneas de producción de traviesas, una de tecnología soviética, con más de 40 años de explotación, donde se fabrican los largueros y traviesas especiales y otra moderna línea italiana, instalada en el 2010, con una capacidad de fabricar 180 mil traviesas al año.
Desde el 2018, la fábrica atraviesa una difícil etapa, desde el punto vista productivo. En el 2023 solo se pudieron entregar 7290 traviesas, lo que representa el 4 % de su capacidad, situación que repercute en el mal estado técnico de la infraestructura lo que obliga a disminuir la velocidad en la circulación de los trenes y a priorizar los limitados recursos disponibles en las vías principales, lo que afecta la atención técnica de las vías industriales y otras de menor tráfico ferroviario.
La causa esencial ha estado asociada a la falta de insumos y materias primas de importación, incluidos los productos químicos y metales para la fabricación de las traviesas de hormigón y las fijaciones.
Ante ese complejo escenario y en aras de evitar el éxodo de personal y operarios calificados, la fábrica optó por otras alternativas productivas, que han contribuido a programas de interés en el territorio con la producción de elementos de hormigón, morteros y piezas de polietileno. Ello ha permitido aprovechar la tecnología instalada, y alcanzar resultados productivos y económicos.
Hoy se respiran otros aires en la planta, pues en el 2023 se pudo acceder al financiamiento generado por los propios ingresos en divisas del sistema del Transporte. Ello permitió importar a finales de año las materias primas para fabricar un primer lote de 15 mil traviesas de hormigón con sus juegos de fijaciones, las que ya están produciéndose.
Actualmente están en proceso de contratación los insumos para un segundo lote de 60 mil traviesas, que deberán arribar al país durante este año para comenzar su fabricación, consiguiéndose, además, asegurar la moneda nacional necesaria a través del Fondo de Desarrollo del Transporte, lo que impactará de manera positiva en la optimización del presupuesto anual destinado a la infraestructura ferroviaria.
Hoy en día la fábrica de traviesas la dirige una experimentada mujer ferroviaria, que cuenta con un colectivo de avezados trabajadores, donde también se suman jóvenes, incluido un pelotón de 40 soldados pertenecientes al Ejército Juvenil del Trabajo, con posibilidades de mantenerse laborando en la entidad una vez concluyan el servicio militar obligatorio.
El principal reto para este año será, sin dudas, el de garantizar la producción de las traviesas de hormigón y fijaciones para el ferrocarril, sorteando la compleja situación electroenergética y las limitaciones con los combustibles, a sabiendas de que esta fábrica es alta consumidora, lo que les exigirá adoptar medidas organizativas para cumplir con los planes previstos y perdure la frase de que el ferrocarril cubano nace en la fábrica de traviesas.
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