La primera hoja aun pende en el almanaque del 2020, que tendrá un febrero reservado para mis setenta. Como muchos cubanos repaso las notas del tortuoso camino histórico de 61 años de transformaciones y cambios en la isla antillana.
«Nosotros, los sobrevivientes,
¿A quiénes debemos la sobrevida?
¿Quién se murió por mí en la ergástula,
Quién recibió la bala mía,
La para mí, en su corazón?»
De los años previos al triunfo de las fuerzas rebeldes, aun cuando los mayores de la familia limitaban los comentarios en presencia de los niños, siempre quedaron vivencias del clandestinaje en tiempos de la tiranía de Batista...
Aquel señor que pintaba la fachada de la casa en abril 1958 y se bajó de la escalera afirmando:”Bueno hay huelga y yo me voy…”. Los jóvenes que irrumpen en la academia “La Luz” y recuerdan al director: «El Movimiento dispuso que este 26 de Julio no había clases ¡cierre la escuela¡» Bajo los efectos de la sorpresa , recogimos los libros y fuimos a la casa.
En septiembre de 1958, la tía que era lavandera del Hospital provincial nos recogió alarmada por los sucesos del rescate de revolucionarios conducidos en el Carro Celular. “Hay un tiroteo y heridos dijo a mi mamá en el portón de la casa…yo recogí a todos los muchachos”. Una noche, no recuerdo el mes, el juego del “topa tieso” en la calle se interrumpe por unos hombres quienes insistentemente querían que nos fueran para nuestras casas. En la sala, escuchamos el “bombazo” en una tienda de cocinas y gas licuado en la esquina. Al bodeguero que le pusieron planchas calientes en los pies, pero era inocentes de las cadenas lanzadas a los cables eléctricos.
En el último mes del año 1958, el ambiente pueblerino de Camagüey está en tensión, como acontecía en otras localidades cubanas. Se avivaba la llama revolucionaria con los combatientes rebeldes en los lomeríos de la isla y los milicianos clandestinos del llano.
Recuerdo junto a mi esposa Elia la censura de prensa impedía conocer los hechos tal la historia verdadera, pero no las noticias que corrían de boca en boca y también transmitía la emisora de Radio Rebelde, que las personas mayores escuchaban con el volumen bajo en la cocina.
Podían ellos captar, también, los rumores que traían la gente de campo a la ciudad, sobre las guardarrayas enlodadas llenas de huellas del paso de muchas personas, las cercas cortadas, el ir y venir de aviones, el hormiguero de “casquitos”, apelativo dado a los soldados batistianos.
Mientras el país se desangraba, el 3 de noviembre de 1958, Fulgencio Batista convoca elecciones presidenciales. La farsa electoral tuvo una abstención extraordinaria. Nosotros somos de los guardamos celosamente las células electorales de nuestros padres.
Los días finales de diciembre, los novios de mis dos hermanas se quedaban a dormir en la sala. Doña Isabel había sido convincente: “La cosa no estaba para que los jóvenes anduvieran por las desoladas calles de la ciudad”. Elia recuerda al tío Alcibíades, que aunque no hubo cena especial de fin de año, recorrió las casas de los vecinos brindando con una botella de sidra, pero esta vez “por un nuevo año sin Batista”. Todos sonreían la ocurrencia…y la secundaban.
El primero de enero se confirmaba, en medio de una efervescencia popular, la huida del tirano Batista. En las horas subsiguientes comenzaron a aparecer en la ciudad los “barbudos” modestos, humildes, que respondían a los saludos de la gente de todas las edades, quienes querían colmarlos de atenciones en alimentos, lavado de la ropa y construcción de barricadas.
Contagiosa la alegría al amanecer del día cuatro de enero, cuando recorre las principales calles de la ciudad la Caravana de la Libertad y el trascendental discurso del Comandante en Jefe del Ejército Rebelde, frente a una multitud congregada en la Plaza de la Caridad.
Para el 2020 también hay un reto de supervivencia frente al criminal bloqueo del gobierno de los Estados Unidos, aunque nos tiraron a matar, como expresó el presidente Miguel Díaz-Canel al referir los retos y agresiones que soportó la población cubana.
Todos seremos continuidad de quienes nos enseñaron a ser siempre vencedores en una sociedad de todos y para el bien de todos. El presente resultará tan veloz como en los tiempos pasados aun cuando serán 366 hojas en el calendario, pues el 2020 es bisiesto.
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