En mi época de estudiante de la Enseñanza Media, a mi generación la machacaban durante las clases de literatura con poemas como Tengo y No sé porque piensas tú, mientras se relegaban sus formidables sonetos, sus poemas de amor, los versos llevados al pentagrama por los grandes músicos cubanos.
Por ello, el descubrimiento de la poesía de Nicolás Guillén, desde un pupitre, me dejó indiferente. Todas aquellas piezas no me emocionaban, a pesar de la sobreactuación de la profesora al recitarla. Hago una salvedad: siempre me gustó La balada de los dos abuelos.
Mi padre, un gran conocedor de la poesía cubana, fue quien me descubrió el otro Guillén. Con la temeridad y el desparpajo con que nos dota la adolescencia, se lo hice saber a la profesora. La respuesta me dejó helado: “No están en el programa de estudio”.
Años después era yo el profesor y otros los estudiantes que rechazaban los poemas impuestos por el programa escolar. Pero tuve dos ayudas: la de Cintio Vitier, con su formidable libro Cincuenta años de poesía en Cuba, quien me reveló la esencia de poemas trascendentales como Iba yo por un camino.
Para mi suerte, algunos cantautores, como Ana Belén, Víctor Manuel y Pablo Milanés, habían dotado de una sonoridad más contemporánea a la obra de don Nicolás. Y sus canciones sirvieron de gran soporte a mis argumentos ante el auditorio juvenil.
DE CAMAGϋEY A LA POSTERIDAD
Nicolás Cristóbal Guillén Batista nació el 10 de julio de 1902, en la ciudad de Camagüey. Hijo del periodista y político liberal Nicolás Guillén Urra y de Argelia Batista Arrieta, la muerte del padre, durante una revuelta política en 1917, significó la ruina económica de la familia.
No obstante, la familia conservó un elevado nivel cultural y social La madre, mujer de recio carácter, se encargó de la formación de sus hijos y del hogar. El joven Guillén se graduó de bachiller en 1919 y comenzó a publicar versos y artículos en revistas como Camagüey, Gráfico y la manzanillera Orto.
Matriculó Derecho en la Universidad de La Habana (1922), pero dejó enseguida la carrera. En ese año completó su primer volumen de poemas, Cerebro y corazón, marcado por la estética del modernismo, que solo se hizo público en 1972, al editarse sus Obras Completas.
En este libro, definió su concepción de la existencia en la pieza Palabras fundamentales: “Haz que tu vida sea/ campana que repique/ o surco en que florezca y fructifique/ el árbol luminoso de la idea. Alza tu voz sobre la voz sin nombre/ de todos los demás, y haz que se vea”.
La publicación de Motivos de son (1930) lo consagra como poeta de primer orden. La enorme acogida popular de sus versos se vio subrayada por la musicalización de sus piezas por afamados compositores, Alejandro García Caturla y Eliseo Grenet, entre ellos.
Motivos de Son significó toda una conmoción en la literatura cubana, pues al decir de un crítico, “el son entraba a la poesía como una forma rítmica apoyada en una visión de la gracia, el color y la vida explotada del negro cubano”.
Lamentablemente muchos han querido encasillar a Guillén dentro de la llamada “poesía negra”, sobre todo después de la aparición de Sóngoro cosongo (1931).
Coincido con Nancy Morejón, quien afirma: “No entendieron jamás que se trataba de la aparición de una poesía que hablaba al negro y del negro para hallar su justo papel en la cultura nacional y para definir su aporte a ella. No es el negro como elemento aislante sino como elemento integrante”.
El propio Guillén definió Sóngoro cosongo como “versos mulatos. Participan acaso de los mismos elementos que entran en la composición étnica de Cuba (...) Por lo pronto, el espíritu de Cuba es mestizo. Y del espíritu hacia la piel nos vendrá un color definitivo. Algún día se dirá: color cubano".
A continuación puso a disposición de los lectores West Indies Ltd. (1934) y Cantos para soldados y sones para turistas (1937). En España: poema en cuatro angustias y una esperanza(1937), se definía a sí mismo como hijo de ese país, de América y de África,dispuesto incluso a morir en la lucha contra el fascismo.
Ese año asiste al Segundo Congreso Internacional de Escritores para la Defensa de la Cultura, celebrado en Valencia, cuando la península se halla en plena guerra civil. Allí ingresa en las filas del primer Partido Comunista de Cuba.
Sin relegar sus actividades políticas ni su quehacer periodístico en el diario Noticias de hoy, continuó sus notables aportes a la lírica nacional: El son entero(1947), La paloma de vuelo popular (1958).
CON LA REVOLUCIÓN EN EL PODER
Durante la tiranía batistiana Guillén tuvo que exiliarse. Regresó a Cuba en 1959 y reanudó su trabajo en el periódico Hoy. En 1961 lo eligen presidente de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), cargo que asume hasta 1985. Sus textos periodísticos son recopilados en Prosa de prisa (1963).
Continuó con su obra poética: Tengo (1964), El gran zoo (1967), La rueda dentada y El diario que a diario, ambos en 1972, entre otros. Integró el Comité Central del Partido Comunista de Cuba desde su creación (1965) y resulta electo diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular (1977).
Recibió entre otras condecoraciones, la orden José Martí, la más alta de su tipo del Estado cubano, y el Premio Nacional de Literatura 1983. Ya mucho antes el pueblo le había otorgado el título de Poeta Nacional. Falleció en La Habana el 16 de julio de 1989.
TENGO
Cuando me veo y toco
yo, Juan sin Nada no más ayer,
y hoy Juan con Todo,
y hoy con todo,
vuelvo los ojos, miro,
me veo y toco
y me pregunto cómo ha podido ser.
Tengo, vamos a ver,
tengo el gusto de andar por mi país,
dueño de cuanto hay en él,
mirando bien de cerca lo que antes
no tuve ni podía tener.
Zafra puedo decir,
monte puedo decir,
ciudad puedo decir,
ejército decir,
ya míos para siempre y tuyos, nuestros,
y un ancho resplandor
de rayo, estrella, flor.
Tengo, vamos a ver,
tengo el gusto de ir
yo, campesino, obrero, gente simple,
tengo el gusto de ir
¡es un ejemplo¿
a un banco y hablar con el administrador,
no en inglés,
no en señor,
sino decirle compañero como se dice en español.
Tengo, vamos a ver,
que siendo un negro
nadie me puede detener
a la puerta de un dancing o de un bar.
O bien en la carpeta de un hotel
gritarme que no hay pieza,
una mínima pieza y no una pieza colosal,
una pequeña pieza donde yo pueda descansar.
Tengo, vamos a ver,
que no hay guardia rural
que me agarre y me encierre en un cuartel,
ni me arranque y me arroje de mi tierra
al medio del camino real.
Tengo que como tengo la tierra tengo el mar,
no country,
no jailáif,
no tennis y no yatch,
sino de playa en playa y ola en ola,
gigante azul abierto democrático:
en fin, el mar.
Tengo, vamos a ver,
que ya aprendí a leer,
a contar,
tengo que ya aprendí a escribir
y a pensar
y a reír.
Tengo que ya tengo
donde trabajar
y ganar
lo que me tengo que comer.
Tengo, vamos a ver,
tengo lo que tenía que tener.
Francisco Rivero
16/7/14 21:12
Sr.Pedro Antonio Garcia gracias por su articulo que aprecie, hace unos dias usted brindo a los lectores un trabajo suyo en referencia al patriota cubano Juan Gualberto Gomez. Estimo que en su labor periodisticas es atento a resaltar en favor del conocimiento publico a personalidades importante a no olvidar. Hace 25 años asisti al entierro de Nicolas Guillen en compañia de un buen amigo, el escultor y profesor cubano José Flower ( fallecido ). Tengo muy presente la gran multitud que acompaño el sepelio del POETA hasta el cementerio de Colon, cuyos acesos fueron cerrado atendiendo al gran numero de personas alli presente. Ante esta situacion mucho de los presentes nos dimos a la tarea de buscar una entrada alternativa y nos vimos saltando el alto muro del cementerio en el animo y la volunta de estar proximo a este cubano de bien. No fue un adios de tristeza fue un momento unico y luminoso en ese mes de julio del año 1989. Un saludo cordial.
Arnaldo García Martínez desde FB
16/7/14 14:04
Nuestro poeta nacional
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