//

viernes, 13 de junio de 2025

Travesía: Monumento Nacional en homenaje a José Martí

Travesía, localidad del municipio holguinero de Urbano Noris, mira erguido un monumento nacional que recuerda los hechos históricos ocurridos el 10 de mayo de 1895, cuando Martí, Máximo Gómez y un grupo de holguineros se reunieron para acampar...

Reynaldo Zaldívar en Exclusivo 10/05/2025
0 comentarios
Travesía: Monumento Nacional en homenaje a José Martí
Un grupo de jóvenes e intelectuales rindieron tributo a José Martí en el Monumento Nacional localizado en Travesía, del municipio holguinero Urbano Noris (Reynaldo Zaldívar / Cubahora)

La primera vez que llegamos hasta aquí, Travesía era un lugar cansado, ausente de juventud, al que le nacían, como estrellas caídas, las ausencias. Después de muchas visitas y de una campaña de rescate espiritual que ha ido desde las redes sociales y la prensa hasta actividades comunitarias, en este lugar sagrado vuelven a tomar café en jarrito Martí, Gómez y los holguineros que le escuchaban apasionados, de seguro, hablar sobre la ruta más cercana para que Cuba fuese libre e independiente.

En su diario Martí describe, el día 10 de Mayo de 1895, los barrancos del Río Cauto a la entrada de Travesía. Foto del autor

Al fondo, dos firmes columnas y dos jóvenes palmas. Columnas como las que aquel 10 de mayo de 1895, llamadas Máximo Gómez y José Martí, asentaron aquí campamento. Palmas frescas como esos jóvenes que miran, ávidos, la tierra entre ríos y barrancos donde se hace día a día la Historia. Columnas y palmas, experiencia y fervor, compromiso y fe en los conductos que en Cuba hacen posible la Patria, deseos de hacer la Patria cada día para Cuba.

Venía crecido el río Cauto aquel 10 de mayo, con su curso ancho en lo hondo. Y Martí, a quien la tierra en guerra no le arrancó nunca la poesía, escribió en su diario que la imagen virgen de este lugar le hacía pensar en "las pasiones bajas y feroces del Hombre".

Esta parte del Río Cauto suele ser baja y estrecha. Cuando llueve mucho, crece rápido y sus márgenes se ensanchan y profundizan. Así lo percibió Martí, pues llovía con insistencia los días que transitó por la zona. Foto del autor

Aquí supo Martí que al capitán Pacheco unos cubanos le habían maltratado su casa, le habían roto el burén y que para colmo, de entre esos cubanos había gente que, sin hacer nada por Cuba, recibían más honra que aquellos que estaban entregando el alma en la pelea. Pacheco, según describe el Apóstol, venía con las pantorrillas desnudas, con el pantalón sobre la rodilla y los zapatos acordonados con un yarey... pero dice que no había venido a aspirar, sino a servir a la Patria. Martí repite varias veces esta expresión en las notas que deja en su diario, como asomando para las nuevas generaciones un adagio, el golpe de ajustar el corazón para los que se acerquen a la ofrenda del servicio público con otra motivación que no sea la del bien redondo de Cuba. Eso ha de ser lo más importante, el bien redondo y común, el de todos, para que la patria sea honor y felicidad para todos.

En este sitio, Máximo Gómez, tan cubano como todo el que se acerque a nuestra isla a defenderla, daba vueltas a su jarrito con café recién preparado mientras lamentaba la rebelión de Vicente García, que había, entre tantas otras contradicciones, contribuido al retroceso de la independencia.

Vista frontal del monumento. Foto del autor

¡Tenía apenas 24 años Martí cuando le escribió la primera carta a Máximo, una carta que nunca le llegó, pero que dejaba ver a un muchacho con unas pasiones inequívocas por Cuba! Y luego vienen aquellas de afecto entre ambos, y las de estarse dolidos y molestos el uno con el otro, y las de reunir los poderes de la guerra y del intelecto porque a Cuba nunca le ha hecho falta contiendas entre los que la aman, sino unidad para hacer posible sus flores y sus frutos. Aquí, en Travesía, aquel 10 de mayo esos dos hombres de edades distantes tomaban café en jarrito y hablaban, en perfecto equilibrio, de cómo había que amarse a Cuba y defenderla.

Y esto es, ¡ha de ser!, una lección para nosotros, que a veces andamos diciendo que esta o aquella es la manera de "echar pa' lante" a Cuba cuando ya Cuba se nos adelantó y anda esperando a que dejemos de discutir los unos con los otros y trabajemos unidos para alcanzar el éxito.

Vista trasera del Monumento desde la subida del río Cauto. Foto del autor

Miren este monumento; las fotos que guardamos de la primera vez que vinimos distarán mucho de las que se hagan este día. Colorido, pulcritud, hombres jóvenes como estas palmas y hombres como las columnas detrás de ellas miran rinden tributo al Apóstol pues se cumplen 130 años de que José Martí acampó aquí más vivo que nunca, con el pecho hinchado de sano orgullo porque se sabía útil a la causa noble y justa de la libertad.

Propongo que este homenaje sea el festejo de la vida, de un Martí que llegó hasta aquí en 1895 y se ha quedado entre nosotros porque, como dijo en carta a Carmen Miyares, gran cariño ha encontrado en Holguín.


Compartir

Reynaldo Zaldívar

Escritor y martiano. Papá de Salma.


Deja tu comentario

Condición de protección de datos