Treinta años de resistencia y de lucha

Cuando escuché que el calendario tendría dieciocho meses, me pareció una broma para motivar la presentación de un plan de propaganda de los camagüeyanos para obtener por segunda ocasión la sede del acto nacional por el 26 de julio.

La vida en esos quinientos cuarenta y tantos días demostró la seriedad de los acontecimientos que movilizaron a los hombres y mujeres de todas las generaciones en cada rincón urbano o una zona rural. Las condiciones materiales eran diferentes y la masiva movilización para el trabajo voluntario fortaleció la voluntad de alcanzar ese objetivo.

Y lo logramos.

Fidel estuvo aquí el 26 de julio de 1989, junto a todos, en la conmemoración del aniversario 36 de los asaltos a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes.

La cita nacional anterior fue en el año 1977, compartida con la naciente provincia hermana Ciego de Ávila, tras la primera división político – administrativa después del triunfo de la Revolución que estructuró a 14 provincias y el municipio especial Isla de la Juventud. (En el año 2010 se modificaron varios territorios en el occidente de la Isla y surgieron otras dos más)

El discurso del líder de la Revolución hace treinta años es rememorado por estos días por su trascendencia histórica y el cual se puede considerar como un punto de partida referencial cuando todos nos proponemos ir por más en un escabroso camino propuesto por el gobierno estadounidenses para sofocar el perfeccionamiento de nuestro modelo económico.

Por un lado, el Comandante en Jefe destacaba el espíritu de lucha de los camagüeyanos en la construcción de alrededor de mil obras en los sectores agropecuarios, de la construcción y de la economía y los servicios en general para beneficiar a la población.

«Para celebrar este 26 de Julio, la provincia ha terminado más de 1 000 obras, que van desde un pequeño centro de trasplante de embriones, que puede tener unos 800 metros cuadrados, hasta un edificio de más de 100 apartamentos y 26 plantas (…)

Ayer hicimos un recorrido con un numeroso grupo de periodistas, ellos estaban admirados; más que admirados, asombrados (…)»”

Como jefe de información del Centro Internacional de Prensa, acondicionado en las nuevas instalaciones de la Escuela Provincial del Partido “Cándido González Morales”, percibí los rasgos de admiración de los periodistas, algunos enviados en búsqueda de la repercusión del proceso judicial contra los procederes de un grupúsculo que pusieron en peligro la seguridad de la Patria.

La vinculación de los profesionales con las obras, el nivel de entusiasmo del pueblo y el encuentro con Fidel durante los recorridos por la provincia, cambiaron muchas líneas de pensamiento. Son varias las anécdotas en la competencia por la primicia informativa.

Por otro lado, también sorprendió a la prensa y a los visitantes, la manera en que Fidel detallaba los problemas económicos en el mundo, en especial las dificultades en el campo socialista, del cual dependía el desarrollo de nuestro proceso socialista.

«… porque si mañana o cualquier día nos despertáramos con la noticia de que se ha creado una gran contienda civil en la URSS o, incluso, que nos despertáramos con la noticia de que la URSS se desintegró, cosa que esperamos que no ocurra jamás, ¡aun en esas circunstancias Cuba y la Revolución Cubana seguirían luchando y seguirían resistiendo!»

Fue una especie de presagio al período especial en tiempo de paz, pues tras el colapso de la URSS en 1991 disminuyó considerablemente el suministro de petróleo, más de la mitad de alimentos y otros productos, el acceso a líneas de financiamiento y las posibilidades de adquirir manufacturas y equipamientos.

En acciones oportunistas, Estados Unidos recrudeció el bloqueo y puso en marcha las leyes extraterritoriales  Torricelli y Helms-Burton…«¿Por qué resistimos? –destacó el líder de la Revolución al periodista Ignacio Ramonet, en Cien horas con Fidel– Porque la Revolución contó siempre, cuenta y contará cada vez más con el apoyo del pueblo, un pueblo inteligente, cada vez más unido, más culto y más combativo.. .»

El tercer acto nacional fue en el año 2007. Según destaca la MSc. María Delys Cruz Palenzuela, periodista de “Adelante” en su Tríptico de un 26 en Camagüey: 1977, 1989 y 2007, el General de Ejército Raúl Castro, entonces Segundo Secretario del Partido, valoró la manera en que los cubanos enfrentaron a los retos del Período Especial, con resultados un diametralmente distinto al que esperaban nuestros enemigos, pues nunca cederá un ápice ante intentos de presión o chantaje de país o grupo de países alguno.

A treinta años del memorable discurso de Fidel en Camagüey, el pueblo cubano es consecuente con los legados de la historia.

Como expresara el Presidente de los Consejos de Estados y de Ministros, Miguel Díaz-Canel Bermúdez en la Asamblea Nacional del Poder Popular, nos consagramos a buscar soluciones en el enfrentamiento a la compleja situación económica creada por la actual administración estadounidense.

Nada, ni nadie nos impedirá ir por más.