Sitio imprescindible para conocer el legado del Héroe Nacional Cubano es la llamada Casita de Martí, donde nació el Héroe Nacional cubano José Martí hace justamente 162 años.
Siendo una niña tuve la oportunidad de conocer por vez primera este santuario, convertido en museo el 28 de enero de 1925, en el aniversario 72 del natalicio del Maestro, gracias a la labor de cubanos dignos que estaban conscientes de la importancia de rescatar la figura del Apóstol de nuestras guerras de independencia.
En 1899 un grupo de emigrados cubanos radicados en Cayo Hueso develaron una tarja en su fachada. Fue precisamente el periodista y abogado Arturo de Carricarte y de Armas, quien dedicó los mayores esfuerzos a recopilar, ordenar y conservar objetos y documentos del prócer.
Porque recordar el pasado es la mejor manera de preservar la historia para las futuras generaciones se hace imprescindible hoy más que nunca revisitar las ideas de Martí. Una de las maneras de hacerlo es penetrar en la humilde morada donde viera la luz el más universal de los cubanos.
En la calle Leonor Pérez (antigua Paula) de La Habana Vieja, se alza la casita, construida a principios del siglo XIX muy cerca de la Muralla, con sus paredes de argamasa y techo de tejas.
Muchos años de desidia institucional transcurrieron para que la casa tomara el valor que realmente merece. En 1949, la Comisión Nacional de Etnología y Monumentos, declaró el inmueble de estilo colonial, como Monumento Nacional.
Durante la República, la casita de Martí sufrió muchos altibajos hasta que finalmente, el 28 de enero de 1963, en homenaje al aniversario 110 del natalicio del Apóstol, el museo reabrió sus puertas, luego de una restauración capital, con el nombre oficial de Casa Natal de José Martí.
Posteriormente, en 1978, la Comisión Nacional de Monumentos, declaró como Monumento Nacional, los documentos originales y manuscritos de Martí.
Recuerdos de su niñez son la cucharita de paladeo, la toalla y el gorrito de canastilla que acompañaron al único hijo varón del valenciano Mariano Martí y la tinerfeña Leonor Pérez, durante la ceremonia de bautizo en la Iglesia del Santo Ángel del Custodio.
Entre cartas, manuscritos y otros artículos valiosos sobresale el grillete que tenía atado a su tobillo el preso número 113 de la cárcel de La Habana: el adolescente Martí de solo 17 años. Este objeto, que rememora un momento de ignominia para nuestra historia, fue traído a Cuba por María Mantilla en 1949. La reliquia descansa en una urna debajo de la escalera por la cual se llega a la habitación donde nació el Maestro.
No falta en el museo información sobre José Francisco, el amado hijo al cual dedicara el poemario Ismaelillo. También está visible la primera edición de la revista La Edad de Oro, con los cuatro números publicados por José Martí en Nueva York.
Una sala de la casa reproduce el ambiente de la oficina de Martí en Nueva York, donde está presente el retrato realizado al autor de los versos sencillos por el artista sueco Herman Norman.
Otras facetas recreadas desde la concepción museística son las relativas a la preparación de la guerra necesaria, a la actividad conspirativa de Martí en Montecristi y por supuesto, a su arribo a Cuba en el vapor Nordstrand, por Playitas de Cajobabo.
Un momento que no podía faltar es su caída en combate en Dos Ríos. De aquel infausto 19 de mayo de 1895 se conserva el cortaplumas que llevaba consigo, y que aún presenta vestigios de su sangre.
Desde 1994, el museo pertenece a la Oficina del Historiador de la Ciudad, institución que ha velado celosamente por el funcionamiento de la Casa Natal de José Martí.
Gracias a la labor de restauración y remontaje museográfico, este centro cultural goza de prestigio nacional e internacionalmente. Una muestra de ello son los más de sesenta mil personas que cada año visitan la humilde casita de la calle Paula donde viera la luz el Maestro.
Bajo el lema Los museos en defensa de la identidad, retos para un desarrollo sostenible, el recinto fue sede del Encuentro Nacional de Museos Casas Natales donde se discutieron temas relacionados con el patrimonio cultural, la conservación, la gestión de colecciones y la gestión cultural como baluarte de la sostenibilidad.
Además fue escenario para la presentación de la Compañía de Teatro Infantil la Colmenita, con la obra Meñique y acogió una vigilia poética martiana, bajo la dirección de Fidel Díaz Castro, protagonizada por varios trovadores cubanos y por integrantes del movimiento nacional Plaza Martiana.
Durante la jornada de este 28 de enero se recordará el legado de José Martí, en el aniversario 162 de su natalicio, con el recibimiento del desfile en homenaje a la efeméride en el que participarán representaciones martianas que depositarán flores en el museo.
En horas de la tarde quedará inaugurada la exposición colectiva de artes visuales Salón 90 aniversario Casa Natal de José Martí, donde se incluirán las obras premiadas en el concurso de fotografía y audiovisual que convocó el museo más antiguo de La Habana.
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