Era marzo de 2020 y en Cuba se reportaban los primeros casos de COVID-19. Entraba al país la pandemia que hacía meses afligía al mundo. Comenzaba así un largo camino de desafíos que se agravó en 2021; de picos de contagios, de centros de aislamiento, pesquisas; pero también de afectaciones por una economía que tuvo que disminuir su actividad.
¿Frenó esto el bloqueo de Estados Unidos? ¿Hubo alguna consideración por la vida y bienestar de los cubanos desde el gobierno en Washington? No, al contrario, se recrudeció y las medidas impuestas por Trump se mantuvieron en la administración de Joe Biden.
Sin embargo, cuando el bloqueo impidió la compra de ventiladores pulmonares, en Cuba se desarrollaron prototipos. Cuando se sabía que la economía cubana no podía permitirse la compra de vacunas extranjeras contra la COVID-19, los científicos crearon candidatos vacunales como si fuéramos un país del primer mundo. Así surgió Soberana 01, Mambisa, Soberana Plus, Soberana 02 y Abdala, las tres últimas ya vacunas aprobadas por la entidad reguladora nacional. Según los últimos datos del Ministerio de Salud Pública, al cierre del 31 de enero el 87, 9% de la población cubana había recibido el esquema de vacunación completo contra el virus.
También desde el protocolo sanitario para el tratamiento de la enfermedad, en constante actualización, se protegió a los más vulnerables, como adultos mayores, infantes y embarazadas. La vida fue más importante que la economía, pero no fue así para el gobierno de Estados Unidos, para ese fue de más valor la política.
Este 3 de febrero se cumplen 60 años de que se firmara la orden ejecutiva que diera inicio al bloqueo. A precios corrientes, este ha causado unos 147 mil 853,3 millones de dólares en pérdidas totales, solo de abril-diciembre 2020, la suma fue de 3 mil 586,9 millones, de acuerdo con el informe del Ministerio de Relaciones Exteriores (MINREX).
“El daño humano del bloqueo es incalculable. La vida de ninguna familia cubana escapa de los efectos de esta inhumana política. Nadie podría afirmar honestamente que no tiene un impacto real en la población”, expresó el canciller cubano Bruno Rodríguez Parrilla en el en la presentación del proyecto de Resolución: "Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos de América contra Cuba" en Nueva York, el 23 de junio de 2021.
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Entre las principales afectaciones al sector de la salud, el último informe de Cuba sobre el tema reporta la obstaculización en el acceso en el acceso de Cuba a tecnologías médicas con más de un 10% de componentes provenientes de los EE.UU. y en el caso del enfrentamiento a la pandemia, el impedimento de adquirir más de 30 productos e insumos que se requieren con urgencia para los protocolos de prevención y tratamiento de la COVID-19.
Por ejemplo, las empresas alemanas SARTORIOUS y Merck, así como Cytiva y otros proveedores habituales de material de laboratorio, reactivos e insumos, debido al recrudecimiento del bloqueo detuvieron sus suministros hacia Cuba en 2020 por medio a las sanciones que pudiera imponerle el Departamento de Estado por supuestas violaciones a las leyes de bloqueo.
En el período de abril a diciembre de 2020 se recrudeció además la persecución financiera y se incluyó a las entidades FINCIMEX y American International Services (AIS) en junio y septiembre de 2020 respectivamente a la Lista de Entidades Cubanas Restringidas, lo que dificultó la entrada de remesas al país.
También se incluyó en la lista a la red de comercio minorista del Cuba y el sistema de abastecimiento de las necesidades más importantes para la economía y la población. En el sector de la alimentación y la agricultura se produjeron afectaciones a la producción y a los servicios en el sector agropecuario, trabas en las operaciones monetario-financieras y costos adicionales por la reubicación geográfica del comercio, al tener que importar alimentos e insumos desde lugares más lejanos.
El bloqueo no solo afecta a los cubanos
El bloqueo, además de dañar el bienestar de los cubanos, afecta los intereses y derechos de terceros países, incluidos los de ciudadanos del propio Estados Unidos. Es una clara violación de los principios de la Carta de las Naciones Unidas, las normas del libre comercio y el Derecho Internacional.
Un ejemplo común es cómo impide la libertad de los estadounidenses de viajar a Cuba. Además, en los últimos años se suspendieron los vuelos chárter privados a todo el país, excepto a La Habana, lo que es un impedimento para el rencuentro de familias cubano-estadounidenses.
Por otra parte, se mantiene vigente la Ley de Comercio con el enemigo. Bajo esta ley aparece la principal base del efecto extraterritorial del bloqueo: las Regulaciones al Control de los Activos Cubanos.
- Consulte además: Bloqueo contra Cuba, también una política extraterritorial
A través de una serie de restricciones esas normativas dificultan el comercio entre Cuba y el mundo, lo que causa de grandes pérdidas económicas con las consiguientes afectaciones a nivel social.
Puentes de amor y solidaridad
A pesar de que el bloqueo busca aislar a Cuba del mundo, lo que ha hecho es unir a miles de personas en torno a este pequeño país del Caribe, pues la lucha por la eliminación de esa política hostil es una de esas causas justas que son motivo de alianza no importa el lugar donde se esté.
Así ha ocurrido con el proyecto Puentes de Amor que desde el propio Estados Unidos se manifiesta contra este y ha hecho donaciones a nuestra nación, al igual que otras organizaciones como Code Pink y The People's Forum.
Caravanas de solidaridad y muestras de apoyo en diversas regiones se han hecho comunes, tanto desde las calles como desde las redes sociales. La voz del mundo se alza contra el bloqueo, como lo demuestra cada año la votación en la Organización de Naciones Unidas, y Cuba a 60 años del bloqueo se mantiene soberana.
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