La tercera visita a La Habana en apenas dos años de Federica Mogherini, la Alta Representante de la Unión Europea, UE, para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, y vicepresidenta de la Comisión Europea, confirma el sano y constructivo giro de la política del Viejo Continente con relación a la Mayor de las Antillas.
Se trata, según la visitante llegada días atrás a la capital cubana, de la confirmación de que la titulada “posición común” que enfrentó a la UE con la Isla durante un buen tiempo es cosa del pasado y una práctica obsoleta.
En cambio, La Habana y Bruselas han suscrito un acuerdo político bilateral que ha permitido a la Unión Europea ubicarse como “el primer socio comercial de Cuba, el primer inversor y el primer socio de cooperación para el desarrollo”, dijo en conferencia de prensa Mogherini, quien confirmó que Europa profundizará aún más lazos con el Archipiélago.
Para la UE es de interés fortalecer sus relaciones con Cuba, precisó la alta funcionaria, y añadió que esa entidad no solo rechaza el bloqueo económico y comercial de los Estados Unidos, sino además el giro que ha impuesto el gobierno de Donald Trump a la reciente apertura de Washington con relación a la Isla.
“Somos consistentes en nuestra política exterior, y no habrá cambios repentinos”, aseguró la visitante.
En consecuencia, la UE suscribirá en breve con La Habana nuevos convenios de colaboración en materia de agricultura sostenible, fuentes energéticas renovables, y cultura.
Y si para ambas naciones el giro que asumen sus lazos mutuos es un indicativo de sensatez, objetividad, respeto y confianza, especialmente para Europa refuerza en mucho su imagen internacional al distanciarla, al menos en el tema Cuba, de la actuación de los círculos políticos norteamericanos más recalcitrantes y agresivos.
Por demás, para los cubanos y para otros pueblos del mundo, resulta importante la existencia de una Europa independiente y con criterio propio, como corresponde a su historia y a su categoría en el mundo de hoy.
El Viejo Continente puede y debe ser, sin dudas, un factor determinante en este controvertido escenario internacional donde los intereses hegemonistas demuestran todos los días que por encima de sus mezquinos intereses no existen iguales o compañeros de camino.
Y justo sobre estos temas, la jefa de la diplomacia comunitaria confirmaba en La Habana que “la política exterior de la UE es autónoma e independiente, y es decidida por los veintiocho estados miembros.”
En cuanto a La Habana, insistió “lamentamos que la administración de los Estados Unidos haya cambiado, aparentemente, su posición con respecto a la Isla…y ese es nuestro mensaje para Cuba y toda América Latina.”
En materia bilateral queda entonces para el cercano febrero un encuentro entre la alta funcionaria y el canciller Bruno Rodríguez, en lo que será el primer Consejo conjunto de la historia entre la UE y Cuba para hablar de cómo avanzar aún más en la cooperación mutua.
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