En la Cuba del 28 de marzo de 2021 hubo juego de pelota con lances de 90 millas y jonrones, se vivió un histórico partido de fútbol con publicaciones eufóricas y simultáneas en Whatsapp tras el puntillazo del gol –no cualquier gol, sino “el gol”– y también hubo caravana. “Suceso que enamora”, calificaría el colega Abdiel Bermúdez, horas después, en un comentario televisivo.
Lo más probable resulta que muchos –la mayoría de quienes lean este texto– ya conozcan que, en más de cincuenta ciudades del mundo, a lo largo del fin de semana, se desarrollaron caravanas contra el bloqueo económico, comercial y financiero. “Puentes de amor” viene siendo la consigna que, desde hace meses, le pide al Joe Biden candidato y al Joe Biden presidente el cese inmediato e incondicional de esta política.
Carlos Lazo se nombra el activista cubano-estadounidense que ha impulsado la construcción de este “puente”, idea que ha ido cual bola de nieve cuesta abajo para alcanzar, al día de hoy, proporciones increíbles.
De acuerdo con el Héroe de la República y presidente del Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos, Fernando González, solamente en la jornada del sábado se notificaron caravanas en al menos 31 países, fundamentalmente de Europa, África y Latinoamérica, precisaba el rotativo Granma. Durante el domingo, hubo movilización en 15 ciudades estadounidenses y en siete de Canadá, notificaba Prensa Latina.
El fenómeno ha tenido antecedentes y el ejemplo más cercano data del pasado 28 de febrero, cuando algo similar ocurrió en las calles de Miami, Seattle, Nueva York, Los Ángeles, Ottawa, Montreal, Washington y Minneapolis.
En la página oficial del proyecto “Puentes de Amor”, pueden verse los videos de entonces: voces muy cubanas gritando a las cámara “Abajo el bloqueo” –en Miami– desde los modernos jeeps o desde las bicicletas, con banderas de Cuba y Estados Unidos a cada lado.
Las palabras de Carlos Lazo en su carta al presidente Biden conmueven. El activista no solo enarbola el argumento de lo justo, sino que explota el capital simbólico de quién lo exige. No solo se presenta como un emigrado que dio sus primeros pasos y conoció los primeros amores en la Mayor de las Antillas, también arguye que fue en los Estados Unidos donde formó una familia y donde cumplió muchos de sus más preciados sueños.
Asimismo, Lazo le recuerda al presidente, más de una vez, de hecho, que él también ha peleado las guerras de su país adoptivo y manifiesta recordar cómo le cerró los ojos a muchos de sus compañeros en Iraq. Es un veterano de guerra –norteamericanas guerras– quien ha empujado “la bola de nieve” que nos convoca.
Laydis Soler/ Cubahora
Sobre lo ocurrido en Cuba, con un leve bosquejo a las redes sociales y medios de comunicación, pueden encontrarse fácilmente las declaraciones de ministros y dirigentes, pero también las palabras escritas o en video y las fotografías de muchos ciudadanos “rasos” que participaron.
Bicicletas modernas y viejas, automóviles estatales, particulares y hasta los que lucían matrículas de empresas extranjeras frenaron en las cercanías del muelle flotante, recogieron banderas y continuaron su andar.
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En la Cuba del 2021, sacar el argumento del Bloqueo en medio de una debate puede ser visto como un facilismo, quizás porque, en (d)efecto, en pleno uso del facilismo, muchos han sobreexplotado la temática durante años para efectuar análisis reduccionistas y “convenientes”; también, tal vez, porque otros se han empeñado en hacer creer que se trata de una falacia.
Ciertamente, deja mucho que desear quien crea o diga que el Bloqueo es el único mal que pesa sobre Cuba. En la Cuba de este marzo que corre hay racismo, xenofobia, burocracia, corrupción, machismo, homofobia… hay oportunismos que gangrenan hasta el hueso, hay injusticias. Quien lo niegue quizás sea ciego o sordo o viva en una nube de por allá arriba o puede que haya que “felicitarle” por haber alcanzado ciertos privilegios que al parecer lo “inmunizan”.
Pero igualmente habrá que sospechar de quienes se atrincheran en esta colección de males –que, por cierto, todas las sociedades en mayor o menor medida arrastran– para no reconocer a nuestro (suyo en realidad) tan manoseado Bloqueo o en el peor de los casos defenderlo y pedir que arrecie. Y cuidado con esos también. Cuidado.
La caravana de este domingo, para muchos de los que la presenciamos, dejó alegre sabor. Tantas banderas nuestras enfiladas –hermosas las banderas nuestras–, como dice el bueno de Abdiel: enamoran… y mucho más cuando reclaman algo justo.
El 25 de abril, ha dicho Carlos Lazo, las caravanas con banderas volverán a las calles del mundo.
El angel
7/4/21 9:38
Me encantó ver esa carabana en mi Habana, ya la había visto en EEUU ,
Me gustaria que se volviera hacer con banderas de todos los paises incluyendo EEUU
son los pueblos unidos exigiendo un levantamiento al bloqueo,
Nuestros máximos dirigentes ya lo han dicho muchas veces, Nuestros pueblos estan unidos.
Los gobiernos son una cosa , los pueblos otra
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