Allí, en cualquier rincón del planeta donde se necesite, van los médicos cubanos a ayudar a las comunidades más vulnerables. Es el ejército de batas blancas que combate epidemias como la malaria, el cólera o el ébola, el que tiende la mano a los damnificados por un desastre natural y el que va a los lugares más intrincados a llevar consigo la esperanza de una mejor calidad de vida.
La colaboración médica cubana ha contribuido a largo de los años a proteger sectores pobres de la población, a mejorar indicadores de salud y a terminar con éxito campañas de vacunación, promoción y prevención de enfermedades en diversas regiones.
Son médicos que no juzgan a nadie por su color de piel, recursos económicos o ideología política, al contrario, brindan atención médica y sus conocimientos a todo el que lo necesita, con su visión de entrega, humanismo y amor por su profesión.
¿Cuáles son los valores de la colaboración médica cubana?
La colaboración médica cubana, al igual que cualquier tipo de cooperación internacional que ofrece Cuba está basada en los principios de la solidaridad y el beneficio mutuo.
Como ha afirmado el Ministerio de Comercio Exterior y la Inversión Extranjera al respecto, esta se realiza con el respeto irrestricto a los principios del derecho internacional y no se utiliza como instrumento político de injerencia en sus asuntos internos.
Además, Cuba concibe la cooperación como una manera de contribuir al desarrollo de los pueblos y a su bienestar económico y social.
¿Cómo surgió?
La primera ayuda médica cubana se realizó en 1960. En aquel año Chile había sufrido un terremoto y nuestro país envío una brigada para atender a los damnificados. Aunque oficialmente la iniciativa de colaboración internacional en el campo de la medicina comenzó a fines de 1962. La decisión la dio a conocer el Comandante en Jefe, Fidel Castro, en el acto inaugural de la Facultad de Ciencias Básicas y Preclínicas "Victoria de Girón”.
No fue hasta 1963 que partió la primera Brigada Médica de nuestro país. Esa vez a ayudar a Argelia. La misión estuvo integrada por 58 personas, de ellos 56 médicos que permanecieron en ese país por 14 meses.
Desde entonces fue común en el mundo la colaboración cubana. Destacó, por ejemplo, la ayuda solidaria a finales de 1998 tras el azote del huracán Mitch a varios países de Centroamérica, sobre todo Honduras y Guatemala. Al ejército de batas blancas se sumó también el equipamiento técnico y medicamentos necesarios.
Así se comenzó a desarrollar lo que sería el Programa Integral de Salud (PIS) para Centroamérica y el Caribe, que posteriormente se extendería a países de las regiones de África, Asia y Oceanía.
Además, el PIS impulsó campañas de inmunización apoyadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Los colaboradores cubanos llevan la atención de salud a zona de difícil acceso (Foto: ACN)
¿Qué otros programas integran la colaboración cubana?
Escuela Latinoamericana de Medicina
También el Programa Integral de Salud incluye formación de personal calificado en el campo de la salud. De este proyecto surge la Escuela Latinoamericana de Medicina (ELAM), donde se brindan becas de estudios universitarios a ciudadanos extranjeros, una forma de contribuir al desarrollo en el área con respecto a la materia y de estrechar lazos de hermandad y solidaridad con otros pueblos.
Este año el ministro de salud, doctor José Ángel Portal Miranda, subrayó que se han formado en nuestras universidades más de 35 000 profesionales de 136 países y en estos momentos estudian 8 478 de 121 naciones. “El saldo positivo para la vida de millones de personas en decenas de miles de comunidades de África, Asia y América Latina y el Caribe es incuestionable”, destacó.
Graduados de la ELAM en 2019 (Foto: Juventud Rebelde)
Misión Milagro
A las misiones internacionalistas cubanas se suma en 2004 la “Misión Milagro”, un proyecto ideado por el Comandante Fidel y Hugo Chávez para atender afecciones oftalmológicas curables. La iniciativa surge de la sensibilidad ante la gran cantidad de personas que quedaban ciegas por no acceder a la atención médica para enfermedades como catarata, glaucoma, estrabismo y desprendimiento de la retina.
Comenzó a aplicarse en la propia Venezuela y se ha extendido a 39 países. Hasta la actualidad se han operado más de 49 mil 200 pacientes en Venezuela, según afirmaba este año la directora de Asistencia Médica Quirúrgica de esa instancia, Adith León.
La Misión Milagro atiende de manera gratuita a pacientes humildes que no pueden costearse operaciones oftalmológicas. (Foto: Misión Verdad)
Contingente Henry Reeve
Otra parte destacada de la colaboración internacionalista cubana lo conforma el Contingente Henry Reeve. Este fue conformado en 2005 tras el azote del devastador huracán Katrina al sur de los Estados Unidos y el Caribe.
Su objetivo es ayudar en situaciones de desastre y epidemias a otros países. Sin embargo, Estados Unidos, no aceptó el ofrecimiento de esta ayuda médica para los damnificados en New Orleáns.
El contingente ha prestado sus servicios en Guatemala, Paquistán, Indonesia, Bolivia, México, Haití, China, entre otras naciones.
Entre sus labores más reconocidas internacionalmente destaca la que tuvo lugar en Sierra Leona, Liberia y Guinea Conakry en 2014, cuando estos países de África Occidental sufrían una epidemia de ébola. En esos momentos la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) hicieron un llamado a la cooperación para controlar la enfermedad. Cuba fue de los primeros estados en incorporarse a la iniciativa.
Como parte del Contingente Henry Reeve, 168 colaboradores (enfermeros y médicos) contribuyeron a reducir la letalidad a causa del ébola y contener su expansión.
¿Por qué los médicos cubanos deciden participar en estos programas de colaboración?
“Porque sí, porque tú lo que quieres es colaborar, lo que quieres es ayudar a otros pueblos, lo que quieres es dar tu apoyo” respondía Pablo Resik ante la pregunta de por qué fue a colaborar. Resik fue jefe de la Primera Brigada Médica Cubana internacionalista, la realizada en Argelia en 1963.
Más recientemente, otro médico, Enmanuel Vigil Fonseca (de la Brigada Henry Reeve), retomaba esta idea de ayuda deliberada cuando declaraba a la BBC: “Toda misión internacionalista en Cuba es voluntaria”.
Ante las calumnias que difunden que la colaboración médica cubana es trabajo esclavo, el doctor Vigil Fonseca, afirmaba: “Son convenios entre Gobiernos, por lo que cada colaborador sabe que recibe una parte de la ganancia monetaria y el resto ingresa al Sistema Nacional de Salud, con el Estado. (…)En cada misión internacionalista, la persona sabe la cantidad exacta de dinero que va a obtener por su desempeño, y puede aceptar o no”
Es cierto que la colaboración médica es una fuente de ingresos para Cuba, pero está basada en la solidaridad y no en la mercantilización de los servicios, los médicos cubanos destacan por su humanismo y su voluntad de salvar vidas sin ningún tipo de discriminación.
¿Cuál es la cantidad de médicos que participan en los programas de colaboración médica?
Según datos aportados por ministro de Salud Pública, doctor José Ángel Portal Miranda, al intervenir en la 72 Asamblea Mundial de la Salud este año, desde 1963 hasta la actualidad, 407 000 profesionales cubanos de la Salud han estado presentes en 164 países de todos los continentes.
El ministro afirmó que en 2019 se encontraban más de 29 000 en 66 naciones.
¿Cuáles han sido los aportes de Cuba a la salud universal?
La colaboración médica cubana ha sido altamente valorada por instancias internacionales y por los países beneficiados.
Ha realizado millones de intervenciones quirúrgicas, desarrollado programas de lucha contra el SIDA, formado personal de salud, contribuido en campañas de vacunación y prevención, y ayudado a la reducción de la mortalidad infantil en muchas regiones.
Además ha mejorado los sistemas de salud y atención médica en diversos países, tales como Venezuela.
Un ejemplo de ello fue la aplicación del Programa Más Médicos para Brasil, iniciativa de la expresidenta brasileña, Dilma Rouseff. El programa, culminado a finales del pasado año a causa de la nueva política de Jair Bolsonaro, facilitó la atención de 113 millones 350 mil pacientes y aseguró una mayor cobertura de salud en el gigante sudamericano, participaron en este cerca de 20 mil colaboradores cubanos.
Otro de sus aportes significativos fue la actuación valerosa de los integrantes del Contingente “Henry Reeve” que lucharon contra el ébola en 2014. Estos médicos ganaron la simpatía y admiración de personas en todo el mundo y su labor fue reconocida en 2016 con Premio de Salud Pública Dr. Lee Jong-Wook, otorgado por la OMS.
El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo y la Organización Mundial de la Salud ha calificado la colaboración médica cubana como ejemplo de buenas prácticas en cooperación triangular y la implementación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030.
El entonces Ministro de Salud de Cuba, Dr. Roberto Morales Ojeda, (a la izquierda) y el miembro del Contingente Henry Reeve, Dr. Félix Báez, (a la derecha) recibieron a nombre del contingente el premio de Salud Pública en Memoria del Dr. Lee Jong-Wook 2017 (Foto: OMS/L. Cipriani)
También la Atención Primaria de Salud cubana y la voluntad política que la guía, por su amplio sentido humanista y social, ha sido reconocida por la OMS.
El ministro de Salud Pública, doctor José Ángel Portal Miranda, al intervenir en la 72 Asamblea Mundial de la Salud, ratificó que a pesar de sus limitaciones, Cuba mantenía el compromiso de compartir sus experiencias en este sentido y continuar programas de cooperación médica como forma de contribución al alcance de la cobertura sanitaria universal para todo.
Más allá de los reconocimientos siempre quedará para los médicos y para orgullo de los cubanos, los millones de pacientes atendidos por una cooperación que ha sabido estar allí para salvar de lo más preciado que tiene el ser humano, la vida.
Infografía: Ministerio de Comercio Exterior e Inversión Extranjera
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