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miércoles, 20 de noviembre de 2024

Cuatro años sin Hugo Chávez

Doscientos invitados internacionales rendirán homenaje al líder bolivariano en Caracas...

Clara Lídice Valenzuela García en Exclusivo 05/03/2017
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Chávez y los niños
La impronta de las ideas chavistas impera en estos pequeños países que vieron aparecer la esperanza luego de integrarse.

A cuatro años del fallecimiento del líder bolivariano Hugo Chávez Frías, una de las grandes pérdidas de este siglo para América Latina y el Caribe,  200 invitados internacionales le rendirán homenaje en Venezuela, país donde no hay cabida para el olvido de este hombre universal.

Fue su hermano Adán, ministro para la Cultura, quien informó que desde hoy y hasta el próximo día 15 se efectuarán foros, seminarios y múltiples acciones para recordar la vida y obra de quien impulsara junto a su amigo y compañero de luchas, el también finado Fidel Castro, el proceso integracionista de nuevo tipo en el Sur del continente, una proeza en un mundo donde el capitalismo salvaje trata de imponer sus reglas en detrimento de los poblaciones pobres y subdesarrolladas.

Bajo el título de “Chávez, un soldado hecho pueblo”, la jornada recuerda el período que comprende el egreso del joven soldado de la Academia Militar en 1975, hasta 1982, cuando junto a un grupo de sus compañeros juró ante el simbólico árbol llamado Samán de Güere emprender la lucha por la independencia definitiva del pueblo venezolano.

En la historia reciente de Venezuela se considera ese patriótico gesto el nacimiento de la Revolución Bolivariana, concretada cuando ganó las elecciones presidenciales en 1998, cargo que mantuvo por mandato popular, hasta su muerte a causa de una enfermedad letal.

Una de las jornadas más importantes de los homenajes será la celebración de una cumbre extraordinaria de la Alianza Bolivariana para los pueblos de Nuestra América- Tratado de Comercio de los Pueblos, una de las grandes ideas de Chávez que contó desde el primer momento con el respaldo de Cuba y de su presidente Fidel Castro.

Analistas estiman que el líder revolucionario venezolano no dejó uno, sino varios legados a los países del Sur, y quizás uno de los más importantes es la fórmula de una geopolítica basada en la defensa de lo propio, de los recursos naturales, de tratar de emparejar los niveles de desarrollo a pesar de las asimetrías de las economías en América Latina y El Caribe.

Solo un político con una base ideológica fundamentada en la búsqueda de la igualdad de los seres humanos pudo desempeñar un papel estratégico de referencia para la lucha política que libró y que continúa librando la región latinoamericana, azotada por una onda derechista que intenta derrocar los gobiernos progresistas existentes.

Uno de los legados del pensamiento chavista es su sentido de la justicia social no solo en su país, y para ello encontró un aliado valioso en Fidel Castro, uno de los líderes más preclaros del mundo. Estos dos políticos, uno joven y otro ya mayor cuando se conocieron, supieron reconocer que para sacar a la región de las miasmas del neoliberalismo era necesario la aplicación de una doctrina integracionista, basada en valores como la soberanía, la autodeterminación y la independencia.

Chávez y su pensamiento apegado al concepto del socialismo del siglo XXI, con sus leyes y características propias, en el cual la unidad jugó un papel trascendental, situó en su agenda como un tema de principios para terminar con el capitalismo en la región la creación de una nueva geopolítica regional basada en la cooperación y la integración, con una claridad meridiana sobre las asimetrías económicas y el propósito de colaborar con las naciones más pobres.

Junto a Fidel, quien supo reconocer antes que todas las potencialidades políticas del joven militar que se rebeló contra el orden capitalista en 1982, el presidente venezolano fomentó la creación de espacios integracionistas, como el Alba, en primer lugar, la Unión de Naciones Suramericanas, la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, y la Asociación de Estados Caribeños.

Aunque nació en las sabanas de Venezuela el 28 de julio de 1954, Chávez tenía un carácter muy parecido a los de los hombres del Caribe: risueño, jocoso, cuentero, conversador, amigo de sus amigos, cantante y bailarín, persistente y convencido de sus ideas, quizás porque la costa norte de su país es bañada por las aguas del  mar que identifica y une las islas.

Por esa afinidad espiritual y por su conocimiento de la desfavorable situación económica de las islas caribeñas, dependientes casi exclusivamente del turismo y de exportaciones de frutas, se esmeró en dotar a esa región de las estructuras protectoras para elevar sus niveles de desarrollo.

El Caribe no puede olvidarlo

Chávez fue un preocupado por las mujeres y los hombres del Sur, incluidos en esa categoría los habitantes del Caribe, donde hay naciones, como Haití, donde proliferan la pobreza, el analfabetismo y la insalubridad.

Hasta las ínsulas que así lo quisieron llegaron los programas del ALBA, como las campañas de alfabetización en los idiomas que se hablan en el abanico de culturas de esa zona geográfica; también los doctores de la Operación Milagro, que le devolvieron la visión a millares de caribeños condenados a la ceguera.

En momentos en que el barril del petróleo costaba en torno a los 100 dólares, por idea de Chávez surgió Petrocaribe en 2005 para vender hidrocarburos a menor costo a sus miembros y ayudar a financiar sus proyectos de infraestructura petrolera, lo que les ha permitido a sus gobiernos tener más financiar sus impagables deudas.

La puesta en marcha de este ente permitió una estabilidad económica y una seguridad energética no solo al Caribe sino a naciones centroamericanas como Nicaragua, que antes carecía del crudo para mantener encendido el país.

La expansión de Petrocaribe, enfilado también a la búsqueda de una diversificación energética mediante otras fuentes alternativas, no fue afectada por la reducción de los precios del petróleo, aunque fueron necesarios ajustes. No obstante, ya existe la llamada Zona económica común para el intercambio mercantil y de otros rubros.

Petrocaribe está integrado por Antigua y Barbuda, Bahamas, Belice, Cuba, Dominica, El Salvador, Granada, Guyana, Haití, Jamaica, Nicaragua, República Dominicana, San Cristóbal y Nieves, Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas, Surinam, Venezuela, Honduras y Guatemala.

Chávez también tuvo una participación fundamental en la creación de la Asociación de Estados del Caribe (AEC), surgida en 1994, la cual constituye  una organización de consulta y concertación de naciones y territorios insulares o con costas en el Mar Caribe, como Venezuela, Colombia y México.

De ahí que devenga un mecanismo de cooperación regional y del proceso de integración de su comercio exterior, de tal manera que funcione un espacio económico ampliado en El Caribe y de manera igualmente importante busca la preservación de la integridad medioambiental del Mar Caribe.

A la Asociación, ahora en un proceso de revitalización tras el impulso otorgado por Cuba en su presidencia temporal desde el 2016 –la cual entregará en las próximas reuniones de esa organización marcadas a partir del próximo día 8 en La Habana-, pertenecen 25 países como miembros plenos, y siete como asociados.

La impronta de las ideas chavistas impera en estos pequeños países que vieron aparecer la esperanza luego de integrarse y consolidarse como una región de importancia continental.

Sin la convocatoria de Chávez, sin un discurso integrador, sin sus propósitos fundadores El Caribe sería distinto, quizás solo una playa hermosa visitada por extranjeros en busca de lo exótico de la superficie.


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Clara Lídice Valenzuela García

Periodista


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