Este martes el primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, intervendrá ante las Naciones Unidas en nombre de Cuba y del Grupo de los 77 y China en el marco de la Cumbre sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Como máximo representante de nuestra diplomacia, Díaz-Canel contará con el espacio para defender en la palestra internacional algunos de los principios rectores de la Constitución aprobada en 2019, como el respeto al Derecho Internacional, la defensa de la soberanía, la integridad territorial, la independencia, y el derecho a la libre determinación.
Asimismo, se prevé que una vez más se condene el bloqueo, económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos hacia Cuba desde hace más de medio siglo y las medidas coercitivas unilaterales contra cualquier país, así como la práctica colonialista, hegemonista, injerencista y discriminatoria de las relaciones internacionales.
Se tratará de un espacio para reivindicar la realidad cubana antes las campañas mediáticas orquestadas desde intereses hegemonistas y los intentos por aislarnos. Pero también se alzará la voz en nombre de las naciones del Sur.
En su calidad de presidente protémpore del G 77 y China, el mandatario cubano no solo ponderará la necesidad inmediata de lograr la unidad y decidir acciones colectivas y prácticas eficaces para enfrentar los retos que ponen en juego la vida del planeta y del hombre como especie, también abogará por la construcción de un escenario global mucho más justo y multipolar. Puesto que las legítimas aspiraciones del llamado Sur Global, tal y como quedó ratificado en la reciente Cumbre celebrada en La Habana, solo se harán realidad en un escenario internacional diferente, en el que no se confunda el progreso con colonialismo y neoliberalismo.
De hecho, en sus palabras durante las reuniones de alto nivel que se desarrollan en el 78 periodo de sesiones de la Asamblea General de la ONU, el Jefe de Estado manifestó que “lo que se necesita, de manera imperiosa, es la voluntad política para que realmente nadie quede atrás y vencer una de las crisis más complejas que haya experimentado la humanidad en la historia moderna. Esta sería nuestro mejor aporte al futuro común que necesitamos construir juntos”.
Un objetivo alcanzable solo si rediseña la arquitectura global de la deuda soberana con la participación del Sur, que haga posible la aplicación de un trato justo, balanceado y orientado a la sostenibilidad a partir de la recapitalización de los Bancos Multilaterales de Desarrollo.
A medio camino de la Agenda 2030 y con una sombra de duda sobre su cumplimiento cada vez más alargada, la Cumbre de los Objetivos de Desarrollo Sostenible pretende adoptar una declaración política que reafirme el compromiso de una prosperidad universal
De acuerdo con la ONU, solo el 15 % de las 140 metas acordadas van por buen camino, mientras alrededor del 30 % no han registrado avance o han caído por debajo de la línea de partida de 2015. Una realidad que, de mantenerse, provocará, por solo citar unos ejemplos, que para 2030 unos 575 millones de personas vivan en la extrema pobreza y el número de niños analfabetos ronde la cifra de los 84 millones.
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