Hasta la fecha varios países han confirmado su participación en la próxima Cumbre del G 77 y China que sesionará en La Habana los venideros días 15 y 16 de septiembre bajo el tema “Los retos actuales del desarrollo, papel de la ciencia, la tecnología y la innovación “.
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, fue uno de los primeros en confirmar su asistencia. También lo hizo el mandatario de Argentina, Alberto Fernández, la presidenta de Honduras, Xiomara Castro, y el primer ministro de San Vicente y las granadinas, Ralph Gonsalves.
De igual manera, el Secretario General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Antonio Gutterres, anunció su participación en la cita multilateral, la cual sesionará entre la Cumbre del G-20 y la Asamblea General de la ONU.
En nombre de Cuba, el representante especial para coordinar la presidencia del G 77 y China, Pedro Luis Pedroso, ha dicho que aspira a lograr un evento que contribuya a potenciar las voces de los llamados países del Tercer Mundo de cara a los procesos de negociación intergubernamental con vista a las reuniones para chequear el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, previstas para 2024.
Creado en 1964 por miembros del Movimiento de Países No Alineados (MNOAL) al término de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo, el G77 surgió con para estimular los intereses económicos de los fundadores y fortalecer la capacidad de negociación conjunta dentro de la ONU. Con la entrada de Sudán del Sur en marzo del 2015, lo conforman 134 estados, solo mantiene su nombre por cuestiones históricas. En el caso de China, aunque se le considera un miembro oficial, participa y colabora de forma externa.
Tras más de medio siglo de existencia, ha logrado mantenerse unido con el multilateralismo como principio rector de las estrategias de cooperación, a pesar de las marcadas diferencias entre sus integrantes. El G77—que concentra el 80% de la población mundial— ha tratado de convertirse en el contrapeso de las principales potencias económicas integrantes del G-7.
Cuba asumió la presidencia protempore a inicios de 2023 con el reto de fomentar la solidaridad y internacional y convertir la Cooperación Sur- Sur en una herramienta más eficaz, a pesar de las consecuencias pospandémicas, los conflictos bélicos, el déficit de materias primas, de bienes de consumo y de alimentos.
Por eso, durante los primeros seis meses de gestión, tomó parte en el grupo de contacto del MNOAL sobre recuperación tras la Covid, participó en la Quinta Conferencia de las Naciones Unidas sobre países menos adelantados, asistió a la Conferencias de las Naciones Unidas denominada “El agua para un desarrollo sostenibles” y al Sexto Foro de países de América Latina y el Caribe sobre desarrollo sostenible de la CEPAL. Asimismo, compareció en el diálogo climático de Petersburgo en Berlín, recibió la Quinta Conferencia sobre el equilibrio del mundo y acudió a otros eventos de interés regional y global.
La Mayor de las Antillas defiende un sistema de comercio multilateral basado en normas transparentes, no discriminatorio, abierto e inclusivo, y se defenderá el acceso universal a la educación y a la salud de calidad. Todo ello a través de un enfoque que apueste por la sustentabilidad y protección del medio ambiente y se base en la descolonización cultural y económica de los pueblos
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