En horas de la mañana de este viernes 29 de septiembre, el secretario de Estado de EE. UU., Rex Tillerson anunció la retirada del 60 por ciento del personal de su embajada en La Habana, argumentando que la decisión “se ha tomado para asegurar la seguridad de nuestro personal”, y al mismo tiempo afirmó que se mantienen las relaciones diplomáticas con Cuba.
En el comunicado del Departamento de Estado, en el que alude a incidentes reportados por diplomáticos sobre afectaciones a su salud que ocurrieron en 2016, pero solo fueron reportados a partir de agosto de este 2017—, se asevera que “Cuba nos ha dicho que seguirá investigando estos ataques, y seguiremos cooperando con ellos en este esfuerzo”.
Tillerson precisa que los diplomáticos supuestamente afectados muestran una serie de síntomas físicos entre los que se incluyen "pérdida auditiva, mareos, dolor de cabeza, fatiga, problemas cognitivos y dificultades para dormir".
Sin embargo, el propio comunicado del Departamento de Estado reconoce que sus investigadores «han sido incapaces de determinar quién es el responsable o qué está causando los ataques» alegados.
Tras varios meses de investigaciones, aún se desconocen las causas y el origen de los incidentes reportados por diplomáticos estadounidenses en La Habana, que se alega provocaron daños a su salud.
El canciller cubano, Bruno Rodríguez Parrilla, se reunió el pasado martes en Washington con su homólogo estadounidense, el secretario de Estado Rex Tillerson, para tratar en persona el asunto.
“De acuerdo con los resultados preliminares obtenidos por las autoridades cubanas en su investigación, que ha tenido en cuenta datos aportados por las autoridades de Estados Unidos, hasta el momento no hay evidencias de las causas y el origen de las afecciones de salud reportadas por los diplomáticos estadounidenses”, aseguró el Canciller en el encuentro, de acuerdo con una nota de prensa publicada por el Ministerio de Relaciones Exteriores.
Por su parte, la directora para Estados Unidos del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba, Josefina Vidal, consideró que la decisión del Departamento de Estado de retirar más de la mitad de su personal diplomático y familiares afectará la relación bilateral, aunque reafirmó la voluntad del Gobierno de la isla de continuar “la cooperación activa entre las autoridades de ambos países”.
Para ello será esencial “la participación y el involucramiento efectivo de las autoridades estadounidenses”, concluyó Vidal en declaraciones a la prensa.
Desde que fuera notificada de los supuestos incidentes, La Habana mostró su disposición a hacer todo lo que estuviera en sus manos para esclarecer los hechos y mantiene abierta una investigación por orden del más alto nivel del Gobierno.
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