Esta visita al Memorial expresa el rechazo que tenemos al terrorismo como práctica, y más que al terrorismo a las causas que engendran el terrorismo, como hablamos en Naciones Unidas, dijo Miguel Díaz Canel al rendir tributo a la víctimas del terrorismo en el Memorial 9/11, en Nueva York.
Antes de las ocho de la mañana, y en su primer alto en la agenda del día, el presidente dialogó brevemente con la prensa cubana y aseguró que actos como el derribo de la Torres Gemelas son “consecuencia de la dominación capitalista y el afán expansionista del imperialismo, que crea tantos rencores y tantos odios. Estamos en contra de esa dominación imperialista y de esta manera de actuar de algunas personas”, refiriéndose al ataque del 11 de septiembre de 2011.
Dentro del museo escuchó las explicaciones y observó restos de los edificios destruidos, uno de los carros de bomberos empleados en el rescate y estuvo en el lugar que conserva el único árbol que sobrevivió a la catástrofe.
Después de recorrer la instalación ubicada en el lugar donde ocurrió el atentado, el mandatario dijo que es un lugar muy sobrecogedor, cargado de simbolismos.
“Este es el homenaje que debemos hacer los cubanos, y la reflexión que podemos hacer en este lugar… Una sola vida que se haya perdido, y sobre todo que la vida haya sido sesgada por una actitud terrorista, duele, tiene que dolerle a la humanidad y hay que pensar mucho en esas cosas”.
Antes de llegar al memorial, Díaz-Canel recorrió Battery Park, situado en la punta sur de la ciudad de Nueva York, donde le explicaron las características de esa zona geográfica -la más antigua de Nueva York- y cómo desde ahí comenzó a crecer la ciudad.
Cerca del área donde estuvieron las Torres Gemelas se levanta imponente el One World Trade Center, erigido de 2006 a 2014 como centro principal del reconstruido World Trade Center, y que con sus 541 metros constituye el edificio más elevado del hemisferio occidental y el sexto más alto del mundo.
A pocos metros se encuentran las piscinas ubicadas en el lugar donde estuvieron los emblemáticos rascacielos destruidos, obra del arquitecto Michael Arad y el paisajista Peter Walker. Los nombres de las casi tres mil personas muertas en los ataques del 11 de septiembre de 2001, y de las seis fallecidas en un atentado en 1993, están inscritos en paneles de bronce alrededor de los bloques de agua, que contienen las cataratas artificiales más grandes creadas por el hombre en América del Norte.
El mismo 11 de septiembre de 2001 el líder cubano Fidel Castro manifestó el profundo rechazo de Cuba al terrorismo y aseguró que el mundo no tiene salvación si no sigue una línea de paz y de cooperación internacional. El camino no es la guerra, dijo Fidel, y añadió: “No es posible olvidar que nuestro pueblo ha sido víctima durante más de 40 años de tales acciones, promovidas desde el propio territorio de Estados Unidos”.
(Con información de Prensa Latina y Dominio Cuba)
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