El triunfo de la Revolución marcó un antes y un después en Cuba. Eran los primeros pasos en la construcción de una sociedad diferente, con nuevas alternativas para las clases menos favorecidas, pero también se le quitaba el poder a una vieja burguesía que durante décadas había gobernado bajo sus designios. Se sabía que el proceso iba a ser espinoso: la Reforma Agraria, la urbana, el proceso de alfabetización y la nacionalización de la propiedad privada.
Cuando Fidel, el día 16 de abril de 1961, proclamó el carácter socialista de la Revolución Cubana, estaba asestando un golpe al capitalismo en sus mismas narices y dándole nuevas posibilidades a los humildes. Más tarde, él mismo definió lo que sucedía en Cuba en las conclusiones de la Asamblea Provincial del Partido de La Habana, en la Escuela Interarmas General Antonio Maceo, Ceiba del Agua, el 3 de febrero de 1991: “(…) nosotros escogimos el socialismo porque es un sistema justo, un sistema mucho más humano, un sistema de verdadera igualdad…”.
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Para lograr las transformaciones sociales, luego de la toma del poder del Gobierno Revolucionario, se llevaron a cabo medidas concretas dirigidas a mejorar la calidad de vida de la población.
LA SALUD, UNA DE LAS GRANDES CONQUISTAS
Cumpliendo los aspectos esenciales del Programa del Moncada, la salud fue una de las prioridades del Gobierno cubano. Entre las medidas que se adoptaron estaban la reducción del precio de los medicamentos, la creación del servicio Médico Social Rural, las campañas epidemiológicas y las transformaciones de la enseñanza superior y media de las especialidades médicas.
Esos eran los primeros pasos para hacer que Cuba, un país subdesarrollado, tercermundista y bloqueado, hoy exhiba una mortalidad infantil de 4.0 y una esperanza de vida de 79,92 años, 81,93 para las mujeres y 77,95 para los hombres. Y este no fue un trabajo fácil para el Sistema de Salud cubano: en 1960 la mortalidad infantil se encontraba en 42 niños por cada mil nacidos vivos, la mortalidad materna era de 118,2 x 10 000 y la esperanza de vida al nacer de 62,3 años.
Los resultados actuales no solo son significativos si los comparamos con los indicadores a nivel mundial, sino que fue un gran reto para el país. Recordemos las condiciones en las que se encontraba el personal médico cubano después de 1959, momento en que se produjo el éxodo masivo de médicos, de los 6 286 que existían en la Isla emigró el 50 %. Amén de esas circunstancias, los esfuerzos del Gobierno no mermaron y esa realidad muy pronto cambió.
Hoy existen en la Isla más de 100 mil galenos activos no solo distribuidos en los hospitales, sino también en las zonas de más difícil acceso, con la proporción de nueve médicos por mil habitantes, cifra que la coloca entre los primeros países a nivel mundial.
UNA POTENCIA EN LA BIOTECNOLOGÍA
En la década del 60 se abrieron importantes caminos con la reactivación de la Academia de Ciencias de Cuba y la creación de diferentes Institutos de Salud Pública. Posteriormente, en los 80, se planteó una estrategia de desarrollo para la biotecnología. Diversas instituciones científicas formaron parte, en 1981, del Frente Biológico, del cual emanarían el Centro de Investigaciones Biológicas, el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB), el Centro de Producción de Animales de Laboratorio (Cenpalab), Centro Nacional de Biopreparados (Biocen), Centro de Inmunoensayo, el Centro de Inmunología Molecular (CIM) y el Instituto Finlay.
La biotecnología cubana desde ese momento alcanzó resultados de mucho mérito en cuanto a la generación de productos (biofármacos y vacunas), el impacto en la salud pública, las patentes y las exportaciones.
Medicamentos como el Heberprot-P, para la terapia de la úlcera del pie diabético (UPD) basado en el factor de crecimiento humano recombinante (FCHrec.); la vacuna CIMAvax-EGF, alternativa terapéutica para el cáncer de pulmón, así como la creación de terapias para el tratamiento de enfermedades del sistema nervioso central y el cáncer se han desarrollado en el país. Unos 20 000 trabajadores del Grupo Empresarial BioCubaFarma impulsan una industria que por su alto costo se considera destinada únicamente a países desarrollados.
El impacto de los productos biotecnológicos cubanos ha sido indiscutible en la población con las vacunas contra la Meningitis B/C y la Hepatitis B; vacunas bivalentes, trivalentes, tetravalentes y pentavalentes, en otras de tipo terapéutico para combatir el SIDA y en variantes preventivas.
LA EDUCACIÓN, EL DEPORTE Y LA CULTURA, UN DERECHO DE TODOS
Otros de los grandes logros del país, que se mantienen por encima de las dificultades, son la educación, la cultura y deporte como derecho del pueblo. En el presente curso escolar 2019-2020, 10 707 instituciones docentes recibieron un millón 700 000 estudiantes, una realidad que en nada se compara a la situación que vivía el país antes del triunfo de la Revolución.
Situación de Cuba en la década del 50:
- Maestros desempleados: 9 000
- Población analfabeta: 57 %
- Los niños del campo no tenían la posibilidad de acceder a las escuelas.
Con la Campaña de Alfabetización, impulsada en 1961 por el Gobierno cubano, se declaró a Cuba como Territorio Libre de Analfabetismo y se redujo el porcentaje de personas que no sabían leer ni escribir de un 20 %, que existía en 1958, al 3.9 %. En solo un año, de 1960 a 1961, se crearon 15 000 aulas nuevas en zonas rurales y la matrícula en escuelas elementales había aumentado hasta un millón 118 942 alumnos. Hoy, todo cubano, sin importar su edad, puede cursar de manera gratuita desde la enseñanza primaria hasta la universitaria, y si es de su interés continuar los estudios en especializaciones, másteres y doctorados.
En cada uno de estos centros docentes se encuentra ubicado un profesor de Educación Física y un instructor de arte. Dentro de su labor no solo se encuentran las actividades docentes, sino también acciones encaminadas a la comunidad, que incluyen actividades para la promoción de la lectura y el arte en general, desde manifestaciones artísticas como el teatro, las artes plásticas, la música y la literatura.
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