Rita Maestre es una mujer, joven y partisana, como ella misma se define. España la vio nacer y fue en ese país donde desarrolló su vocación hacia la política. Fue quizás el contexto en que le tocó vivir el máximo responsable de su accionar como joven, rebelde si se quiere, inconforme y militante.
Estudió Ciencias Políticas en la Universidad Complutense de Madrid, y desde muy joven decidió ser parte activa e impulsora de un cambio que beneficiara a quienes, hasta el momento, permanecían tras el telón, olvidados, ignorados, y donde la corrupción por parte del gobierno se había convertido en algo tan bochornoso como cotidiano, según explica.
Maestre, a sus 29 años, es concejala y portavoz del Gobierno Municipal del Ayuntamiento de Madrid; también se desempeña como secretaria general de la Unión de Ciudades Capitales Iberoamericanas (UCCI) en virtud de lo cual llegó a Cuba recientemente, en una visita de trabajo que duró tres días; aprovechamos esta oportunidad para conversar con ella sobre política, sobre izquierdas y derechas, sobre La Habana, sobre Madrid.
—¿Cómo surge su inclinación hacia la política? ¿Cómo se inicia en ella?
—Desde muy joven he participado en movimientos sociales y en distintos espacios de movilización, en la universidad formé parte de un colectivo que se llamaba Contrapoder, y después participé también en el 15-M. Algunos años después, muchas de las personas que estábamos en aquellos movimientos empezamos a pensar que, además de trabajar en el cambio político por España desde fuera de las instituciones, tenía sentido empezar a pensar en hacerlo desde dentro, y entonces creamos Podemos como partido político. Queríamos buscar plataformas para llegar a las instituciones, a los gobiernos, y finalmente al gobierno de Madrid.
“En el año 2015, en el marco de las elecciones locales y previo a las generales, pensamos en organizar una candidatura municipal que denominamos Ahora Madrid; con ella nos presentamos a las elecciones, yo fui parte del proceso, dirigí la campaña electoral y también me presenté como candidata a concejala, y resulté electa”.
—¿Cómo llegó a gobernar en la capital española un movimiento de izquierda, luego de 26 años de la presencia del derechista Partido Popular (PP)?
—Creo que lo que sucedió en Madrid, que ocurrió también en las ciudades más grandes del país (Barcelona, Zaragoza, Cádiz, Santiago), tiene que ver con el agotamiento de la mayoría de la población de un modelo que era profundamente injusto, que repartió la carga de la crisis y la dejó caer sobre las espaldas de los trabajadores y de la mayoría social, que solo benefició a unos privilegiados mientras que había bajas de salarios, mientras bajaban las pensiones, mientras empeoraban la educación y la sanidad; era un modelo corrupto, que ha utilizado el dinero público para llenarse los bolsillos y para llenar las cuentas del Partido Popular.
“En las elecciones de 2015, cuando hubo que votar, mucha gente que dijo: ya no más de un modelo que sabemos cómo es, que sabemos a quién favorece y a quién privilegia, y que además, en el sentido literal de la palabra, nos roba.
”Nosotros no nos presentamos a las elecciones para criticar ni para hacer oposición, sino para gobernar: ¨queremos utilizar el dinero público para hacer cosas buenas para la gente de Madrid y queremos utilizarlo con honradez¨; creo que eso convenció a mucha gente, que vio una voluntad política muy clara de cambiar las cosas”.
—Mujer, joven y política… ¿cómo se conjugan estas tres condiciones en la vida de Rita Maestre?
—Es difícil. Hay toda una generación de mujeres en España, no solo jóvenes, haciendo política; las dos alcaldías de las ciudades más importantes de España están en manos de mujeres con una visión feminista e igualitaria de la sociedad.
“Pero es difícil porque el machismo consiste, entre otras muchas cosas, en valorar de forma distinta a la mujer y al hombre y, por lo tanto, en no valorar como se debería los méritos de las mujeres. Es como si se desconfiara de nuestra presencia allí, según esa perspectiva nunca llegas a donde estás por los méritos que hayas tenido o por tu capacidad de trabajo en equipo, de convicción, o de liderazgo, sino porque eres amiga de fulanito, porque eres más mona o menos mona, no por tus méritos profesionales. Por eso es importante visibilizar, criticar, señalar, para poder hablar del tema, y para obligar a todo el mundo a posicionarse en la búsqueda de soluciones”.
—Algunos consideran que la juventud es sinónimo de inexperiencia y, por tanto, de incapacidad política. ¿Qué opina al respecto?
—En España la política estaba muy envejecida, había muy poco recambio entre los dos partidos más conocidos (PP y PSOE), y se consideraba joven a una persona de 45 años. Gracias al 15-M y después también a Podemos, hay toda una regeneración en las fuerzas políticas, que se han visto obligadas a cambiar sus cuadros, a sus portavoces, para adecuarlos a una realidad nueva donde hay mucha gente joven que tiene cosas que decir.
“¿Es un déficit la falta de experiencia? Bueno, puede serlo, lo que pasa es que la experiencia es un valor por acumulación y, en ese sentido, el mérito de la experiencia no es más que el mérito de la acumulación del paso del tiempo. Eso está bien, pero francamente a mí no me parece que sea el valor fundamental porque, además, en la política uno aprende rápido.
”Yo creo que es muy importante que haya perfiles distintos que recojan la diversidad que hay en la sociedad, por ello es necesario que los jóvenes estén presentes, porque son el futuro del país, porque sus ideas y sus opiniones se escuchan muy poco, porque se nos considera una gente que cuenta menos, y entonces es bueno que estemos ahí para demostrar que no, que contamos y que contamos mucho”.
—Usted llegó a La Habana con el objetivo de establecer un diálogo de colaboración mutua entre Madrid y La Habana, en el marco del Programa de Cooperación Integral de la Unión de Ciudades Capitales Iberoamericanas…
—Pues sí, hace 35 años el primer alcalde democrático de la ciudad de Madrid, después de la dictadura franquista, organizó una red de ciudades con el objetivo de fortalecer la cooperación entre ellas y de ayudar a los procesos de democratización que se estaban produciendo en muchos países que salían de las dictaduras de extrema derecha. Esa red ha seguido trabajando durante todos estos años con distintos enfoques, pero centrada en la cooperación entre ciudades.
“Nosotros no creemos que España, o Madrid tenga que ir por América Latina dando lecciones de lo que hay que hacer, sino aportando los conocimientos, experiencias y algunas buenas prácticas que creemos que tenemos, y también recogiendo las muchas otras que hay en las diferentes ciudades, porque una de las cuestiones fundamentales es acabar con la mentalidad colonial con la cual el europeo va a enseñar a los que todavía no saben”.
—¿Cuáles son las proyecciones de trabajo con la capital cubana?
—Nuestro objetivo aquí en La Habana, como en otras ciudades con las que tenemos acuerdos de cooperación integral, es encontrar esos espacios de colaboración en los que hay intereses mutuos y podemos buscar soluciones o propuestas comunes, porque a las ciudades les pasan cosas similares aunque estén a kilómetros de distancia.
“Nuestro deseo es que ese vínculo que une tan fuertemente a España y a Cuba, a Madrid y a La Habana, lo podamos reforzar también desde la UCCI, trabajando en proyectos concretos que sean satisfactorios para las dos ciudades, pero también construyendo y visibilizando ese lazo a través de las instituciones”.
—¿Cuánto puede aportarle La Habana a Madrid y viceversa?
—Ya hemos identificado varios proyectos comunes que nos interesan a ambas partes y que tienen que ver con el espacio público, por ejemplo, la rehabilitación mutua del Paseo del Prado, porque tenemos dos similares. Estamos haciendo un proyecto de rehabilitación conjunta, mirándonos las dos ciudades, porque se llaman igual y porque representan un espacio muy parecido.
“Colaboramos también con el Centro Nacional de Educación Sexual, en la lucha contra la homofobia. En la ciudad de Madrid se ha avanzado mucho y también en La Habana, pero queda mucho por hacer, y ahí tenemos una colaboración fuerte.
”De igual modo, estamos trabajando en las líneas de fortalecimiento institucional, de participación ciudadana, en las metodologías de participación y de mejora de la gobernanza en ambas ciudades”.
—Es esta su primera visita a La Habana, ¿qué imagen tenía de antemano sobre la Isla y qué se lleva de ella?
—Tenía una imagen muy buena, en España, más allá del ruido mediático, el afecto por Cuba es muy grande, sorprendentemente grande, es como un sentimiento muy apegado.
“Hay dos cosas que me gustan mucho y que echo de menos en Madrid y en Europa: una es el uso tranquilo del espacio público, las calles y las plazas aquí no son solo un lugar de paso sino un lugar en el que se está, un lugar que se construye con los vecinos, con los amigos, con la familia; un lugar que es de todos, y que no es solo la calle por la que voy del trabajo a hacer la compra, eso dice mucho de una ciudad. En Madrid hay lugares donde todavía existe, pero otros donde ha desaparecido.
”Otra cosa que he ido viendo es que esta ciudad se concibe a sí misma como una colectividad, una comunidad, más que una suma de individuos. Una de las huellas terribles que ha dejado el neoliberalismo en Madrid, en España y en Europa es la idea de la jungla, cada uno a lo suyo, cada quien se las arregla como pueda y el que no, pues ahí se queda. En España no nos hemos convertido en un país anglosajón todavía, afortunadamente, pero han quedado huellas de esa ofensiva neoliberal, donde lo importante es el individuo y la sociedad no existe. Yo sí creo que la sociedad existe y es mucho más que la suma de los individuos; yo veo que eso aquí lo tienen muy claro y para mí es algo de lo que aprender; ojalá consiga trasladarlo y construirlo en mi ciudad”.
sachiel
4/8/17 13:35
Excelente, quisiera ver más articulos similares, y enhorabuena a Rita y su labor...
Términos y condiciones
Este sitio se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social. Recomendamos brevedad en sus planteamientos.