El triunfo revolucionario cubano del 1 de enero de 1959 trajo consigo una serie de cambios y beneficios para el pueblo, pero también conflictos y tensiones políticas, fundamentalmente con Estados Unidos.
Durante años, la política de los presidentes del norte hacia el país ha sido reaccionaria, y durante todo este tiempo, han dedicado numerosos esfuerzos por detener a los revolucionarios, hasta el punto del rompimiento de las relaciones bilaterales entre ambos países.
A propósito, Cubahora le ofrece de forma sucinta, una cronología con los principales hechos que desencadenaron la ruptura, en enero de 1961.
Diciembre de 1959: La Agencia Central de Inteligencia (CIA) trabajó en numerosos proyectos para asesinar a Fidel Castro.
Febrero de 1960: El gobierno de los Estados Unidos le había dado luz verde a la CIA para organizar una fuerza invasora que sería entrenada en Guatemala y Nicaragua, gobernadas a la sazón por brutales dictaduras derechistas.
A su vez, la contrarrevolución interna recibía entrenamientos y recursos de la CIA para escenificar ataques terroristas dentro del país.
Marzo de 1960: el presidente norteamericano Dwight Eisenhower recortó la cuota azucarera establecida como parte de las relaciones bilaterales entre ambos países desde 1934. El 17 de ese mismo mes, se le dio a la CIA permiso oficial para organizar una fuerza expedicionaria de exiliados cubanos.
Junio de 1960: Los suministros de petróleo a Cuba, provenientes de los Estados Unidos, Gran Bretaña y Venezuela, fueron suspendidos a instancias del gobierno norteamericano. Las empresas petroleras que deseaban hacer negocios con La Habana también fueron advertidas de transitar por este mismo camino.
Octubre de 1960: Estados Unidos impuso un bloqueo al comercio de Cuba, llamado por ellos “embargo”. A pesar de ello, ambos países mantuvieron relaciones diplomáticas.
Continuaron aumentando dentro del país el número de bandas contrarrevolucionarias urbanas y rurales. La coordinación se manejaba a través de la radio de onda corta. Algunos ciudadanos cubanos, incluidos miembros del personal de la embajada norteamericana, fueron arrestados por conspirar con cubanos derechistas, brindarles entrenamiento y recursos para llevar a cabo sabotajes.
El 3 de enero de 1961, Fidel Castro, en defensa de la soberanía cubana, dijo en un discurso público que la cantidad de personal de la embajada de los Estados Unidos en La Habana tenía que ser reducida al mismo número del personal diplomático cubano en la embajada de Washington. La delegación estadounidense contaba con unos 300 efectivos, entre ellos miembros de la CIA, el FBI y la Inteligencia Naval, mientras, que la cubana solo contaba con 11 diplomáticos.
En este mismo mes, la administración de Eisenhower rompió las relaciones bilaterales, apenas unas tres semanas antes de que Kennedy tomase posesión. Una decisión que limitaba las opciones del nuevo presidente en cuanto a su política respecto a la Mayor de las Antillas. Él no podía restablecer las relaciones y había heredado los planes republicanos y de la CIA.
Cincuenta años después, tras el deshielo del 17 de diciembre, Estados Unidos y Cuba restablecieron sus relaciones diplomáticas en 2015. El clima se mostraba favorable para avanzar en otras esferas de desarrollo, aunque mantenían el bloqueo económico, comercial y financiero al país.
Lea además: Se impone un cambio esencial en la política de los Estados Unidos hacia Cuba
Según comentó a la agencia de noticias AFP Carlos Fernández de Cossío, director general para Estados Unidos de la cancillería, hubo dos primeros años positivos, marcados por la facilidades de viajes y de comercio entre ambos países, la apertura de comunicación telefónica directa y la histórica visita de Barack Obama a La Habana.
Con la llegada del presidente Donald Trump al poder otra ha sido la perspectiva. Los hechos han demostrado el retroceso en todos los sentidos.
Lea además: ¡Hay amores que matan!
Después de meses de tensiones entre los dos países, “debemos estar conscientes de que esto puede agravarse aún más”, pues “las personas que tienen a su cargo hoy la política de Estados Unidos hacia el hemisferio occidental son personas con conductas y postulaciones muy extremas y agresivas hacia nuestro país”, advirtió Cossío. El mandatario afirmó además que el gobierno cubano está “listo” para otra eventual ruptura de relaciones diplomáticas con Washington, “pero no la deseamos”.
Lea además: Después del 17D: Cuba-Estados Unidos
Términos y condiciones
Este sitio se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social. Recomendamos brevedad en sus planteamientos.