La expectativa rodea el balotaje presidencial de este domingo en Chile, donde aunque el izquierdista Gabriel Boric sale como favorito, —siempre según encuestadoras— la posibilidad de que gane el ultraderechista José Antonio Kast pende como la espada de Damocles sobre el futuro del país andino.
Aunque en Chile el voto es voluntario, en las últimas semanas los aspirantes al Palacio de La Moneda cambiaron sus campañas, mucho más perfiladas entonces en los posibles programas de gobierno, para atraer votos de los 15 000 000 de ciudadanos convocados a las urnas.
Los eventuales resultados de este día fueron informados por cinco firmas encuestadoras que dan como ganador al candidato de Apruebo Dignidad, una alianza integrada por el Partido Comunista, Revolución Democrática, Convergencia Social, Comunes, y la Federación Regionalista Verde Social.
La empresa Plaza Pública Cadem publicó antes del cierre de las tendencias que Boric, de 35 años, diputado por Magallanes y ex líder estudiantil, tiene una intención de voto de 40 % ante un 35 % de Kast, 55 años, fundador del partido radical de derecha Frente Social Cristiano, mientras otras cuatro dan ventaja de 10 puntos al también joven abogado. En primera vuelta, el negacionista Kast obtuvo la victoria con un 2 % más de boletas favorables (27,91-25,83).
Uno de los cambios más notables en las nuevas estrategias fue el uso de las redes sociales, además de mensajes diferenciados de los de la primera vuelta, en noviembre pasado.
Los equipos de campaña manejaron sus recomendaciones en redes de Facebook, Twitter, Instagram, YouTube y TikTok, además de sus visitas a los territorios, en los que tocaron cada puerta para atraer a la ciudadanía a las urnas y asegurar los apoyos ya existentes.
Kast, quien tiene el soporte de la oligarquía chilena, gastó desde el pasado 6 de diciembre 64 000 000 de dólares en anuncios publicados en la plataforma de anuncios de Facebook y reforzó su presencia en Instagram.
Su oponente potenció la franja electoral para compartir clips cortos en las redes, apoyado en Twitter, su principal herramienta de transmisión.
Aunque son cifras que cambian de continuo, entre los expertos en redes sociales —que no siempre se identifican— aseguran que el aspirante izquierdista lidera las discusiones y las interacciones.
Apruebo Dignidad, siempre según esas fuentes, tiene 616 000 seguidores en Instagram, 127 000 en Facebook y 1 000 000 en Twitter.
Al Frente Social Cristiano lo siguen 234 000 personas en Facebook, 392 000 en Instagram y 526 000 en Twitter.
Para el experto en medios digitales, Andrés Azócar, “con los datos de la última semana Boric arrasa”, lo cual, por supuesto, no es concluyente.
Según sus mediciones, en estos últimos siete días la carta del izquierdismo le saca al partido conservador 7 000 000 de interacciones de diferencia en Instagram, red social dominada por un público femenino y de jóvenes,
Para Azócar, la tasa de fidelidad a Kast es más baja, pues aunque dijo retractarse de algunas ideas presentadas luego de ganar la primera vuelta, el daño es irreparable ante la amenaza de darle continuidad a un gobierno basado en su ídolo local, el general traidor Augusto Pinochet (1973-1990).
El especialista considera que Boric también, sin renunciar a alguno de sus principios de un nuevo Chile apoyado en la Carta Magna en redacción, bajó el tono de su lenguaje, ahora más de calle y mencionó temas como el narcotráfico, seguridad, violencia, delincuencia, mejor vida.
APOYOS A BORIC Y MENTIRAS DE KAST
Casi en vísperas del balotaje —lo cual no significa que decidan el voto— Boric recibió dos apoyos considerados contundentes a su candidatura, la de los expresidentes Michelle Bachelet, quien actualmente ocupa el cargo de Alta Comisionada para los Derechos Humanos de Naciones Unidas, y el socialista Ricardo Lagos, opuesto a la candidatura de Kast “por tratar de imponer su voluntad a balazos y no por definiciones políticas”.
En opinión de Lagos, las ideas del ultraderechista suponen una continuidad de las de Pinochet, connotado criminal que asesinó a miles de personas y llevó al exilio a otras tantas. Para el exmandatario del partido socialista, cuando Kast afirma que “no me va a temblar la mano” para disparar, se separa del deseo de la mayoría de los chilenos de un mejor país, donde se viva “con dignidad y sin represalias”.
Como era esperado, el respaldo de Bachelet tuvo negativas repercusiones en el oficialismo y partidos de derecha, que pidieron su cabeza a la ONU.
La exmandataria se encuentra en Chile desde hace una semana y poco después de su llegada sostuvo un reservado encuentro con Boric. Bachelet confirmó su apoyo para el aspirante del Frente Amplio en un video dirigido al pueblo chileno, donde expresó: “No da lo mismo por qué candidato se vota, por eso yo voy a votar por Gabriel Boric”, e hizo un llamado “a todos mis compatriotas a que asistan a votar tranquilamente, respetando a los que piensan diferente”.
La posición de la dos veces presidenta del país casi en vísperas del balotaje acaparó críticas del Comité Político del mandatario saliente, el conservador Sebastián Piñera, que expresó: “No nos genera mayor sorpresa y ella sabrá sus límites para opinar en una opción presidencial a nivel local”.
Diputados del conservador partido Renovación Nacional enviaron un oficio al ministerio de Relaciones Exteriores para que se pronunciara sobre la posición de Bachelet.
Un grupo de parlamentarios oficialistas envió una carta al secretario general de la ONU, António Guterres, pidiendo que la Alta Comisionada se reúna también con José Antonio Kast e, incluso, exigieron que deje su cargo.
“No tenemos comentarios al respecto”, dijo la vocera adjunta de la Secretaría General de la ONU, Florencia Soto Nino-Martínez, poco después de la declaración del despacho de Guterres, de “No hay comentario sobre la política interna de los países”.
Sin embargo, la Cancillería no puso reparos “con que la expresidenta haya formulado o haya hecho explícita una preferencia electoral y no vemos inconvenientes en que como ciudadana exprese su preferencia”.
También desde el comando de Boric hubo repercusiones. La diputada comunista Camila Vallejo, una de las voceras del aspirante izquierdista, expresó que “hay que aceptar esos respaldos desinteresados para la defensa de la democracia”.
Tres días antes del balotaje, políticos y figuras públicas europeas se pronunciaron también a favor de Boric.
“Lo que está en juego en la elección presidencial en Chile es la posibilidad de avanzar hacia un verdadero Estado social y democrático de derecho (…). Ante el peligro real de una involución en Chile no podemos ser, ni somos, indiferentes o neutrales. Decimos no a la normalización de las políticas de ultraderecha”, expresó un manifiesto firmado, entre otros, por Thomas Piketty, José Luis Rodríguez Zapatero, Anne Hidalgo, Boaventura de Sousa Santos, Cristina Narbona, parlamentarios del Parlamento europeo, académicos y periodistas.
A Kast, por el contrario, y aunque ello no influya en sus seguidores, le fue mal la última semana previa al balotaje.
Aunque el admirador de Pinochet dio marcha atrás a partes de lo que podría ser su negativo gobierno, si ganara, en la ciudad de Calama, en la norteña región de Antofagasta, trabajadores de la Corporación Nacional del Cobre (Codelco) lo declararon persona no grata.
En una publicación, los afiliados a Codelco afirmaron que las propuestas del ultraderechista “son un gran retroceso en problemáticas laborales, civiles, democráticas, ambientales y, sobre todo, para el sector minero”, además de que su programa “ignora las demandas de los movimientos sociales y es una amenaza para las mujeres y la equidad de género”.
En los últimos días, el aspirante que niega el aborto y el matrimonio igualitario, recién aprobado en el país, está en medio de una polémica, luego de las revelaciones del periodista Mauricio Weibel de que su padre, Michael Kast, se afilió de manera voluntaria en 1942 al partido nazi de Adolfo Hitler.
La tarjeta de identidad de Michael Kast, con el uniforme y los grados de teniente del ejército nazi, llegado a Chile en 1951 huyendo de la nueva Alemania, contradice a su hijo, quien aseguró que su progenitor había sido obligado a ir a la guerra como un simple recluta.
El mentís público de Weibel a Kast rebotó de forma negativa en los indecisos, precisó el periódico El mostrador, al analizar el ánimo de los votantes.
También fue mal recibida su afirmación de “Si Pinochet estuviera vivo, votaría por mí”, precisó ese diario, que recordó pasajes de la vida del ultraderechista, un activista y entusiasta promotor del sí en el referendo de 1988 para decidir si el dictador continuaba en el poder, en el que ganó el no.
Analistas políticos confían en la conciencia de la mayoría del pueblo chileno y su presencia en los colegios electorales para definir si se libran o no de la pesadilla de Kast, que podría convertirse en una tristísima realidad.
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