La extraterritorialidad es de las adiciones al bloqueo a Cuba que muestra con mayor claridad que ninguna otra la prepotencia y el injerencismo de los sectores reaccionarios norteamericanos en la aplicación de tan brutal cerco.
El origen de semejante “iniciativa”, que afecta los intereses y la independencia de acción de terceras naciones en sus vínculos con la Mayor de las Antillas, se remonta oficialmente a la promulgación por la Casa Blanca en 1996 de la Ley Helms Burton, que “le otorga al bloqueo estadounidense un alcance extraterritorial, en particular por una de sus disposiciones que prevé sanciones a las personas o compañías de terceros países que trafiquen con propiedades norteamericanas que hayan sido confiscadas en Cuba”.
Se trata de interpretaciones y decisiones que violan todas las normas internacionales relativas al comercio, a la vez que desconocen intencionadamente la autodeterminación de los Estados en materia de establecer vínculos económicos mutuamente ventajosos con cualquier similar del planeta.
Y en esta circunstancia, la Unión Europea, que en muchos sentidos actúa como socia cuasi incondicional de los Estados Unidos, no pudo menos que reaccionar de inmediato contra la Helms Burton, por considerarla, entre otras cosas, una agresión directa a las empresas del Viejo Continente con negocios en nuestro país.
Así, por ejemplo, en su visita a La Habana en 2015, el entonces presidente francés, François Hollande, reiteró su exigencia a Washington de eliminar el bloqueo a la Isla y derogar la extraterritorialidad de esa medida, por la cual varias entidades bancarias de Europa habían recibido sanciones norteamericanas por sus tratativas con similares cubanas.
Paralelamente, fuentes de la dirigencia de la Unión Europea admitían la “irritación” que generan en el Viejo Continente los injerencistas acápites de la Ley Helms Burton.
Vale recordar que justo en 1997 la UE conminó a Washington a no aplicar lo estipulado en ese controvertido cuerpo de ley, o de lo contrario recibiría una denuncia europea en el seno de la Organización Mundial de Comercio.
Y justo este diciembre, como ya había ocurrido en ocasiones anteriores, diputados del Parlamento Europeo y numerosos activistas reclamaron el cese del bloqueo de Estados Unidos contra Cuba y rechazaron su carácter extraterritorial.
Según despachos de prensa, en la cita, organizada bajo la rúbrica “Las jornadas de acción europea contra el bloqueo a Cuba”, los asistentes debatieron sobre el impacto norteamericano a la Mayor de las Antillas, y denunciaron que “su alcance también llega con fuerza a Europa y otras naciones del mundo”.
En este sentido, añadieron las fuentes, la vocera del capítulo sueco del Comité Internacional por la paz, justicia y libertad para los pueblos, Vania Ramírez, manifestó que el bloqueo contra la Isla atenta también contra los ciudadanos del Viejo Continente, quienes, “muchas veces encuentran obstáculos para cuestiones como acceder a productos cubanos”.
Asimismo, se mencionaron las multas impuestas a diversos bancos europeos por realizar operaciones relacionadas con Cuba.
El encuentro estuvo encabezado por europarlamentarios y representantes de movimientos sociales de Portugal, España, Italia, Bélgica, entre otras naciones, y organizado por el Grupo Confederal de la Izquierda Unitaria Europea, la Izquierda Verde Nórdica, y la asociación de solidaridad Cubanismo.
CUBA NO ESTÁ SOLA FRENTE AL BLOQUEO
La alta representante de la Política Exterior de la Unión Europea, Federica Mogherini, aseguró durante su visita oficial a nuestro país, que mientras algunos intentan aislar a Cuba, los europeos están más cerca que nunca de los cubanos que no se quedarán solos frente al bloqueo de Estados Unidos, señala la ACN.
Frente a los que levantan muros, los europeos queremos tender puentes y abrir puertas mediante la cooperación y el diálogo con la Isla, subrayó en una conferencia magistral ante un centenar de estudiantes del Colegio Universitario San Gerónimo de La Habana.
El bloqueo no es la solución, se lo hemos dicho a los estadounidenses y afirmado repetidamente en Naciones Unidas, la última vez en noviembre pasado, insistió la también vicepresidenta de la Comisión Europea.
Para la funcionaria esa política solo empeora la calidad de vida de los hombres, mujeres y niños en la mayor de las Antillas y es obsoleto e ilegal.
CUBA Y EUROPA: HISTORIA Y CULTURA EN COMÚN
Federica Mogherini visitó el Centro para la interpretación de las relaciones culturales Cuba-Europa, ubicado en el Palacio del Segundo Cabo, en el centro histórico de esta capital.
Acompañada por Eusebio Leal, historiador de la Ciudad de La Habana, Mogherini recorrió las salas permanentes de esa instalación, inaugurada en mayo último, luego de su restauración con el apoyo de la UE, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura e instituciones cubanas.
La también vicepresidenta de la Comisión Europea constató los modernos equipamientos ubicados en el Centro, que permiten a los visitantes una mayor interacción con la historia y el desarrollo de las manifestaciones artísticas en Cuba y el llamado Viejo continente.
Enclavado en la Plaza de Armas, el majestuoso edificio de estilo barroco fue construido entre 1772 y 1790 como residencia del Segundo Cabo, la más importante figura en la Cuba colonial luego del Capitán General.
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