Lo de Donald Trump no tiene desperdicio. Después de arreciar el bloqueo, poner más trabas a los viajes de estadounidenses a Cuba, golpear con sus medidas a negocios particulares y empresas estatales, alentar a la extrema derecha anticubana, orquestar el montaje de supuestos ataques sónicos y entorpecer el visado a los ciudadanos de nuestro país para viajar a Estados Unidos, se declara como un tipo popular entre los cubanos.
Según una nota de la agencia ANSA, Trump afirmó que tiene el apoyo del pueblo cubano y dijo que su gobierno “encaminará” a la isla.
Trump dijo esperar que “se normalicen” las relaciones con Cuba, pero advirtió que “las autoridades cubanas no hacen lo correcto, y cuando ellos no hacen lo debido, nosotros tampoco”.
“Debemos ser fuertes con Cuba. El pueblo cubano es un pueblo increíble. Ellos me apoyan fuertemente. Y vamos a encaminar a Cuba”, dijo el mandatario estadounidense en declaraciones a periodistas a su regreso a la Casa Blanca desde Camp David.
Parece que el multimillonario, obsesionado todo el día escribiendo tuits para denigrar sin límites de cuanto le venga en gana, no ha tenido tiempo para mirar lo que en las redes sociales escriben sobre él los cubanos que viven en este archipiélago. Eso es sólo una muestra de lo que piensan millones.
Quizá el hombre busque un autoconsuelo engañoso tras saber que el 52% de los estadounidenses dijo que el país ha empeorado desde su llegada a la presidencia, según una encuesta de la agencia de noticias AP y el Centro NORC para Investigación de Asuntos Públicos; y que sólo el 25 por ciento considera que ha cumplido sus promesas electorales.
Allá él en su Luna de Valencia o en su Lecho de Posverdades. Por aquí, se vuelve a escuchar en la radio aquel hit musical de los 80: “Mentira, ¿quién te lo va a creer?”
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