Cuando se hable de relaciones mutuas donde, junto a los profundos afectos, han regido siempre los principios de respeto, diálogo constructivo, y defensa del derecho a la autodeterminación, sin dudas el ejemplo mexicano-cubano no podrá dejar de esta presente.
No obstante, si desde centurias pasadas primaron entrañales lazos entre la nación azteca y la Mayor de las Antillas, ha sido sin embargo en los últimos decenios de poder revolucionario en Cuba, que el pueblo mexicano ha demostrado con creces la valía de sus pilares éticos y políticos en su vínculo con el vecino Archipiélago, al convertirse en la única nación de América Latina que no admitió el cerco gringo a nuestro país y mantuvo incólumes sus relaciones con La Habana por encima de toda presión externa.
Es un gesto que los cubanos nunca olvidarán, y que suscribe el celo mexicano por la independencia y la integridad nacionales como el arma que ha permitido a la hermana nación resistir durante siglos la apetencia del hegemonismo que ronda su frontera norte, y que más de una vez se entregó al despojo violento del sureño vecino.
Benito Juárez, el primero indígena que encabezó un Estado en América Latina y el Caribe, enseñó a sus ciudadanos que “el respeto al derecho ajeno es la paz”, y esa bandera la lleva México en su conciencia y en su ser…y los cubanos bien lo sabemos y estimamos.
Y sobre ese escenario de dignidad y decencia, calzado además por multitud de episodios tan relevantes de la historia como la preparación en suelo mexicano de nuestra última guerra de liberación y la partida del Granma con Fidel Castro y sus compañeros para llevarla triunfalmente a cabo, es que se produjeron hace apenas unas horas la visita del presidente cubano, Miguel Díaz Canel, a Ciudad de México, y su amistoso y provechoso encuentro con su homólogo local Andrés Manuel López Obrador, AMLO, como lo designan sus conciudadanos, un estadista de miras progresistas y de un intenso compromiso con la suerte de su país, de su pueblo y del Sur del Hemisferio.
Díaz Canel manifestó a su llegada los intensos sentimientos de hermandad que animan a Cuba con respecto a México, en tanto López Obrador, que le recibió a las puertas del Palacio Presidencial, declaró que la visita del presidente cubano es de mucha importancia y se inscribe en el esfuerzo común por intensificar los lazos de colaboración mutua, como corresponde a las aspiraciones de la política exterior de su nación.
Medios de prensa indicaron que ambos estadistas se reunieron por separado y luego junto a sus respectivas delegaciones, en lo que se calificó como una jornada útil y positiva,
En ese sentido la cancillería cubana precisó que el cordial encuentro “ratificó la voluntad de continuar desarrollando el diálogo político-diplomático y de ampliar las relaciones económico-comerciales, de inversión y cooperación”.
Vale indicar que Cuba y México mantienen un importante intercambio que comprende los sectores de la cultura, la educación, la salud y los deportes, mientras en el terreno económico la nación azteca resulta el segundo socio comercial de la Isla en el Sur del Hemisferio, y el quinto a escala global.
Se resalta también que el amistoso diálogo entre AMLO y Díaz Canel tiene lugar cuando la ONU se prepara para ejecutar en breve un nuevo debate general sobre la necesidad de poner fin al bloqueo comercial y financiero de los Estados Unidos a Cuba y votar la resolución correspondiente, y en tiempos en que el gobierno de Donald Trump arrecia ese cerco genocida mediante el incremento de toda suerte de medidas destinadas a crear mayores dificultades al desarrollo multifacético de la Isla y a la cotidianidad de sus ciudadanos, a la vez que promueve la violencia y la desestabilización contra otros gobiernos progresistas del Hemisferio.
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