El presidente Donald Trump ha dado su primer discurso ante la Asamblea General de la ONU y ha empleado copiosamente en él el verbo deber: 26 veces a lo largo de la intervención y hasta lo ha reiterado cinco veces en el mismo párrafo. En el mejor estilo de los cómics de la Guerra Fría, Trump repartió en sus palabras roles de héroes y villanos en el escenario internacional.
En las historietas no suele haber héroe colectivo. El héroe del Señor Trump es uno solo, Estados Unidos, “una de las mayores fuerzas del bien en la historia del mundo y los más grandes defensores de la soberanía, la seguridad y la prosperidad para todos”. Sin comentarios para quien tenga un mínimo conocimiento de los últimos 200 años de historia universal.
Los malos no son muchos pero son malísimos, merecen calificativos poco frecuentes en la diplomacia como “vil”, “canalla”, “siniestro”, “depravado” “torcido” y “criminal”. Siria, Corea del Norte, Irán, Venezuela y Cuba son los enemigos declarados a quienes Trump corregirá el rumbo con los deberes que el planeta debe cumplir bajo su liderazgo. Cuba, en particular, es -según el discurso del Señor Presidente- un “corrupto régimen desestabilizador” que su gobierno mantendrá sancionado con un bloqueo económico, comercial y financiero que paradójicamente esa misma Asamblea General ante la que habló ha condenado reiteradamente de manera abrumadora.
Desde su llegada a la Casa Blanca, Donald Trump se ha encargado de barrer con las esperanzas de distensión entre Estados Unidos y Cuba abiertas el 17 de diciembre de 2014 por los presidentes Barack Obama y Raúl Castro, que la comunidad internacional hizo suyas de modo unánime.
Antes de tomar posesión, Twitter mediante, Trump se manifestó irrespetuosamente sobre el Comandante en Jefe Fidel Castro, a raíz de su fallecimiento. Ya investido, el 20 de mayo de este año, emitió un comunicado injerencista para conmemorar la fecha en que Estados Unidos impuso a Cuba una república de opereta con un apéndice constitucional que le autorizaba a disponer de su territorio para bases militares (remember Guantánamo) e intervenir en ella cada vez que le pareciera pertinente. Y el 16 de junio, el dueño de la Trump Tower hizo un discurso en Miami para derogar la directiva presidencial emitida por el gobierno de Barack Obama que buscaba -a través de su smart power- los mismos objetivos históricos de Washington en la Isla que el primer presidente negro de los EE.UU. consideró sufre “régimen opresivo”.
Granma, el diario del Partido Comunista de Cuba, ha sido de los pocos periódicos del planeta que ha publicado íntegramente en su edición impresa el discurso de Trump en la ONU, y es lógico. Como extracto de un virus que se utiliza para inmunizar contra una enfermedad, conocer las palabras que acaba de pronunciar el Presidente Donald Trump ante la comunidad internacional es un excelente antídoto de efecto antiimperialista. Quien lo dude puede leer las 12 páginas de comentarios indignados al discurso de Trump en la web de Granma.
Francesco Monterisi
22/9/17 4:55
articulo traducido en italiano http://www.cubainformazione.it/?p=26625
stefano
21/9/17 20:13
En general, prefiero a los mangas (comic japones)…
son menos maniqueistas!!!!
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