Las 12 naciones integrantes de la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) respaldaron en una cumbre extraordinaria, efectuada esta madrugada en Perú, al presidente electo de Venezuela, Nicolás Maduro. Pese a su triunfo en las urnas, su victoria fue rechazada por la derecha de ese país, cuyas violentas acciones dejaron un saldo de ocho muertos, más de 60 heridos, y la destrucción de inmuebles estatales y privados.
Los mecanismos de UNASUR prevén la rápida movilización de sus miembros, en caso de que peligre la estabilidad política nacional de cualquiera de las naciones miembros, u otras contingencias de diverso tipo. De inmediato, la Unión convoca a sus miembros en aras de analizar y ayudar en la búsqueda de soluciones que neutralicen acciones de los enemigos de los procesos revolucionarios en Suramérica.
El 23 de mayo de 2008, los 12 países integrantes sentaron las bases del organismo que ha avanzado en su objetivo de construir un espacio de integración y unión en lo cultural, social, económico y político entre sus pueblos, principios cumplidos en los últimos cinco años en diversos escenarios.
A la reunión, efectuada en Lima, asistieron 10 de los presidentes de la entidad regional, con las excepciones del chileno Sebastián Piñera, por compromisos previos ineludibles, y Rafael Correa, de Ecuador, quien realiza una gira por Europa.
La posición de UNASUR, cuya creación fue impulsada por el líder bolivariano Hugo Chávez, constituye un espaldarazo al gobierno de Maduro, que ganó las elecciones el pasado día 14 frente al candidato de la derecha, Henrique Capriles Radonski, negado a aceptar los resultados y jefe de las acciones fascistas sufridas por Venezuela, que han ocasionado ocho muertos y decenas de heridos, además de la destrucción de inmuebles estatales y particulares.
Durante la reunión en Lima, convocada por el presidente pro tempore de la Unión, el presidente peruano Ollanta Humalla, al evaluar la situación en Venezuela –tal como se ha hecho en anteriores ocasiones en los casos de Bolivia y Ecuador, también afectados por intentos de golpes de estado- acordó cinco puntos que apoyan la postura del gobierno venezolano sobre la violencia desatada en el país.
En un intento por frenar las vandálicas acciones que viene impulsando la derecha con Capriles Randoski al frente, la UNASUR rechazó por unanimidad “cualquier acto de violencia provocado por sectores que se niegan a reconocer los resultados electorales, así como también invoca un diálogo entre las partes, a propósito de garantizar la paz y la tranquilidad en todo el territorio venezolano”
En un Acta de Consenso leída por Humalla, Unasur felicita a los venezolanos por su democrática acción el pasado domingo y saluda la elección de Maduro, a quien Chávez designó como su sucesor político en su última intervención pública el pasado mes de diciembre, antes de viajar a Cuba para someterse a una nueva intervención quirúrgica contra el cáncer que padecía desde hacía dos años y le causó la muerte el pasado 5 de marzo.
La organización regional, -que coincide con la postura adoptada por la dirección bolivariana- insta a todas las partes involucrados en el proceso democrático venezolano “a reconocer y respetar los resultados emitidos por el Consejo Nacional Electoral (CNE), al tomar en consideración que es el único ente autorizado por la Constitución Bolivariana para servir de rector en la materia”.
En ese sentido, la Unión suramericana respalda la decisión del CNE de auditar el 46 por ciento de las cajas electorales faltantes el pasado día 14, aunque con el 54% de las realizadas, un número muy superior al que prevé esa entidad, en el término de un mes, sin que ello signifique un reconteo de los votos, ni tampoco impugne la designación de Maduro en la Primera Magistratura.
“Cualquier tipo de reclamo debe hacerse a través del ordenamiento jurídico venezolano”, con lo cual la organización manifiesta su rechazo a las vandálicas acciones cometidas por la derecha en los últimos cinco días en distintos estados de la geografía venezolana.
Los dignatarios también acordaron, a solicitud de Maduro, la designación de una comisión especial que acompañe las investigaciones de los órganos de la justicia de Venezuela, las cuales determinarán responsabilizados por las acciones de violencia de la oposición en los últimos días.
La investidura de Maduro se realizará este viernes en Caracas, con 61 delegaciones extranjeras presentes, 17 de ellas presididas por jefes de Estado.
Miles de personas ya están congregadas en las calles de la capital venezolana para brindar su apoyo al Mandatario, cuya victoria el pasado domingo solo es repudiada por los conocidos elementos que durante los 14 años de gobierno de Hugo Chávez han intentado desestabilizar la nación.
Chávez sufrió el golpe de Estado del 2002, cuando fue secuestrado en el Palacio de Miraflores, al que fue devuelto por la movilización popular y la digna postura de las Fuerzas Armadas Bolivarianas, y después el paro petrolero y otras acciones que intentaron acabar, sin lograrlo, con su gobierno, el que celebró 17 elecciones en 14 años.
El presidente electo Nicolás Maduro –al igual que lo hizo Chávez en su momento- denunció que detrás de las acciones violentas y las acciones desestabilizadoras se encuentra Estados Unidos, con su hostil política hacia la Revolución Bolivariana. Estados Unidos es el único país que no ha reconocido a Maduro como legítimo Mandatario de la nación suramericana.
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