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viernes, 4 de octubre de 2024

A mis hijos…

Eso tienen los segundos domingos de mayo, que la melancolía crece como habichuelas mágicas...

Leticia Martínez Hernández en Exclusivo 08/05/2016
3 comentarios

Un julio, hace casi cinco años, me convertí en madre. Ella era una renacuaja hermosa y a mí me temblaban las manos. Llegó rápido, diría que fácil comparada con otras historias que habitan los pasillos de cualquier hospital materno. La sentí mía desde la primera bocanada de aire, cuando lanzó aquel llanto tremendo, el mejor de los sonidos de mi vida.

El próximo octubre me convertiré en madre por segunda vez. Sí, no se asombre, he entrado en la estrecha estadística de cubanas que se deciden por un segundo hijo. Y tengo el salario de casi todos, las mismas preocupaciones, un título universitario, 32 años, ansias de superación, trabajo a mares, casa estrecha. Pero a mí, lo sublime se me sigue escapando de esa fría factura.

A Carmen le nacerá un hermano o una hermana y quizás quede así en paz con algo a lo que llaman reemplazo poblacional y que se aterriza en dos hijas por mujer. Aunque realmente esto último poca importa. Ahora mismo ella anda atareada buscando un nombre, ya pasó por Daysi, la novia del Pato Donald; por Dora, la princesa Rapunzel; María Silvia y Pocoyó. A ratos, corre hasta mi barriga, que recién comienza a crecer, y me estampa un beso.

Porque allí dentro, dice, está su hermanito, que parece un pez y duerme acurrucado. Le ha separado algunos juguetes y un espacio en su escaparate a donde ha ido a parar, mal doblada, la ropa diminuta que buenas almas comienzan a acopiar y ella guarda. Pregunta cómo come, cuándo hace caca, qué ve cuando abre los ojos; le quiere comprar un cepillo de dientes; y antes de salir a cada consulta con el médico pregunta si por la tarde le traeré al bebé.

Así, entre prenatales, análisis de sangre, consultas, ropas anchas, sueño, mucho sueño, hambre, muchísima hambre, un hijo dentro y otro fuera, llego a este segundo domingo de mayo, Día de las Madres. Empiezan a llegar las felicitaciones, y también algún que otro regalo, las puntuales postales de Correos de Cuba, una flor de romerillo y un beso de ella. Entonces me agarra la nostalgia de quien se está haciendo grande y dos hijos lo acreditan.

A ellos, gracias por el amor que me brotan un amor desconocido hasta aquel primer llanto por enseñarme que el centro no soy yo, que dar es tan inmenso como recibir y que soy más necesaria que cinco años atrás; por hacerme sabia, al menos en las cosas que más precisan; porque cada paso es pensando en ustedes; por enseñarme a poner el pecho allí donde, aunque no me sienta cómoda, es el sitio en que más se me requiere…

Ustedes que me han enseñado también a lidiar con los fríos, los que me dijeron loca, hasta ¿valiente?, cuando me decidí, doblemente, por la maternidad. Ellos no saben lo que se pierden, no saben que la soledad no me habita más, que en cualquier esquina me espera una sonrisa y una preocupación también, que los besos se vuelven indelebles como los trazos de crayolas en las paredes, y que cuando llego a casa siempre me espera un abrazo.

Eso tienen los segundos domingos de mayo, que la melancolía crece como habichuelas mágicas. Y mientras ando soñando por allá arriba, alguien comienza a hacer ruido en la cocina. Debe ser mi madre, ese inmenso horcón del medio que a todos nos sostiene. Acaba de completarse el Día de las Madres en mi hogar. Hijos míos, ¡disfrutémoslo!”


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Leticia Martínez Hernández

Madre y periodista, ambas profesiones a tiempo completo...

Se han publicado 3 comentarios


Mirror
 10/5/16 15:13

SER MADRE ES LA COSA MÁS BELLA QUE EXISTE EN EL MUNDO. POR ESO QUIERO TANTO A LA MÍA, ELLAS DEBERÍAN SER INMORTALES. ES LO MEJOR QUE HA HECHO DIOS.

Reinier Alejandro
 9/5/16 11:07

Si me pidieran una definición de madre, me quedaría con esta:  "la soledad no me habita más, que en cualquier esquina me espera una sonrisa y una preocupación también, que los besos se vuelven indelebles como los trazos de crayolas en las paredes, y que cuando llego a casa siempre me espera un abrazo." Genial mi amor, muchos besos por ser tan grande madre.

qbaneando.cubava.cu
 8/5/16 8:52

hay días en lo que uno se siente hijo millones de veces. Este  es uno de esos días, uno de esos días en que desearía tener mucho para decirle a cada mujer. Pero pensándolo bien, este día, esta vez,  no sabría que decir, que escribir, que desear para una madre, que precisamente  es madre de todos los días, que recuerda, se siente y se hace sentir madre en todo momento… seguramente si no cumplo con felicitarle correría el riesgo  de no ser un buen hijo, un buen amigo o valla saber  quien sabe que... es por ello que; más que felicidades, gracias, gracias por ser la madre que eres, por ser madre, gracias, gracias por permitir que este ser que te escribe haya podido compartir contigo la oportunidad de ver y disfrutar lo maravilloso de este mundo al que otra mujer te permitió llegar... gracias por cada abrazo, por cada beso, por cada esfuerzo, pero en especial, por haberme dado razones o excusas quizás para decirte este día, TE QUIERO! no importa nada, poco importa si no te conozco, mucho menos si no estas, si te fuiste, si no eres, igual eres MADRE y por ser madre, para que este sea un Feliz día, TE QUIERO! Sin imágenes preconfeccionadas

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