Cuando la vida dura más de cien años

Lleva una túnica blanca tejida por sus propias manos y el cabello tan arreglado, cubierto con una redecilla, como acostumbraba a hacerlo cuando iba a la escuela primaria donde tantos años impartió clases de primer grado.

Sixta Catalina Cruz Miranda cumplirá el próximo 6 de abril 102 años, pero sigue conservando la imagen dulce y agradable de la maestra de barrio que a tantos de mi generación enseñó a leer y a escribir. Nació casi a principios del siglo pasado en una finca de la localidad de los Arroyos de Mantua, en Pinar del Río. Era la mayor de trece hermanos y, excepto a dos, ha sobrevivido a todos.   

Al contar esta historia se entristece, pero cuando se le pregunta a qué atribuye los secretos de su longevidad, ella ríe y ríe, mira a su alrededor y afirma: “pues tener muy buen carácter, mantener la higiene, la alimentación, la diversión, participar en todas las actividades y acumular bastante paciencia”.

LOS LLAMADOS "VIEJOS-VIEJOS", UN FENÓMENO MUNDIAL

Datos estadísticos aportados por el último Censo de Población y Viviendas  (Informe Final 2012.  Resumen Adelantado) reafirman que en Cuba el envejecimiento poblacional es un hecho. Hoy, el 18, 3 % de los cubanos tiene 60 años o más, lo cual se traduce en  2 millones 41 mil 392 habitantes. Y la cifra de personas con 100 años y más es de 3 865.

Entre las causas, suelen mencionarse los bajos índices de fecundidad, de mortalidad y, por lo tanto, el aumento de la esperanza de vida: 78, 97 años, 76 en el caso de los  hombres, y 80 en el de las mujeres.

Los estudios demográficos y las investigaciones apuntan a un incremento de tal situación, por lo que en nuestro caso para el 2030 el segmento poblacional de 60 o más años pudiera elevarse a más de tres millones de personas.

Ello influye en el vertiginoso crecimiento de los más longevos, es decir los llamados “viejos-viejos”; fenómeno no exclusivo de Cuba.     

Los análisis señalan que el factor más importante en la “explosión” de los centenarios ha sido el declive en la mortalidad después de los 80 años de edad. También el estilo y el modo de vida en el proceso del envejecimiento constituyen elementos esenciales en la supervivencia excepcional que alcanzan.

Cruzar la barrera de los cien años con calidad de vida presupone cumplir algunas reglas, tales como la práctica de ejercicios físicos, una sana alimentación y la conservación de la salud mental, entre otras.

CENTENARIOS EN CUBA: ORGULLO PLENO

Cuba cuenta con índices demográficos similares a los de países desarrollados, afirma la doctora Mercedes Ramos Quiroga, del departamento de Adulto Mayor, Asistencia Social y Salud Mental del Ministerio de Salud Pública.

Ello es el resultado de las adecuadas políticas sociales encaminadas por la Revolución, teniendo en cuenta, además, que los centenarios sobreviven las enfermedades relacionadas con la edad y la mayoría de ellos desarrollan mecanismos que les permiten enfrentar múltiples limitaciones y alcanzar el límite extremo de la vida humana.

El estudio de la Dra. Lilian Rodríguez, vicedirectora de docencia e investigación de Centro de Investigaciones sobre Longevidad, Envejecimiento y Salud, titulado Centenarios en Cuba: secretos de la longevidad, arrojó que éstos son hijos de padres y madres longevos; han retardado o no presentan deterioro cognitivo, no están deprimidos y se mantienen relajados con una alta satisfacción por la vida.

Entre otras características importantes de este grupo de personas se encuentran que no tienen hábitos tóxicos, padecen pocas enfermedades crónicas y muy pocos tienen sobrepeso. Predominan las mujeres y los de piel blanca, viven acompañados, la generalidad tuvo vínculo laboral y consumen pocos medicamentos.

Según la doctora Rodríguez, si bien la longevidad está relacionada en un 35% con la genética, el mayor porcentaje corresponde a la interacción con el ambiente, por lo que es posible alcanzar un envejecimiento activo, que garantice durante el ciclo vital además de la salud, la participación, seguridad social y calidad de vida.

En sentido general, este es el fenotipo del centenario cubano, modelo de buen envejecimiento y de estrategias de sobrevivencia exitosas. Ellos y ellas descubrieron los secretos de la longevidad y ofrecen la mejor perspectiva del disfrute de una larga vida. Escuchando sus historias, anécdotas y experiencias se percibe que el optimismo y los deseos de vivir superan las limitaciones y enfermedades que pudieran padecer.

Sixta Catalina Cruz Miranda fue solo un pretexto para referirnos a los centenarios en Cuba, quienes añaden valor y significado a la historia. Ellos resumen un siglo de existencia, épocas, costumbres, modos de vida, sentimientos e ideas. Son de un valor humano incalculable para el presente de una nación que, como Cuba, vive orgullosa de tenerlos.