El 19 de mayo de 1895 la muerte le arrebata a Cuba uno de sus hijos más ilustre, a la edad de 42 años. La Patria perdía físicamente al arquitecto de su independencia, José Julián Martí Pérez, que no abandonaba la contienda con su caída en combate, se convertía en guía ideológica de la nación, de manera que iniciaba otra faceta de su lucha, con profunda raíz independentista.
Al poco tiempo de su caída en combate numerosas personalidades, se empeñaron en rendirle merecido tributo junto a instituciones educativas, aunque esto contrariara las aspiraciones del gobierno interventor en relación a cualquier oportunidad de influir ideológicamente en la sociedad cubana.
La mayor parte de las actividades y conmemoraciones que se celebraban en las instituciones públicas, partían de la espontaneidad de los maestros, maestras y directivos, que en ocasiones destinaban parte de sus ingresos personales para contribuir con las actividades que inculcaban en su alumnado los valores heredados de Carlos Manuel de Céspedes, José Maceo, Antonio Maceo, Guillermón Moncada y especialmente de José Martí.
Este último encontraría una atención excepcional en la escuela No.3 de Santiago de Cuba Spencer. La misma según Giovanni Villalón en su libro: Cronología de la Educación en Santiago de Cuba 1522-1958, publicado en el año 2002, al respecto señala: Fundada en 1905 para estudios de 1º a 6º grado, y solo para hembras. Inicialmente funcionó en Aguilera entre Carnicería y Calvario, su primera directora fue Ángeles Ramírez de Martínez. (p.34)
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Según Omar López y Aida Morales, en el libro publicado en 1999, bajo el título de Piedras Imperecederas la Ruta funeraria de José Martí. Será cotidiana la realización de actividades que tendrán como centro la vida y obra de José Martí, como dramatizaciones y obras de teatro en fechas alegóricas al Apóstol. Por otra parte, en el año 1912 Mercedes Álvarez de Rondón maestra de la escuela Spencer, visita el panteón de Martí y al percatarse del evidente abandono que sufría la tumba del más universal de los cubanos, no se hizo esperar y propuso a sus colegas la iniciativa de constituir una comisión integrada por las maestras, que tendría como objetivo la preservación y el cuidado del sepulcro.
La iniciativa fue bien recibida entre las educadoras de la distinguida institución como aseguran (López y Morales, 1999):
…Aprobada la idea por las maestras, solicitaron al alcalde municipal el permiso necesario que le fue otorgado el17 de mayo, de 1912 a partir del cual desarrollaron diversas ideas con vista a obtener fondos para llevar adelante sus iniciativas. Se consideró una cuota mensual para el profesorado y otra mínima (de un centavo) de los padres de las alumnas del plantel (p.80).
La Comisión Pro Martí como será llamada, desde su inicio, abrió sus puertas a todo el que quisiera colaborar con el cuidado y preservación de la tumba del Apóstol, fueran cubanos o de cualquier parte del mundo, los que extendieran la mano para ayudar a dignificar el sepulcro del Maestro. Uno de los primeros acuerdos que se toma en el período de fundación de la Comisión, es que quien la presidiera sería la directora de la escuela. Por lo que, Ángeles Ramírez de Martínez, como directora del centro es nombrada presidenta de la Comisión y como vicepresidenta es nombrada Mercedes Téllez Suarez.
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A partir de la creación de la Comisión es evidente la transformación y la limpieza del área donde se encontraba el sepulcro del Maestro (El Templete) y no sería solo para conmemoraciones, sino que se convertiría en una de las funciones sociales dela escuela, que contó con el apoyo y simpatía del pueblo santiaguero y demás instituciones educativas de la región.
El sueño de las maestras de la escuela no.3 Spencer, de dignificar el sepulcro del Maestro, sobrepasaría la barrera de la conformidad con solo la limpieza del terreno o de una actividad conmemorativa. Parecía no existir tarea imposible para estas patriotas consagradas tanto al magisterio como a la patria.
En enero de 1913 se encuentra en Santiago de Cuba el escultor italiano Ugo Luisi, con motivo a la realización de un concurso internacional convocado por el Consejo Provincial, para escoger los mejores proyectos de 12 estatuas que engalanarán la ciudad. Se dictará el veredicto del concurso el día 25 de dicho mes adjudicándole la realización de las estatuas al escultor italiano. Así lo asegura el cronista santiaguero Carlos Forment en su obra: Crónicas de Santiago de Cuba, t. II. Publicada en el año 2006.
La noticia de la presencia del destacado escultor en Santiago de Cuba no pasó desapercibida, y ante la presencia de este las maestras de la escuela vieron la oportunidad de engalanar el santo sepulcro con una obra escultórica de Ugo y le propusieron al escultor la ejecución del proyecto de un busto, para ser colocado en la entrada del Templete donde reposaban los restos del Arquitecto de la independencia de Cuba.
El destacado escultor no dudó en aceptar el proyecto, se realizará una colecta pública, en la que se involucraron numerosas instituciones y personalidades que vieron en el proyecto la oportunidad de rendirle merecido tributo al Maestro. Luisi no aceptará el pago, presumiblemente ante la actitud patriótica de estas maestras, que a pesar de la humildad del magisterio público santiaguero no dudaron en involucrarse en una empresa tan costosa y presentarla con la decisión y seguridad que las caracterizaban.
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Gracias a la perseverancia y patriotismo de las maestras de la Escuela Spencer y su Comisión el 19 de mayo de 1913, será colocado el busto de mármol que engalanará el Templete donde descansaban los restos del Apóstol hasta 1951 que es inaugurado el mausoleo a Martí.
Otra de las significativas y simbólicas tareas que llevarán a cabo las maestras y su Comisión será la de lograr que el sepulcro del apóstol contara diariamente con un ramo de flores y que en él estuviera presente la insignia nacional. Por lo que hicieron formal su petición al Consejo provincial de Oriente, que acordó el día 20 de abril de 1915 conceder la cantidad de $20 pesos es decir $240 anuales para la colocación de flores naturales a las 7 de la mañana en la tumba del Apóstol. Como aseguran (López y Morales, 1999).
El primero de mayo del año antes citado inicia una nueva tradición, la permanencia de la insignia nacional en el Templete y el cambio diario de las flores. La bandera será sustituida cada 28 de enero y 19 de mayo, siendo entregada como reconocimiento a destacadas personalidades con una significativa labor en la divulgación de la obra martiana.
Al respecto señala la maestra del plantel Sra. Mercedes Téllez Suárez, en carta al patriota santiaguero, Federico Pérez Carbó, fechada 7 de mayo de 1915:
La Comisión “Pro Martí” tiene el honor de ofrecer a Ud. un acta firmada por todos los concurrentes al hermoso y severo acto de colocar las primeras flores que diariamente se renovarán sobre el sepulcro del Apóstol de la Independencia, como recuerdo de la imperecedera gratitud del pueblo cubano. (Archivo Nacional de Cuba, 1953, t.36, p.427)
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