Vicente Vérez Bencomo, reconocido científico cubano, autor principal de la vacuna de antígeno sintético contra el Haemophilus influenzae tipo B, y líder del equipo de científicos que desarrolló las vacunas Soberanas contra la COVID-19, recesa en sus funciones de director general del Instituto Finlay de Vacunas. Se trata de una conspiración, con la que él estuvo de acuerdo; pero que se reduce solo a los sábados, aunque ya hay cierta pretensión de extenderla a otros días.
Los sábados, el Héroe del Trabajo de la República de Cuba no se lo dedica a la ciencia, aunque para ser más exactos, sí lo hace; pero de otro modo y en otros campos. Y es que Naturaleza Secreta se lo roba para realizar un documental sobre las orquídeas en Cuba, una de sus grandes pasiones que comenzó en el 2001, en unas vacaciones.
Al ser la playa el destino predilecto por muchos, todos se disputaron Varadero y lugares costeros, a él le ofrecieron el Orquideario de Soroa. Al comentárselo a su esposa, ella asintió, feliz de que no tuviera que cocinar por unos días. Él reconoce:
“Yo no tenía ni idea de qué cosa era Soroa, para ser honesto – cuenta Vicente junto a una orquídea del género Broughtonia−, la llegada fue tormentosa, pero al día siguiente nos llevaron al orquideario y la primera flor que vi fue una parecida a esta, una Broughtonia sanguinea, y me llamó mucho la atención: era una espiga larga que termina en una flor de rojo intenso.
En ese momento me fascinó el mundo de las orquídeas por lo complejo y difícil que era el reto, por los conocimientos que hay que tener para cultivarlas. Allí empezó mi pasión y ya lleva 22 años siendo mi hobby.”
Luego de conocer Broughtonia, Vicente “se enfermó”, según él, con la “fiebre de las orquídeas” y empezó por tener una colección pequeña en su casa de Centro Habana. Allí su espíritu de científico se expresó en la intención de hibridar e innovar en los métodos, a algunos ejemplares no les fue muy bien; pero, ahora (veinte años después), nos muestra orgulloso lo que ha logrado en su propio orquideario con mucha paciencia, dedicación y también mucha ciencia.
“La fiebre de orquídeas impacta en muchas personas, quiere decir que a uno se le prendió el bichito, que uno quiere tener orquídeas, uno quiere aprender a cultivar orquídeas, y eso es algo que realmente llega a convertirse en una fiebre…Yo tengo bandas aquí desde hace 14 años, que no han florecido todavía, todavía estamos esperando las flores. Es la paciencia que tienen que tener los cultivadores de orquídeas.
Las orquídeas llamadas mariposas −estas que están aquí, como ustedes pueden ver− tienen una floración espectacular, son orquídeas asiáticas con características muy atractivas para el que simplemente quiere tener un adorno en la casa, pues estamos hablando de una orquídea que después que abre la flor, esta demora dos meses y realmente es una flor muy bonita, con una diversidad de colores muy grande que se logra a partir de hacer híbridos.
Hace alrededor de 20 años empezó la industria de las orquídeas, realmente cogió una fuerza muy importante a partir de que se empieza precisamente a hacer el cultivo de orquídeas phalaenopsis y ese cultivo artificial permite obtener cientos de miles y millones de plantas, que se llevaban hasta su etapa de floración realmente muy rápido, y, por lo tanto, se convirtió esto en un gran negocio a nivel mundial, de cientos de millones de dólares, y es algo muy bonito de llevar a la casa o al lugar donde nosotros queremos estar.
Es necesario decir también que a veces hay personas que te dicen que las orquídeas son parásitas, porque crecen arriba de algo y las orquídeas no son parásitas, son epífitas. Hay una gran diferencia entre ser epífito y ser parásito. Epífita es una planta que simplemente utiliza el tronco de un árbol de soporte y: ¿por qué la orquídea tuvo la necesidad de ponerse en un soporte?
Vayamos quizás miles de años hacia atrás, hacia la naturaleza, hacia los bosques tropicales, imagínense ustedes el nivel de competencia por la luz de las plantas en una selva tropical. Por ejemplo, en la Amazonía hay una competencia enorme por la luz del sol, eso quiere decir que si hay una planta que nace debajo de los árboles frondosos, esa planta no va a recibir ni un rayito de luz….Los animales nos movemos para buscar nuestros alimentos, las plantas no se pueden mover, están fijas al suelo, tienen sus raíces en el suelo y están esclavizadas a estar en el suelo.
Por lo tanto, uno de los elementos de la evolución de las plantas más importante era liberarse de eso. ¿Qué plantas lograron liberarse de eso? Las orquídeas. Se liberaron de la obligación de estar en el suelo, adaptaron sus raíces a adquirir la humedad de la atmósfera, ¿para qué? Para poder subir por los troncos de los árboles y ubicarse arriba y lograr coger la luz del sol, y por eso son epífitas, porque se adaptaron de esa manera, se adaptaron a utilizar los troncos como un soporte, para poder ir subiendo hacia arriba e ir conquistando la luz del sol. Y, por lo tanto, las orquídeas necesitan un soporte y ese soporte en el caso de las orquídeas, no puede tener ni mucha humedad, porque hay muchos hongos que van a crecer y van a matar a las orquídeas, ni puedes tener las orquídeas muy secas, porque entonces realmente se mueren.
Entonces, esa combinación de sustrato que aguante la humedad necesaria, la que requiere cada tipo de orquídea, es parte de la adaptación y de la experiencia que se adquiere con los años. Yo, por ejemplo, he probado con muchas cosas y este es el resultado que tenemos después de muchos años”.
Vicente dejó de ser el director general del Instituto Finlay de Vacunas y se convirtió en un apasionante enamorado de las orquídeas. En realidad siempre es ambas cosas, para suerte nuestra.
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