El pueblo pinero, el mayor tesoro de la Isla (+Fotos)

Ahuao, Siguanea, Evangelista, Camaraco, Guanaja… Son solo algunos de los nombres que con el decursar del tiempo han identificado a la también conocida Isla de las Cotorras, de los 500 asesinatos, del Tesoro, de Pinos y claro, Isla de la Juventud.

A unos 53 kilómetros al sur de Cuba se encuentra esta, la mayor isla del archipiélago de los Canarreos en la que, no antes de 1830, se fundó una colonia oficial teniendo en Nueva Gerona su capital.

Sus habitantes, pineros todos, saborean la historia que los antecede y pueden hablar de Pepe, el mallorquín; el cuentista Barón Herrera y de cuando Leopoldo I de Bélgica intentó comprar el territorio. Comparten sus leyendas, y más allá de su capital, en los asentamientos de La Fe, La Demajagua, Reforma, Cocodrilo, Ciro Redondo y Delio Chacón también confluyen anécdotas, bromas, décimas, mitos y sobre todo, el deseo inmenso de sentirse cubanos, como todos los que habitamos la Isla grande, como le dicen a este pedazo de Cuba que les queda a tres horas en el Katamarán y un poco menos en avión.

No nos gusta que se refieran a Cuba como una Isla porque estarían dejándonos fuera a todos los más de 84 000 habitantes que vivimos aquí, nos comenta Noel. “Cuba es un archipiélago y esa denominación sí nos incluye a nosotros como parte del pueblo cubano”.

A los pineros, como cubanos que son, los caracteriza el ímpetu valiente, el ansia de crecer, la tenacidad desmedida, la esperanza de la mejora y el espíritu incansable de trabajo que no se amilana ante las condiciones geográficas que condicionan el desarrollo económico social del territorio y las eventualidades meteorológicas que pueden echarlo por tierra en minutos.

No nos podemos dar por vencidos, me dice Yuliet, a quien La Habana la encandiló en sus años de estudiante universitaria y en la que, reconoce, se tienen muchas oportunidades. “Pero mi mamá está anclada a esta tierra y de cierta forma yo también. Todo lo que puedo hacer desde aquí se quedaría en ideas si le doy la espalda a esta Isla y no pudiera beneficiarme de los logros que vamos teniendo… Y yo tengo ese derecho después de haber vivido aquí casi 30 años”.

¿Avances? Sí, se tienen. Desde que el huracán Gustav azotó esta tierra el 30 de agosto de 2008, fecha inolvidable que se eterniza en el suelo recién construido del boulevard de Nueva Gerona, mucho se ha esforzado el pueblo pinero en convertir en realidad el Plan de Desarrollo Integral que hasta el 2020, prevé el mejoramiento económico y social del territorio.

Al igual que Artemisa y Mayabeque, la Isla de la Juventud perfecciona sus estructuras de gobierno y asume en carne propia experimentos que propiciarán la mejor calidad de sus habitantes, afirma Arelys Casañola, presidenta de la Asamblea Municipal del Poder Popular en un encuentro con Cubahora y otros medios nacionales.

“En el orden económico tenemos como puntales del desarrollo de la región el sector agropecuario, el industrial y el turismo, localizado en especial en Cayo Largo del Sur, por ejemplo. A pesar de la inestabilidad de los suministros y organizativos para el territorio, siempre fuimos un potencial ganadero y lo hemos rescatado, y la producción estable de leche es la mejor prueba de ello. El autoabastecimiento de huevos, así como el desarrollo de la actividad porcina, ha sido uno de los avances más constatables, en tanto dejamos de ser una carga para el país en ese renglón.

"Debemos esforzarnos más en la garantía de otros renglones relacionados con la alimentación, como es el de las viandas, las hortalizas, los granos y los frutales. Sin embargo, ya tenemos loables resultados en la reanimación de algunos cultivos varios, como el tomate y el frijol. Este último está garantizado para 14 meses en la canasta básica y debemos asegurarlo también para la venta libre, y ya atenemos 66 hectáreas de cítricos sembradas y el tomate está garantizado, en gran medida, no solo para consumirse como hortaliza sino también para su procesamiento industrial, necesario para la elaboración del puré”.

El helado de la Isla de la Juventud es inigualable en el país, según pude constatarlo en mi visita anterior y no poder hacerlo en esta responde a las condiciones técnicas de la planta, de origen soviético, que sostiene el abastecimiento de este producto. “Contamos ya con una nueva planta de helado de tecnología moderna y una de hielo que estamos instalando en estos días, con la que pretendemos eliminar esas dificultades”.

En cuanto al desarrollo local, Casañola señala que proyectos como el de la producción a gran escala de la galleta dulce y el agua embotellada son de los principales, a los que se sumará uno relacionado con el turismo de naturaleza en la zona del poblado de Cocodrilo.

En la Isla de la Juventud se tienen niveles de satisfacción elevados en lo concerniente a los materiales de la construcción, revela Ernesto Reinoso, primer secretario del Partido en el territorio. “Hay suficiente producción de bloques de barro y de hormigón, de arena, de piezas de mármol para mesetas, por ejemplo, entre otros materiales, que pueden satisfacer la demanda de la población en ese sentido, aunque sabemos que todavía debemos intensificar la producción en otros, lo que se favorecerá incluso con la adquisición de una nueva planta de carbonato de calcio, que elevará nuestros rendimientos y favorecerá la calidad de nuestro suelo”.

La vida nocturna de una ciudad dice mucho también de su desarrollo. En lo social, es envidiable la organizada reparación y ampliación del hospital Héroes de Baire, único en la Isla y que no ha dejado de funcionar mientras se realiza la intervención, así como las que tienen lugar en algunos centros educaciones. Sin embargo, ¿qué hace el pueblo pinero en sus ratos libres, además de disfrutar de los excelentes servicios gastronómicos que se pueden encontrar en la zona más céntrica de Nueva Gerona, como el restaurante La Ínsula?

“Todavía nos queda mucho por hacer en el orden cultural. Carecemos de un teatro, por ejemplo, y es una de nuestras prioridades como lo es la posibilidad de adquirir el equipamiento necesario para la climatización del cine, al que nadie asiste hoy por esa causa fundamentalmente. Debemos rescatar las casas de cultura, desde la infraestructura del local y también desde las actividades que se organicen, entre otros proyectos que queremos implementar teniendo en cuenta que si queremos producir, elevar nuestros índices en el orden económico, el espíritu de nuestros pobladores debe alimentarse también. Con la obtención de precios más bajos de los productos alimenticios, por ejemplo, podemos garantizarlo, pero nos interesa además contribuir al enriquecimiento emocional, sociocultural”, apuntó Casañola.

Como en el resto del país, los pineros coexisten con diferentes formas de gestión y es el trabajo por cuenta propia una de las posibilidades más necesarias, en tanto la reducción de plantillas arrojó la triste realidad de 4 000 personas sin empleo. “Todo se hace de manera coherente, organizada y aunque padecemos las mismas dificultades relacionadas con el suministro de las materias primas, tratamos de asegurarlas”.

¿Queda mucho por hacer? Muchísimo, coinciden Reinoso y Casañola. “Sin embargo, lo más importante para nosotros es contar con la voluntad del pueblo, que es el eje central de todo cuanto nos proponemos, pues es con el que contamos para hacerlo todo y el que después será beneficiado. Es el gran tesoro de esta isla”.

Hospital Héroes del Baire de la Isla de la Juventud, en reparación. (Foto: Calixto Llanes/Cubahora).

Parque de las Cotorras en la Isla de la Juventud. (Foto: Calixto Llanes/Cubahora).

Boulevar de la Isla de la Juventud en proceso de construcción. (Foto: Calixto Llanes/Cubahora).

Río Las Casas en la Isla de la Juventud. (Foto: Calixto Llanes/Cubahora).