Rogelio Valdés Castillo es ronco desde los 17 años. La voz le sale así desde la garganta. Con ese apelativo lo conocen todos dentro del ferrocarril, en donde comenzó a trabajar desde el año 1981, luego de graduarse de Técnico en Viales.
Es jefe de Vías Férreas de la UEB Pinar del Río hace 12 años. "Un perro viejo", dice alguien sobre él. Se conoce, porque las atiende, cada tramo de línea en todo Pinar del Río hasta El Rincón, incluído los ramales del Mariel y Guanajay. Es el hombre de confianza para cuando hay accidentes, guiar las operaciones de restablecimiento de las vías férreas.
Para hablar de su familia hace una pausa larga. Nació en Consolación del Sur. Se casó el 17 de mayo de 1985, con esa exactitud recuerda la fecha. Tiene 62 años y 2 hijas, una Licenciada en Ciencias Farmacéuticas y otra Ingeniera Forestal, especialista en calidad del tabaco. No dice más.
Rogelio, con su voz ronca y cuasi trabalenguas, formula una consigna que habla de quienes sienten, o no, desde el cuerpo, su amor por el ferrocarril: "el ferroviario es ferroviario, y el que no es ferroviario es ferrocarrilero". Y por supuesto Rogelio es ferroviario, no ferrocarrilero.
Cuando lo entrevistamos, en una parada de 5 minutos en el itinerario del tren a Pinar del Río, Rogelio iba con 3 brigadas para mantenimiento de las vías en Consolación del Sur. Ya había dejado dos en Alquizar, limpiando maleza. Todos en un camión.
"El trabajo de la vía es difícil, pero si hay interés sale".
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