El samurai y su arte

No es del conocimiento popular, pero en Cuba hay una fulgurante vida en las artes marciales, más allá del judo, karate y el taekwondo, cuyos estudios proliferaron en La Habana de los años noventa: El jujutsu, arte marcial tradicional, autóctono de la cultura japonesa, goza de una salud en aumento en nuestra isla.

El shihan koichi kaizo, 7.^o Dan Benito Guerra es maestro de jujutsu hace cuarenta y cinco años. Imparte clases en el tatami de la Universidad de La Habana, alternando lunes y jueves con martes y jueves, siempre a las 6:00 de la tarde.

A las preguntas responde con esa mezcla de ternura y firmeza que impone la práctica sistemática de las artes marciales.

—¿Qué es el jujutsu?

—El jujutsu es un arte marcial tradicional que se caracteriza por tener varias formas de trabajo, a manos desnudas y con armas. Implica técnicas de luxación de muñeca, de codo, de hombro; técnicas de estrangulación, técnicas de proyección, de golpes con las manos y los pies; de defensa contra manos libres y contra armas de diferentes tipos, de continuación y encadenamiento, de contraataque...

“Dentro de las formas de trabajo corresponden las formas de pie, de rodilla y el trabajo que se realiza en el suelo. Dentro de las armas se trabajan diferentes armas, en dependencia de la línea en que se realiza el trabajo. Dentro de las armas están la katana, la naguinata, el tambo, el jo, el tanto, el yubibo, etc.”

—¿Cuáles son los beneficios de practicar este arte marcial?

—Entrenando se desarrolla la rapidez, la velocidad, la postura, el equilibrio, serenidad, paciencia, estoicismo, disciplina. Las técnicas son el medio para llegar; el fin es otro. El fin es lo que verdaderamente el arte como filosofía quiere que tú alcances, que es el desarrollo del espíritu de valores éticos.

—¿Qué influencias y ascendientes tiene el jujutsu que se practica en Cuba?

—El jujutsu que se estudia en Cuba viene de las formas heredadas del maestro Segitochi Morita, que fue quien introdujo este arte en Cuba. Viene de las escuelas Tenchinchin Jo Ryu, la Kito Ryu y la Fusen Ryu; que son tres líneas de jujutsu muy antiguas.

“Como la influencia es japonesa se conservan los movimientos y las formas más tradicionales…, lo que incluye la ética que implica el jujutsu.

”Porque el jujutsu, más que un método y un sistema de ataque y defensa, es también un método de conocimiento y desarrollo de la cultura japonesa. Practicar jujutsu incluye entrenar la filosofía del Bushido, que es el código de ética del samurai.

”La formación de la filosofía de este arte está dividida en dos: las formas de Bugei, o sea, las formas de combate, de guerra, y las formas de Budo, que implica el combate contra uno mismo”.

—¿Cuáles son los preceptos fundamentales del código ético que implica la filosofía del Bushido?

—En su forma original, se reconocen en el Bushido siete virtudes: Primero: Gi, que es Rectitud (decisiones correctas); significa ser honrado en el trato con todo el mundo: Para un auténtico samurai no existen las tonalidades de gris en lo que se refiere a honradez y justicia; solo existe lo correcto y lo incorrecto. Segundo: Yuu, que es Coraje. Es vivir la vida de forma plena, completa, maravillosa. Tercero: Jin, que es Benevolencia. Cuarto: Rei, que es Respeto. Es ser cortés incluso con los enemigos. Quinto: Makoto, que es Honestidad: Cuando un samurai dice que hará algo, es como si ya estuviera hecho. Nada en esta tierra lo detendrá en la realización de lo que ha dicho que hará. Sexto: Meiyo, que significa Honor. Y la última virtud del código de ética de un practicante de artes marciales es la Lealtad, que es Chuu.

—Para practicar jujutsu, ¿es necesario hacerlo en una escuela, bajo la tutela de un maestro, o puede hacerse autodidacta?

—Lo correcto es en una escuela, sobre una estera de madera o un tatami, como se realiza con el judo. Sin embargo, puede practicarse en la tierra, la arena, al aire libre, sobre todo cuando no se tendrán caídas. Siempre debe ser bajo la tutela de un maestro. El cuerpo humano debe cuidarse y solo un maestro puede estar al tanto de que se aprenda la técnica cabalmente sin que haya lesiones. Además, un maestro enseña los valores del Bushido.

”Cualquiera puede aprender jujutsu. Yo estoy dispuesto a enseñar a todo el que quiera, siempre que demuestre entrega y disciplina”.

—¿Cuál es el panorama actual del jujutsu en nuestro país?

—En Cuba existen ocho líneas de jujutsu. Esta la Morita Ryu, la Tochunobu, la Maroto Ha, Nefusen Ryu, Kindai Ryu… y la Shindo Muso Moriseki Ryu, que es la línea de una escuela que mantengo desde que tenía 25 años.

“¿Qué diferencia a la línea de trabajo de la Shindo Muso Moriseki Ryu de las demás líneas? Pues justamente el trabajo con las armas y algunas formas específicas de trabajo dentro de las formas de trabajo de manos desnudas”.

—Fuera de Cuba eventos de jujutsu son coordinados más como espectáculo que como actividades de armonización de la mente y cuerpo…

—Las artes marciales han sido muy mercantilizadas… sobre todo en Occidente. Han pasado a ser un medio de vida de muchas personas que dominan el arte. No es la manera más adecuada ni correcta. No se debe utilizar el arte con un afán de lucro. Si eso pasa se degenera el arte.

“Cuando uno estudia la filosofía del arte se da cuenta de que la competencia no tiene nada que ver con la filosofía del Bushido”.

—¿Cuáles sería las perspectivas ideales para la práctica del jujutsu en Cuba?

—Quizás, un cambio de mentalidad a nivel nacional. El jujutsu no es un deporte y muchos piensan que no es cultura. Entonces entra en un “terreno de nadie”. Y en realidad sí es cultura. Y es verdad que no es un deporte como es la pelota, que es además, el deporte nacional de Cuba, pero es un arte marcial tradicional, que aporta muchísimos valores espirituales.

“Un cambio de mentalidad traería quizás un mayor aporte en cuanto a inclusión en actividades culturales, y en cuanto a apoyo económico. Tenemos un respaldo y un respeto en el INDER, pero lo ideal sería que todos, absolutamente todos los cubanos y las entidades de Cuba vieran al jujutsu como lo que en realidad es, parte vital de un país que también respira, como mismo religión yoruba, tabaco y ron, artes marciales como parte de su cultura.

”Y esta poca visualización del jujutsu tiene que ver con la poca información y promoción de eventos de artes marciales en los medios de comunicación cubana, entre muchos otros factores. Lo ideal sería visibilizar al jujutsu dentro de las prácticas cotidianas de una Cuba que aprehende la cultura universal”.

—¿Cómo enfrenta un jujutsoca la vida? ¿En qué difiere de los posibles enfrentamientos y salidas de alguien que no practique artes marciales?

—No es que seamos mejores, pero en el mundo de las artes marciales no le damos la espalda a los problemas de la vida. Se enfrentan. Lo último que se puede dejar caer, ¡y no se puede dejar caer! es la espada. A los fenómenos de la vida le damos una respuesta diferente, una adecuada. Que tampoco significa que no te caigas, te vas a caer, pero se te hace más fácil levantarte.

—¿Tiene un sensei algún secreto para enfrentar en la vida?

—Reír mucho y muchas veces ante cualquier circunstancia.