Cada 29 de Junio, desde 2008, por iniciativa del International Council of Societies of Industrial Design, se celebra el Día Mundial del Diseño Industrial. El diseño está estrechamente vinculado con la búsqueda y solución de las necesidades materiales y espirituales de los seres humanos.
En el caso específico del diseño industrial es aquel que se encarga de todos los objetos producidos por la industria, desde vajillas, efectos electrodomésticos, ropas, hasta bancos, farolas, estanquillos y todo los que forma parte del paisaje urbano.
Con Ariel Mederos Tió, quien actualmente cursa el quinto año en la especialidad de diseño industrial, conversamos a propósito del Premio ONDi de Diseño 2012 que le entregó la Oficina Nacional de Diseño, por su Mobiliario para ancianos discapacitados.
-¿Cómo se forma un diseñador industrial en el Instituto Superior de Diseño?
Los dos primeros años son comunes para todas las especialidades: diseño de vestuario, industrial, de comunicación visual. Poco a poco vas alcanzando un grado mayor de abstracción, hasta que empiezas a acercarte más a la realidad.
“Un estudiante del diseño industrial en el ISDi va pasando por cuatro categorías, que son: diseño de productos, diseño de interiores, diseño de maquinarias y en quinto año se hace un trabajo similar a la inserción en la vida laboral.”
-¿Qué opinión te merece la frase: 'el buen diseño, enemigo del despilfarro, es la forma más económica de lograr un objetivo cultural'?
De un tiempo a esta parte, está muy de moda el diseño ecológico. Desde mi punto de vista, cualquier diseño si no respeta como principio básico la estrategia del diseño sostenible es un diseño fallido.
“Hay personas que ven esto como un súperplus del producto. En mi opinión, otro criterio errado es que gran parte de los diseñadores hacen un proyecto pensando solo en el reciclaje.
“Para terminar un producto que sea respetuoso con el medio ambiente es preciso analizar todo el ciclo de vida y mantener esas estrategias tanto en la fabricación, como en la concepción misma del diseño, para que los materiales sean más duraderos, no biodegradables sino que duren toda la eternidad.
“Hay otro criterio muy común que antes se utilizaba: 'de la cuna a la tumba'. Ahora se emplea más la frase del arquitecto y diseñador William McDonough, quien dice: 'de la cuna a la cuna', o sea, que el producto sea cíclico y lo puedan utilizar todas las generaciones.”
-¿Cómo surgieron las dos obras que presentaste a los Premios Ondi de diseño?
Eran proyectos de clase que se ajustaban a las categorías del concurso. Cada uno con sus características.
“Mobiliario para ancianos discapacitados estaba relacionado con el diseño de mobiliario, que al final es un producto; era un ejercicio de quinto año, más cercano al mundo profesional.
“El Motocultor para la Agricultura Urbana, presentado junto con el también estudiante Rafael Estopiñales Pérez, por el cual recibimos mención, se vinculaba con el diseño de maquinarias.”
-¿Qué expectativas tienes con este premio ONDi de diseño?
El tema del Mobiliario para ancianos discapacitados saltó a la vista en una visita que realizamos a un hogar de ancianos en el capitalino municipio de Marianao.
“Cuando fuimos a la sección de los ancianas discapacitadas, y las vimos con incontinencia urinaria y fecal, nos motivamos a hacer algo por ellas, pero había que aterrizarlo en la práctica.
“No cabía soñar con una fibra de carbono o materiales que no estaban a la mano. Desde el primer momento la filosofía fue hacerlo lo más factible posible, ajustándonos a los materiales que se podían importar del Caribe.
“En mi criterio sería un punto de partida para hacer algunas cosas en Cuba que no están muy lejos de ser aplicables. Mis expectativas son poder realizar la propuesta, porque hay muchas personas que la necesitan.”
-Siguiendo en esa misma línea, ¿por qué existe ese divorcio entre la Industria y los proyectos que hacen los estudiantes del ISDi?
Todavía hay algunos ministerios e instituciones en Cuba que no toman muy en serio el diseño. Lo ven más como un gasto que como una inversión.
“Piensan solo en la racionalidad. Y no saben que el diseño también busca eso. Hay que tener en cuenta en qué momento se hizo el producto, con qué materiales, bajo qué condiciones. Lo que debemos investigar al final es cómo hacerlo más viable.”
-¿Qué importancia le concedes a la labor que ha desarrollado en el último año la Casa de las Tejas Verdes en la promoción de la arquitectura, el diseño y el urbanismo?
En el mes de noviembre de 2011, la Casa de las Tejas Verdes organizó una edición del proyecto Ruta Joven, con el nombre de La arquitectura y el diseño en la ciudad futura.
“Un grupo de estudiantes del ISDi -de diseño básico y de industrial- participamos en el bazar expositivo de arquitectura y diseño, donde cada cual mostró sus propuestas sobre cómo podría ser nuestra ciudad dentro de algunos años.
“Sin dudas, el diseño cubano necesita de más espacios. Los alumnos del ISDi generan un gran volumen de trabajo. No sabemos cómo llamar la atención de la sociedad.
“Por suerte, algunos Ministerios e Instituciones, como el Polo Científico y las Fuerzas Armadas Revolucionarias, sí demandan del quehacer de los jóvenes diseñadores. Pero todavía queda mucho camino por recorrer.”
-¿Cuál es la temática de tu tesis de grado?
La tesis la estoy haciendo en la Oficina del Historiador de la Ciudad, en la Dirección General de Proyectos de Arquitectura y Urbanismo. Se titula Mobiliario Urbano. Proyecto de Reanimación para la Avenida del Puerto.
“Con este Trabajo de Diploma, pretendo insertarme en un proyecto arquitectónico de gran importancia para la ciudad, a partir de criterios de sostenibilidad.
“Mi proyecto se centra en el mobiliario urbano de La Avenida del Puerto de La Habana, en el tramo incluido entre el Muelle de Caballerías y los Almacenes San José.
“Comprende los bancos, papeleras, cabinas para baños públicos, pérgolas, jardineras, a partir de una visión más amplia del sistema de mobiliario. Cuando me gradúe me gustaría trabajar en el diseño de mobiliario para interiores.”
-¿Cuáles son los retos del diseño industrial en la Cuba del siglo XXI?
Nuestra gran preocupación es que cuando nos graduemos no podemos trabajar fuera de la Industria. Es muy difícil hacerlo de una manera legal.
“Todavía no existe una entidad propiamente para los diseñadores industriales, como la Asociación Cubana de Comunicadores Sociales, donde se insertan los diseñadores gráficos. A veces tenemos que pasar como artistas para tener una representación legal.”
-¿Cómo pueden contribuir los diseñadores a los cambios que demanda la economía del país?
El papel del diseño industrial es fundamental. Tenemos mucho que hacer. En cada esquina hay un terreno virgen. En el sector de la gastronomía y los servicios podemos insertarnos de una manera coherente y funcional. En el sector privado el diseño es muy necesario.
“Durante la semana del diseño, el rector del ISDi, MSc. Sergio Peña, quien también es graduado de diseño industrial, hacía un llamado a afrontar los nuevos cambios que se avecinan desde una perspectiva responsable. También nos conminó a no desdeñar la profesión por una cuestión de dinero.”
-Durante la XI Bienal de La Habana, se presentó una propuesta titulada La caza del éxito, bajo la curaduría de Nelson Herrera Ysla, que pretendía visualizar el fenómeno del kitsch visto desde la arquitectura y el diseño. ¿Qué opinión te merece?
Es un fenómeno presente en la vida cotidiana. He visto personas que tienen mucho dinero, pero en la decoración de sus inmuebles la coherencia formal no aparece por ninguna parte.
“Desde el diseño industrial podemos brindar nuestros conocimientos a la población y que sirva como una guía, una manera otra de ver el tema de la decoración. El diseño de interiores de las casas es un terreno no explorado aún.”
Ro Designer
29/6/12 16:18
FELICIDADES BRO!!!!! Al igual que para todos los colegas del gremio. Esperemos que se tome más en serio el diseño en Cuba...Falta que hace
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