La fiebre de Oropouche (CIE-10 A93.0) es una enfermedad que se transmite principalmente a través de la picadura del jején C. paraensis. Se asemeja a otros arbovirus como el dengue y el chikungunya, con un período de incubación de 4 a 8 días y síntomas que incluyen fiebre, dolor de cabeza y mialgia. La recuperación suele producirse en 7 días, aunque en algunos casos puede durar semanas. Además, se ha informado de recaída de los síntomas hasta en un 60% de los casos.
OROV es un virus emergente aislado por primera vez en 1955 en Trinidad y Tobago. Afecta a personas de todas las edades, especialmente a niños y jóvenes en zonas previamente expuestas. Debido a sus síntomas leves y autolimitados, a menudo pasa desapercibido o se diagnostica erróneamente como dengue, chikungunya, Zika, fiebre amarilla o malaria. No existe ningún tratamiento antiviral ni vacuna específica disponible, por lo que la
prevención se basa en el control de vectores y medidas de protección personal.
Hasta el 30 de julio del 2024, se han notificado 8.078 casos confirmados de OROV en cinco países de la Región de las Américas: El Estado Plurinacional de Bolivia (n= 356), Brasil (n=7.284), Colombia (n= 74), Cuba (n= 74) y Perú (n= 290).
Según el Reporte de Evaluación de Riesgos para la salud pública relacionada con el virus Oropouche (OROV) en la Región de las Américas con fecha del 3 de agosto de 2024, refiere que el riesgo de propagación del vector y por tanto de la transmisión del OROV está aumentando debido al cambio climático, la deforestación, la urbanización descontrolada no planificada y otras actividades humanas que afectan los hábitats de los
reservorios y favorecen las interacciones vector-hospedador. Hasta la fecha, no hay pruebas de transmisión de persona a persona.
Plantea además que hasta el 30 de julio del 2024, se han identificado cinco casos de transmisión vertical en Brasil: cuatro casos de muerte fetal y un caso de aborto espontáneo en el estado de Pernambuco, así como cuatro casos de recién nacidos con microcefalia en los estados de Acre y Pará (2). La investigación está en curso. Históricamente, en 1982 se notificaron nueve casos de infección por OROV en mujeres embarazadas en la Amazonia, dos de los cuales resultaron en aborto espontáneo, lo que sugiere transmisión vertical.
Las recientes muertes relacionadas con OROV en Brasil, junto con los casos sospechosos de transmisión vertical que causaron muerte fetal, han aumentado el nivel de riesgo en la Región. Estos incidentes resaltan la necesidad urgente de mejorar la vigilancia epidemiológica y las medidas preventivas, ya que sugieren una posible expansión del virus y nuevas rutas de transmisión que podrían afectar tanto a la población general como a los grupos vulnerables, incluidas las mujeres embarazadas, sus fetos y los recién nacidos
OROPOUCHE EN CUBA: DATOS DE INTERÉS
Desde la confirmación del virus Oropouche en Cuba el pasado mes de mayo, no se reportan en el país casos graves ni fallecidos y se han detectado 506 personas con esta arbovirosis, la cifra más baja en la región de América Latina y el Caribe, según informó el doctor Francisco Durán, director nacional de Higiene y Epidemiología en Conferencia de Prensa.
La presencia del virus está en las 15 provincias, 99 municipios y 172 áreas de salud de Cuba.
Afirmó que el 80 % de las personas sospechosas de Oropouche ha realizado un ingreso domiciliario por no presentar un cuadro clínico crítico.
Al principio se pensó que el virus no tenía complicaciones, pero los estudios recientes, sobre todo en Brasil, han evidenciado casos graves con encefalitis, meningitis, trasmisión materna-infantil, aborto, muerte fetal, cuatro recién nacidos con microcefalia y dos defunciones, provocado por el Oropouche.
En la nación caribeña solo se han percibido cuadros clínicos con meningitis, con recuperación satisfactoria.
Lo más importante es el saneamiento del entorno, pues el Oropouche se transmite por la picadura del mosquito criado en aguas sucias.
Durán reiteró la importancia de acudir de inmediato al médico ante cualquier síntoma asociado a dolores de cabeza, articulares, vómitos, diarreas y temperaturas altas, pues es necesario hacer un diagnóstico adecuado por la co-circulación de varias arbovirisis en la región como dengue.
Resaltó que no existen vacunas ni anti virales para el Oropouche , sino tratamientos para aliviar los síntomas y resulta necesario mantener una buena hidratación.
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