domingo, 22 de septiembre de 2024

Enseñar a Martí desde el alma

Mientras más cerca sientan las jóvenes generaciones a José Martí, y lo vean como un hombre de carne y hueso, más motivadas estarán a comprender su pensamiento...

Ana María Domínguez Cruz en Exclusivo 23/02/2013
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Estatua de José Martí en la Tribuna Antimperialista
“No puede enseñarse al Apóstol en las escuelas con frases, formalismos y consignas”

¿Cuántos saben que a José Martí intentaron envenenarlo? ¿Quiénes conocen que sus alumnos le llamaban “el profesor Torrente”, en alusión al manantial que era cuando hablaba? ¿Alguien lo imagina corriendo de un lado a otro mientras imparte clases en un aula y no sentado frente a un escritorio, redactando pausadamente un artículo?

Creemos conocer mucho de José Martí, de tanto oír hablar de él, cuando en realidad nos queda un sinfín por saber, de su vida, de su obra.

Tal como afirma la doctora Ana Sánchez Collazo, directora del Centro de Estudios Martianos, solo conociendo más al hombre, al Martí más humano, tendremos la garantía de que crecerá el interés por comprender su pensamiento, su ideología, su fervor revolucionario.

“Nuestros niños saben quién fue José Martí desde tempranas edades y nuestros adolescentes y jóvenes creen que ya saben todo de él cuando son capaces de mencionar los títulos de algunos de sus artículos publicados, comentar los cuentos de La Edad de Oro o recitar los Versos sencillos y cuando lo presentan como un ejemplo de antiimperialismo, patriotismo y sacrificio a favor de la independencia de Cuba.

“Sí, Martí es todo eso, pero no puede enseñarse al Apóstol en las escuelas con frases, formalismos y consignas. Él fue un hombre de carne y hueso, como nosotros, con enormes y numerosas virtudes, pero que también padecía, sufría, tenía frustraciones, esperanzas, anhelos. Y así también deben conocerlo las nuevas generaciones”, insiste Sánchez Collazo, maestra incapaz de desprenderse de la pasión infinita por su profesión.

Cuánto pierde un maestro, agrega, cuando desperdicia la oportunidad de que sus alumnos conozcan a José Martí desde el alma.

“Solo llega al alma lo que nace del alma, decía Martí, y si somos capaces de lograr que se identifiquen con él porque lo sienten más cerca de su realidad y no lejos de ella, como un dios o un superhéroe, habremos ganado un gran trecho.

“Debemos hablarles a los niños y jóvenes de los valores de su pensamiento, aún vigentes, pero también del amor, por ejemplo, pilar indiscutible de su doctrina. Sería bello leerles las cartas que Martí le escribiera a sus hermanas, los versos de amor que les hiciera a su esposa y a su hijo, de quien tanto tiempo estuvo separado. Así, podemos llevarle Martí a todos desde el sentimiento”, añade.

Se le nubla la mirada a esta mujer martiana cuando recuerda aquellos tiempos en el aula de una secundaria básica. Le emociona evocar cómo comenzó a hablarles de Martí a sus amigos, después de que escucharan frases de él en canciones de Silvio Rodríguez, o poemas suyos musicalizados por Pablo Milanés y Amaury Pérez, entre otros.

“Hay que buscar nuevas vías, nuevos métodos para enseñar la obra martiana en los distintos niveles educacionales, tomando como punto de partida los sentimientos, pues está claro que las nuevas generaciones, como todas, también son sensibles a los sentimientos y al conocimiento.

“Nuestro Héroe Nacional, guía eterno de nuestra Revolución, expresó que vivimos una época de diálogo, no de monólogo y precisamente, si queremos lograr ese diálogo intergeneracional al que se refiere Armando Hart, debemos aprender a escuchar, a admitir otros criterios, sin dejar de tener presente que dialogamos para convencer, no para vencer.

“Para motivar el conocimiento en torno a José Martí, su obra periodística y literaria, su vida personal, su labor revolucionaria, debemos comenzar por acercarlo más a la gente. Que un niño sea capaz de imaginar a Martí como su papá, su maestro o su amigo, es realmente emocionante, y seguramente ese niño luego querrá saber más”, asegura convencida la doctora Sánchez Collazo.


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Ana María Domínguez Cruz

"Una periodista cubana en mi tercera década de vida, dispuesta a deslizar mis dedos por el teclado".


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