“El próximo curso escolar es un año de consolidación de todo lo que hemos logrado en la Enseñanza Técnica Profesional (ETP), fundamentalmente lo relacionado con las aulas anexas que funcionan en los organismos de la producción y los servicios”.
La anterior afirmación fue realizada por Kenelma Carvajal, viceministra de Educación, en entrevista exclusiva para Cubahora, cuando se acerca el cierre del actual curso escolar y se prepara el venidero periodo lectivo, en el cual la ETP recibirá a más del 60% de la matrícula que egresa del noveno grado.
“También tenemos que seguir trabajando, en el orden educativo, en el uso del uniforme escolar, disminuir las bajas, los problemas de asistencia; temas que aún persisten de manera puntual en algunos de nuestros centros escolares”, apuntó.
—Un asunto que se ha abordado en múltiples ocasiones por la dirección de Educación es la necesidad de una mayor y mejor integración entre la escuela y los organismos empleadores.
—Para nosotros es vital la integración con los organismos de la producción y los servicios, porque allí tenemos al especialista y también el aula anexa donde está la tecnología, donde nuestros estudiantes realizan las prácticas que en los politécnicos no pueden completar por la falta de equipamientos.
—Algunos de estos profesores tienen los conocimientos prácticos pero no los pedagógicos. ¿Cómo se está resolviendo esta contradicción?
—Los profesores que están ejerciendo en estos momentos fueron preparados antes de empezar el actual curso escolar. En abril y mayo último se realizaron cursos de preparación, y cuando nos hemos percatado de que alguno no tiene las condiciones idóneas, ha sido sustituido, pero son casos aislados, la mayoría tiene una adecuada preparación.
“No buscamos al universitario, aunque no negamos a los que sean ingenieros, especialistas principales, pero queremos que el que enseñe en el torno sea el tornero, que es quien tiene la habilidad, es quien sabe hacerlo.
“Por lo tanto, cuando hablamos de idoneidad, queremos que puedan hacer y enseñar a hacer, el buen vaquero, el buen obrero agrícola y el técnico”.
—¿Qué beneficio recibe este trabajador de la producción cuando asume la docencia?
—Su contrato es a tiempo parcial, por lo cual mantiene su plaza en el centro laboral y las clases las imparte dentro de su horario de trabajo.
“Recibe una estimulación del MINED, además del salario que devenga por el tiempo que realiza esta tarea. Yo sé que el efectivo es discreto, pero es lo que se puede entregar.
“Es un convenio de trabajo y la entidad aprueba que ejerza esa actividad formativa en el horario de trabajo, sin afectar su salario. Luego el MINED, si imparte 12 horas, son noventa pesos, y hasta 15, son 120 pesos. Es un estímulo adicional”.
—¿Cuántos maestros faltan?
—Tenemos garantizada la relación docente-alumno en la ETP. Contamos con más de 4 000 profesores que son trabajadores de la producción y los servicios. No podemos decir que tenemos un déficit, porque acudimos a nuevas formas para completar los claustros.
“Hay provincias con mayores dificultades y hemos realizado cursos de formación de profesores desde los propios graduados de la ETP. Tenemos más de 500 que se están preparando y en el próximo curso escolar van a estar dando clases en las escuelas, y a su vez se alistan para acudir a la universidad.
“Esa es una alternativa que nos ha dado buenos resultados. Así, se prepararon más de 3 000 en los últimos cursos escolares”.
—Este año, nuevamente, la mayor parte de la matrícula que culmina el noveno grado irá a la ETP, y la mayoría se formará como obreros calificados. ¿Cómo están realizando el trabajo vocacional?
—Este es un proceso que tenemos que fortalecer, no solo con el nuevo ingreso, sino también con el estudiante que está sentado en las aulas, para que no deje los estudios.
“Pero la formación vocacional hay que iniciarla desde las primeras edades, con los juegos de roles, para que los pequeños se familiaricen con los diversos oficios, sobre todo con los que más necesitamos.
“Luego, un momento importante, donde el trabajo vocacional debe intensificarse, es en la secundaria básica, porque allí el joven elige el camino que deberá tomar.
“Una parte de los estudiantes que terminan noveno este curso escolar continuarán estudios en especialidades de obrero calificado, y esto implica la comprensión de la familia de la necesidad de que se forme esa fuerza laboral que hoy requiere el desarrollo económico y social de cada uno de los territorios”.
Kenelma puntualizó que la formación de obreros calificados demanda también de un perfeccionamiento del proceso docente-educativo.
“Estas especialidades exigen el desarrollo de habilidades profesionales a corto plazo, por lo tanto, tienen que estar acompañadas por personas que sepan hacer y enseñar a hacer a esos jóvenes.
“Tenemos que contar con los medios fundamentales para la práctica, que están en la producción y los servicios, para poder desarrollar esas habilidades; y todo esto requiere de un esfuerzo importante de los cuadros de dirección a todos los niveles, para lograr llegar al maestro, que es quien ejecuta las acciones, y al técnico en la producción y los servicios”.
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