Dice la leyenda que Guanaroca es el regalo de Moroya (la Luna), a Hamao hijo de Huion (el Sol) para que no estuviera solo en Ocon (la Tierra). Un símil siboney a la historia bíblica de Adán y Eva que vino del otro lado de Ocon.
Una tragedia de celos y la pérdida de un primogénito sacaron las lágrimas de Guanaroca para así formar la laguna que lleva su nombre.
El humedal consta con unos 2.2 kilómetros cuadrados y forma parte del Área Protegida Refugio de Fauna “Guanaroca- Punta Gavilán”. Alimentada por las aguas dulces del río Arimao y la Bahía de Cienfuegos, al oeste, que pone el toque salobre. La ciudad queda a 12 km.
Es un área importante para la conservación de vida silvestre, esencialmente aves, tanto de hábitos estacionarios como migratorios. Posee un alto nivel de preservación de los manglares, donde prolifera la fauna y mantiene la salud ambiental del lugar.
Su atractivo convoca a visitantes interesados en el ecoturismo, quienes pueden hacer recorridos en bote o senderismo. Sin embargo, la cercanía con la Bahía y la zona industrial que se desarrolla en ella la hacen un lugar susceptible a la contaminación. El centro de visitantes cuenta con especialistas que monitorean la flora y fauna del lugar, además de velar por su seguridad ambiental.
La leyenda de Guanaroca aparece en el libro “Tradiciones y leyendas de Cienfuegos” de Adrián del Valle.
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