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sábado, 5 de octubre de 2024

Lo destacable de una noticia educacional

El completamiento de la fuerza docente todavía en la actualidad constituye una asignatura “con arrastre” para el sistema educacional cubano...

Félix Arturo Chang León en Exclusivo 07/09/2016
3 comentarios

El éxodo de maestros es un problema perteneciente a los habitantes de Cuba porque fueron los causantes, por lo cual es a quienes corresponde resolverlo; aunque, al hacer público el debate, el asunto ha trascendido a medios de prensa foráneos que lo han convertido en principal foco de atención, como si fuera lo único destacable.

También emiten opiniones o inducen (¿consciente o inconscientemente?) a entorpecer las actuaciones de la ciudadanía para completar los docentes necesarios, al hacer creer que las bajas del sector se deben única y exclusivamente al tema del sueldo.

Sin desconocer que el sistema salarial cubano no transita por buena situación en ninguna esfera, ni dejar de analizar que entre los trabajadores que han recibido incrementos en los últimos años están los educadores, hay que tomar en cuenta otros elementos que contribuyen a provocar el éxodo.

Aunque hasta junio de este año, 3 714 maestros habían abandonado las aulas, no se trata de un fenómeno nuevo, ni son pocas las causas que han hecho crecer las bajas, cuyas consecuencias en este caso son superiores en repercusión, incluso a la fluctuación laboral en las zonas montañosas o rurales, donde se pierden cosechas o se deja de sembrar café u otros cultivos por falta de mano de obra.

La situación no se comporta igual en todos los territorios ni son las mismas causas, pero son abultadas: papeleo excesivo, burocratismo, plan de clases demasiado complicado de confeccionar, poco reconocimiento social, incomprensión de la familia, falta de armonía en la escuela, el claustro no se siente bien, exigencias no constructivas, presión constante sobre el educador, no les brindan tratamiento correcto al egresar e incorporarse al trabajo, la falta de estímulos (no se refiere al salarial sino a la atención en múltiples sentidos), las sanciones; y, además, por ser un profesional preparado y disciplinado, los maestros son bien recibidos por empleadores de otros sectores que hasta les hacen ofertas para desempeñar cualquier función.

Estas no son todas las causas ni están en orden de importancia, pues también se agregan las mismas dificultades que padecen todas las personas con el transporte y los alimentos, altos precios, carencias materiales, y encima de eso, las dificultades para hacer gestiones y trámites por tener que cumplir horarios en el aula.

A este redactor le hubiera gustado encontrar la libreta de notas con el nombre de una maestra que en una reunión en 1978, en la Escuela Pedagógica Rafael María de Mendive, de Sancti Spíritus, vaticinó una aguda carencia de personal docente, y no lo publiqué porque parecía que no ocurría, o sería dentro de muchos años.

Ella se refería a que había familias que hasta obligaban a los niños y jóvenes a no estudiar magisterio, denostando de esa profesión y argumentando por qué la consideraban tan mala, lo cual, junto a otros factores, hoy conspira contra la formación vocacional, contribuye al incumplimiento en ingresos a esas carreras, el abandono de sus aulas para cursar otros estudios o dedicarse a trabajos o cualquier actividad con mayores dividendos.

Por supuesto, ni los salarios ni la alerta de aquella pedagoga son motivos únicos, por lo cual, en este contexto tan complicado, la falta de docentes, agravada por el éxodo, no es un asunto que compete exclusivamente al centro escolar, sino a la familia, a la sociedad y a todos en general.

Al reflejar las discusiones sobre la falta de maestros, publicadas en la prensa cubana, medios internacionales y en las redes sociales han reducido la causa del problema única y exclusivamente al salario, y lo presentan como insoluble e inherente a la Revolución, ante lo cual no debemos permitir la distorsión de la visión de la sociedad cubana, que ha obtenido reconocidos logros en el desarrollo del sistema educacional, a pesar de errores o deficiencias.

Cuba ha demostrado capacidad para resolver los problemas derivados del desarrollo educacional, pues en apenas un año, 1961, fue el primer país de la región en declararse libre de analfabetismo mediante una campaña popular que apeló al concepto de que quien no sabe, aprende, y el que sabe, enseña aunque no sea docente de profesión.

Esa calamidad social heredada de los gobiernos capitalistas fue solucionada a pesar de las agresiones de Washington, que alentó, organizó, y financió a la contrarrevolución interna, cuyos actos violentos provocaron muertes como las de los alfabetizadores voluntarios Manuel Ascunce, Conrado Benítez y Delfín Sen Cedré, en zonas montañosas y rurales.

Estamos ante un problema muy cubano, al cual se le pueden poner innumerables calificativos para indicar su gravedad, pero les corresponde a los habitantes de Cuba hallar su solución. Aunque agradezcan las muestras solidarias de preocupación, se deben rechazar las intromisiones, sobre todo las que han pretendido inducir la creencia de que la noticia está en la falta de maestros, acentuada por el éxodo que ocasionan bajos salarios.

Los hechos son tan evidentes que, aunque los nieguen, están ahí, como en este caso: Otro curso más, de manera consecutiva durante más de medio siglo, con los recursos necesarios garantizados, a pesar de las limitaciones económicas que afronta el país.


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Félix Arturo Chang León

Periodista cubano de origen chino que nació y vive en Cuba. Santa Clara. Dirigió el periódico Vanguardia durante 16 años.

Se han publicado 3 comentarios


valia
 8/9/16 15:49

yo pienso que más que un problema de salario es un tema de vocación, y amor a lo que haces, hay puestos de trabajo con salarios inferiores y la gente no los deja porque en estos tienen algún beneficio adicional

cheo
 7/9/16 16:09

El problema son los salarios, no busquen mas

Arturo Chang
 8/9/16 13:56

Pues le invito, cheo, a suponer que el problema es el salario y nada más. A partir de ese razonamiento, sería interesante que usted exponga cuánto debe ser el salario, y al mismo tiempo se refiera a qué ocurriría con ese sueldo dentro del contexto actual de carestías de todo género de productos.

Ahora le agradezco haber opinado, pero más le agradeceré que argumente su criterio.

Reciba mis saludos.

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