“Medicina” con plumas (+Fotos)

¿Cuántas veces no hemos lamentado que en los aviarios los pajaritos estén encerrados en sus jaulas? ¿Hemos pensado alguna vez en la posibilidad de amaestrar aves?

Pues sí que es posible… desde siglos pasados, desde las poblaciones indígenas hasta la reina de Inglaterra Isabel I, incluyendo a corsarios y piratas que siempre tuvieron aves parlanchinas en su “tripulación”.

Y hoy también lo es, y muestra de ello es el quehacer ininterrumpido de una joven pareja que, en su San Agustín, en el municipio habanero de La Lisa, ha creado un espacio para quienes desean conocer y tener una mascota de plumas domesticada, como parte de su proyecto de ornitoterapia, como suele llamarse a la terapia con aves, que ya arriba a sus siete años de creado.

“A mucha gente no le agrada ver aves en cautiverio —explica Yhosvany Santana— y por eso queríamos encontrar una solución al problema para que las personas se acercaran a nuestro aviario, en el que trabajábamos con fines comerciales. Tiempo después apareció Miki, una rosacoli que nació discapacitada, con problemas en sus patas, y nos propusimos salvarla”.

Ese cuidado manual desde los primeros instantes de nacida hicieron que Miki siempre estuviera apegada a sus dueños, quienes comprobaron que era capaz de identificar distintas voces de mando y obedecerlas.

“Toma agua, Miki; cómete la papa; ven, Miki, dame un besito; fueron algunas de las órdenes a las que la acostumbramos, y quienes llegaban al aviario y la veían, quedaban perplejos. No es común ver aves amaestradas de este tipo y tan pequeñas. Esa fue nuestra primera prueba” —añadió Yhosvany.

Comenzaron entonces a desandar el camino de la ciencia y probaron en distintos momentos que el cruce de aves domesticadas por ellos traía una descendencia mucho más dócil, más mansa, porque el comportamiento es hereditario. Esta fue la tesis de un primer estudio que presentaron en eventos científicos de la Sociedad Ornitológica de Cuba, a la que pertenecían.

Tiempo después, este apasionado criador de aves y su esposa presenciaron escenas muy tiernas entre dos pequeños de su comunidad y sus aves. Brian y Daniela, aquejados del Síndrome de West y del Síndrome de Down, respectivamente, hallaban paz y entretenimiento en el aviario, junto a Miki y otros pajaritos que ya habían sido amaestrados por la pareja.

“Pudimos ver entonces los resultados positivos que tenía la interacción con estas aves, los deseos de jugar que se despertaban en los niños con características peculiares, las nuevas palabras que aprendían y el interés por volver en el mismo instante en que se iban. Para nosotros fue muy novedoso, porque sí conocíamos de los beneficios de la equinoterapia y de otras prácticas similares con otro tipo de animales.

“Por eso, luego de presentar los estudios y las pruebas que teníamos, nos propusimos insertar nuestro trabajo en áreas de salud, inspirados en Brian y Daniela. Así acercamos las aves a aquellos que por su condición de enfermos necesitan cariño, divertimento y apoyo” —refiere Yhosvany.

Las Clínicas de Salud Mental de la Lisa y Boyeros, la Clínica Internacional Las Praderas, el Hospital Psiquiátrico de La Habana, la escuela especial William Soler, han sido algunos de los escenarios en los que Roky, Tati, Coti y otras aves han regalado “besitos” y “caricias”.

“Las actividades asistidas con aves, que es lo que hacemos hasta tanto no concluyamos un estudio científico multidisciplinario que pretende probar con argumentos sólidos la aviterapia,  ha sido muy beneficiosa para los pacientes. Personas deprimidas hallan en estas aves de colorido y temperamento activo un apoyo para superar su problema, y aquellos que, por el contrario, tienen cuadros clínicos de hiperactividad y muestran alteraciones en su actuar, tienen en aves más suaves y tiernas la contraparte que necesitan.

“Niños como los venezolanos de Las Praderas, Mauro David y Mauro Daniel, que tienen problemas en sus extremidades inferiores y superiores y padecen los dolores de los ejercicios de rehabilitación que necesitan, sonríen y olvidan estos pesares cuando tienen a las aves en sus hombros y encima de sus cabezas. Así ha sucedido con niños sordo-ciegos, autistas y con otros padecimientos. También pueden aquellas personas de la tercera edad que padecen los efectos de la ansiedad, el estrés y la soledad encontrar en estos pequeños animales su motivación” —agregó este hombre, a quien los tropiezos para dar a conocer su trabajo no lo han vencido.

- ¿Pueden ser amaestradas todas las especies de aves o solo alguna en particular?

Considero que cualquier especie puede ser domesticada. Tenemos rosacolis, pajaritos australianos, isabelitas, canarios, que son las denominaciones comunes por las que la gente identifica a estos pajaritos.

Lo importante es la paciencia y el empeño que la persona destine para ello.

“Los rosacolis, por ejemplo, son aves de temperamento muy fuerte y tenemos varios ejemplares amaestrados porque así nos lo propusimos. En ellos, incluso, el resultado es mejor, porque luego de los seis meses de edad, que es cuando el ave comienza a madurar, su afinidad con el humano se hace más latente.

No en vano los llaman los periquitos del amor.

“El adiestramiento —nos dice Yhosvany— posibilita salvar las aves que son abandonadas por los criadores por no cumplir los requerimientos fenotípicos, pero que sí las podemos incorporar como mascotas y aportan adicionalmente un nuevo atractivo a nuestro aviario. Se promueve, además, un ambiente sano, instructivo y familiar en el hogar y en los centros hospitalarios”.

- Precisamente, en lo relacionado con la salud, ¿no existen enfermedades que puedan ser transmitidas de las aves a los humanos?

Sí, claro que existen, pero manteniendo las condiciones higiénico-sanitarias correspondientes en nuestro aviario y en la casa donde haya alguna, no hay peligros. Además, recomendamos, y así lo hacemos, el chequeo médico de cada ejemplar cada seis meses y garantizamos que las aves que domesticamos no sean silvestres, las que sí representarían un riesgo mayor.

“Quien desee tener un ave en su entorno es porque le dedicará atenciones y cuidados y esa es la mayor seguridad ante cualquier peligro de enfermedad. Por otra parte, disfrutará tanto de tener cerca a alguien que le demuestre afecto que sus preocupaciones y problemas sucumbirán. Mira, aquí está Roky. Dame tu dedo.

A ver, dime, ¿qué sientes?”.

Sin palabras….