lunes, 23 de septiembre de 2024

No me siento diferente

En Cuba los niños, niñas y adolescentes que tienen alguna discapacidad disfrutan de los mismos derechos y oportunidades que todos...

Ana María Domínguez Cruz en Exclusivo 25/06/2013
1 comentarios
Equino terapia para niños sordos y ciegos.
La equinoterapia en el trabajo con niños sordos y ciegos.

Jeinar Martínez tocaba y los presentes nos deleitábamos. Las notas musicales, con bemoles y sostenidos, brotaban de su pianola y nuestros pies no podían quedarse quietos pues este adolescente de 14 años nos invitaba a bailar, desde la magistral interpretación que hacía de algunos de los temas más conocidos de nuestra música popular bailable.

Bailábamos, sí, y nos uníamos a él en los estribillos y nos olvidábamos en ese instante que Jeinar no podía vernos, pues como otros tantos alumnos de la Escuela Especial Abel Santamaría, la ceguera de sus ojos se lo impedía.

“Yo puedo sentir que bailan, que aplauden, que están contentos y eso es señal de que les gusta mi música”, me dijo antes de contarme que desde los 6 años empezó a aprender, con su papá, a tocar el piano. “Desde entonces, es lo que más me gusta hacer, y escucho una canción y trato de interpretarla, a partir de lo que escuché, y la canto también, para hacer las dos cosas al mismo tiempo”.

Jeinar también sabe tocar las claves, las maracas, el bongó porque como miembro del grupo musical de su escuela, tiene que saber sustituir a quien no pueda asistir a alguna presentación.

“Me siento feliz cuando toco el piano, y cuando me llaman para que lo haga frente a mucha gente. Ser ciego no es impedimento para serlo, y en mi casa y en mi escuela, con mi familia y mis amigos, yo sé que lo somos todos porque estudio, canto, bailo y toco música como puede hacerlo cualquiera. No me siento diferente”.

Escuchando a Jeinar y usando un pañuelo para secar las lágrimas de la emoción por la manera en la que habla es una de las maneras más certeras para comprender por qué Cuba es un ejemplo en el mundo en lo concerniente al bienestar de la niñez, la adolescencia y la juventud.

Lo ratificó Seija Toro, representante de la Unicef en Cuba durante la presentación del Estado Mundial de la Infancia 2013 Niñas y Niños con Discapacidad, ocasión en la que aseguró que desde la Unicef se acompañaría a Cuba en sus esfuerzos por elevar la calidad de la atención integral a los niños, niñas y adolescentes con necesidades educativas especiales, para propiciar el desarrollo pleno de sus capacidades y su integración a la sociedad.

Ver al niño y a la niña, y no su discapacidad es nuestro lema de trabajo pues así no privamos a la sociedad de todo lo que ese niño tiene para ofrecer, añadió. Es mejor concentrarse en sus capacidades y potencialidades, y centrarnos en lo que son capaces de lograr y no en lo que no pueden hacer.

“Los niños y las niñas con discapacidad pueden disfrutar de los mismos derechos que los niños que no poseen ninguna, pues además tienen las mismas necesidades que aquellos. Sin embargo, en muchos países estos niños son víctimas de la discriminación, el abuso, la explotación y el abandono, así como de la negación de su disfrute de atención médica y educativa.

“Alrededor de un tercio de los países del mundo no han ratificado hasta el momento la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad y afortunadamente Cuba no forma parte de esa lista pues lo ha hecho y lo hace cada día desde la prevención de discapacidades en edades tempranas, incluso antes de nacer, y desde la inclusión educativa, en cada centro de Enseñanza de Educación Especial  donde hoy son más de 39 mil los alumnos que a ellos asisten”.

Mientras la representante de la Unicef reconocía la preparación del personal docente cubano que labora en las escuelas especiales del país y elogiaba la voluntad gubernamental de crear y aplicar políticas sociales desde la salud a favor de la infancia y la adolescencia, y en particular, de los que en esa etapa de la vida más lo necesitan por presentar algún tipo de discapacidad, Jeinar continuaba tocando el piano en la terraza y yo olvidaba que es ciego.


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Ana María Domínguez Cruz

"Una periodista cubana en mi tercera década de vida, dispuesta a deslizar mis dedos por el teclado".

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Amaury
 25/6/13 13:12

Muy buen artículo,sería tan bueno que en los programs de educación en nuestro país se incluya el uso de la lengua de señas,he visto niños con discapacidad auditiva que apenas juegan con otros niños porque no se comunican del todo bien.Aunuqe niños al fin,tienen el mérito de comunicarse y ser felices con sus carencias,ya sea físicas o materiales.Esto es una enseñanza para nosotros los adultos que apenas nos comunicamos entre sí,saludos cordiales.Amaury.Vivan los cubanos y CUBA LA BELLA.

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