Pedagogía 2013: desafíos de la educación en el mundo

El Apóstol de la Independencia de Cuba, José Martí, escribió una vez que, al venir a la tierra, todo hombre tenía el derecho a que se le educara y después, en pago, el deber de contribuir a la educación de los demás. Es ese círculo sin final la garantía para la continuidad de toda sociedad. 

Nuevamente la clarividencia de nuestro Héroe nacional vuelve a salir a la luz en este siglo XXI, momento en el que, si bien se intenta dar respuesta a los desafíos de la llamada sociedad del conocimiento, aún persisten elevadas cifras de niños sin acceso a la educación en muchos países. 

No constituyen datos de ficción. Aunque las cifras resulten alarmantes, son la realidad. Un total de 61 millones de niños y 71 millones de adolescentes y jóvenes de todo el mundo no asisten a escuelas en este momento, según develó un informe del seguimiento de la Educación para Todos en el Mundo, en 2012, compartido por el subdirector general de la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), Qian Tang, como parte de su conferencia en el Congreso Pedagogía 2013, que transcurre en La Habana. 

Al intervenir en la cita, que reúne a unos tres mil participantes de más de 30 países, el subdirector de la UNESCO indicó la necesidad de encauzar esfuerzos para incrementar el acceso de jóvenes de todas las latitudes a la educación primaria y secundaria.

Quian Tang declaró que invertir en la educación no solo era insoslayable para el individuo, sino que contribuía a elevar el desarrollo socioeconómico de los países.

De acuerdo con el funcionario, esta preocupación de la UNESCO aumenta más cada día, pues en un contexto en el que crece el número de jóvenes— uno de cada seis habitantes en el mundo tiene entre 15 y 24 años—46 naciones en desarrollo desatienden la creación de habilidades desde la educación en su población.

En este sentido, dotar a los jóvenes de la preparación requerida para insertarse en mercados laborales constituye uno de los mayores desafíos para la sociedad contemporánea, aseveró Tan. “Las personas necesitan habilidades para integrarse a las dinámicas, el mundo laboral y los mercados contemporáneos, que son muy cambiantes; y hay que desarrollárselas en las educaciones primarias y secundarias”, señaló.

Otro de los problemas debatidos dentro del marco del Congreso Pedagogía 2013 estuvo asociado con el elevado número de niños que no termina estudios en primaria y secundaria. Por ello, el quehacer de los gobiernos no puede resumirse a intentar lograr el acceso a estos niveles, pues, por ejemplo, según destacó Tan, “en los países desarrollados uno de cada cinco estudiantes de secundaria abandonan la escuela; y en Malawi solo la mitad de los niños termina la educación primaria”. En estos casos, apuntó, deben crearse programas alternativos para rescatar a esos niños que renuncian a los estudios.

Siguiendo los imperativos de Martí y los retos trazados por la sociedad del conocimiento, gobiernos, ministerios e instituciones deberán trabajar cada vez más unidos para eliminar aquellas barreras que impiden a los niños iniciar y continuar estudios.

La asesora regional de la Unicef en Educación para Latinoamérica y el Caribe, Anna Lucia d'Emilio, sugirió encaminar esfuerzos para garantizar una distribución más equitativa de recursos y oportunidades, que permita sobreponerse a barreras económicas. Asimismo, destacó la importancia de fomentar escuelas, sistemas educativos y políticas gubernamentales, comprometidas con la inclusión.

La realidad constatada hoy en América Latina y en todo el orbe contrasta a simple vista con lo que ocurre en Cuba, un país con educación gratuita, y donde cada joven puede acceder a la universidad sin ningún tipo de riquezas personales. 

Esto fue reconocido por la Ministra cubana de Educación, Ena Elsa Velázquez, durante su conferencia de apertura del evento. Velázquez compartió su deseo de que la población cubana sea capaz de convertir las oportunidades que la Revolución ha brindado “en verdaderas posibilidades de adquirir una cultura general integral, y que sean verdaderamente revolucionarios; con una conciencia de productores, cultura económica y conciencia del ahorro.”