Por una mejor Policía (+Fotos)

Cuando aún las festividades por el fin de año y la llegada del 2013 podían sentirse en las casas y calles de nuestro país, encontré a Felipe Hernández en su carro patrulla, junto a su compañero de turno, vestidos con su uniforme azul y cumpliendo con su deber.

-¿Los policías no festejan?-le pregunté a Felipe, con el ánimo de iniciar una breve conversación en la que pudiéramos intercambiar impresiones sobre la actual Policía Nacional Revolucionaria, esa que arriba este 5 de enero a sus 54 años de fundada.

“Claro que festejamos- me respondió inmediatamente -pero el trabajo de nosotros es constante y para que todos puedan celebrar en paz, debemos estar en nuestros puestos”.

El patrullaje y  vigilancia en las noches, me explica, es vital, sobre todo en estos días festivos, en los que cualquier situación que se dé pone en riesgo el disfrute de la gente. “Los policías no tenemos horario ni fechas. Lo que sí tenemos es el deber de respetar nuestros turnos de trabajo y de ser consecuentes con el compromiso que asumimos el día que decidimos ponernos este uniforme”.

-¿Y tu familia?, le pregunté. ¿Ya viajaste a verla?

- Sí, ya fui a verla, pero no está lejos… ¡Es que yo soy habanero, periodista, y además universitario!. La gente piensa que solo los que viven en Oriente quieren ser policías, y aunque en un tiempo eran más los que eran de allá que los de aquí, ya eso ha cambiado.

Me alegré con la noticia…La imagen de la policía pudo haberse deteriorado mucho en ese tiempo cuando el rechazo a los que vestían el uniforme, procedentes de otras provincias, y que generalmente no tenían un alto nivel de escolaridad, se hacía sentir entre los habaneros.

Sin embargo, ahora somos nosotros los que damos el paso al frente para estudiar y prepararnos para este trabajo, imprescindible para el tránsito seguro de una nación por el mundo y sobre todo para que los sueños, anhelos y desempeños de sus habitantes hallen cabida en paz.

Es Felipe uno de los continuadores de aquellos primeros muchachos que a pie o a caballo salían de la Sierra Maestra a cumplir con sus tareas, apoyados por los campesinos de la región. Y también es seguidor de los ideales de quienes, integrantes también de este honroso ejército azul, formaron parte del Batallón de Combate para la lucha contra los bandidos ocultos en el Escambray, y de quienes estuvieron en los sucesos de Playa Girón y posteriormente, en cada uno de los momentos cruciales en los que la Revolución ha necesitado de ellos.

Fiel heredera del espíritu y el temple necesarios para desempeñar esta misión social es también Gisela Díaz, a quien encontré en la mañana del primer día de este año en uno de los puntos de mayor complejidad en cuanto a la circulación vehicular de la capital. Como policía, ella rompe con muchos esquemas, reconoce.

“Soy policía de Tránsito, y como soy mujer,  muchos conductores pretenden dárselas de listos, pero no perdono las infracciones pues pueden costarles la vida a muchas personas, sobre todo en estos días de fiesta, en los que las bebidas alcohólicas abundan y la gente olvida un poco sus responsabilidades.

“Soy habanera y no son pocos los que se asombran, porque persiste en la mente de la gente el estereotipo de que los policías son siempre de otros territorios, y estudio mi último año en la Universidad, de lo que me siento muy orgullosa, sobre todo porque con ello le demuestro a los incrédulos que ser miembro de la PNR también tiene sus exigencias”.

Para mí fue gratificante saber que cada día, en el seno de la Policía Nacional Revolucionaria, se rompen estigmas. Y lo fue aún más luego de la conversación con el capitán César Garriga Cruz, jefe del Centro Provincial de Captación de la PNR en La Habana, quien me garantizó que los esfuerzos se dirigen a completar las fuerzas necesarias dentro del órgano pero con la premisa de que el desempeño y la competencia profesional de sus integrantes sean elevadas.

Nuestra Policía, asegura, mantiene vigentes sus principios desde su nacimiento, poco antes del Triunfo de la Revolución, en el seno de la lucha clandestina en la Sierra Maestra y después de este, a la par de las necesidades de cada momento histórico. Es cierto que en un momento determinado la estrategia de ingreso a las filas de nuestro ejército fue de corte emergente pues el déficit en la capital era grande y los requerimientos escolares no eran los mejores.

“Hoy, quienes aspiran a ser policías, deben tener el 12 grado aprobado y ser menores de 30 años. Ofrecemos Cursos de Nivel Superior  en el Instituto Superior Militar Eliseo Reyes para diferentes perfiles como Investigador Criminalista, Seguridad Pública, cadete de Menores, Policía Técnica Investigativa e Informáticos Operativos. También tenemos los Cursos de Nivel Medio Superior, para formar a oficiales integrales de la Policía, quienes podrán trabajar como instructores, investigadores, carpeta, jefe de sector…y también en el curso de Formación Básica Policial, además de la posibilidad de ejercer como policías de Tránsito, Técnicos Caninos, oficiales de Vigilancia y Patrullaje en bicicleta, entre otros”.

Lo más importante, y que todavía es de poco conocimiento en la población-advierte Garriga- es que en la PNR también se tienen diversas formas de superación universitaria y de posgrado y que la necesidad mayor, por cuestiones territoriales y culturales, es que los candidatos sean de la propia ciudad, una de las prioridades que tenemos para lograr una mejor Policía.

Y ahí están Felipe y Gisela y otros hombres y mujeres que como parte de la Policía Nacional Revolucionaria celebran hoy su aniversario 54, conscientes de que su actuar de cada día le otorgará más prestigio a este órgano…Orgullosos de cuidar del país desde sus calles, sus barrios, sus ciudades…