Que los niños y las niñas tengan lo que se merecen (+Fotos)

La pequeña María Karla Díaz, de cuatro años, juega con sus figuras geométricas y va formando con ellas diversos objetos. Se ríe cuando los termina y me pregunta si quiero ver también un camión, un barco o un pececito, y de qué color los quiero.

Ella era muy tímida, me dice su abuela Carmen, pero desde que venimos al parque Lennon en las mañanas, ha socializado con otros niños y ha aprendido muchas cosas nuevas.

“Me gusta dibujar, recortar y contar hasta el 20, para que los demás vean que sé mucho, como si fuera grande”, me dice la niña y, como a ella, veo a los otros 12 niños que juegan a su alrededor y comparten sus juguetes.

En la casa se les puede enseñar alguna que otra cosa, comenta Laudelina, abuela de David, de tres años, pero siempre una tiene que hacer los quehaceres, buscar los mandados, estar al tanto de la cocina y no siempre le dedica a los niños el tiempo que ellos necesitan, como si estuvieran en el círculo infantil.

Tiempo, manualidades, aprendizaje, dedicación, juegos y diversión… todo puede conjugarse en este parque y en otros del país, en los que se desarrolla el programa Educa a tu hijo, con el objetivo de proporcionarles educación a los infantes que no asisten a los círculos infantiles en los primeros cinco años de su vida y, también, a sus familiares.

Es la mezcla de la voluntad política de nuestro país, de buenas intenciones y de necesidades educativas que tienen los niños y su familia en las edades tempranas, afirma Mercedes Leyva Lugo, metodóloga del Ministerio de Educación y fundadora del programa.

Destaca la especialista que desde el Triunfo de la Revolución ha sido siempre una prioridad en Cuba la educación de los niños y las niñas, en correspondencia con el respeto a sus derechos constitucionales, ya sea por la vía institucional o por la no institucional.

“No todos los pequeños en Cuba pueden asistir a los círculos infantiles por diversas razones, entre ellas, la económica, pues no podemos sustentar la construcción de nuevos centros. Por ello, en el año 1992 se creó el programa Educa a tu hijo, con el objetivo de incluir en el sistema de enseñanza el aprendizaje para esos niños que no asisten a las entidades estatales antes de ingresar a la escuela, y brindarles la atención educativa y los cuidados que ellos requieren, así como la instrucción que sus familiares también necesitan.

“El trabajo con la familia es una de las fortalezas del programa, pues les ofrecemos las herramientas y conocimientos que le permitirá contribuir al desarrollo físico, motor e intelectual de sus infantes, para que luego, al arribar a las escuelas, no tengan dificultades ni diferencias con respecto a otros niños”, subrayó.

Una persona licenciada en Pedagogía funge como promotora y prepara a quienes después serán los ejecutores, es decir, las personas encargadas de trabajar con los niños y las niñas y con sus familiares, tal como se hace en los círculos infantiles.

Darcy Méndez es una de ellas y no oculta su alegría. “Tuve dos hijos y pudieron permanecer en el círculo infantil mientras yo trabajaba, pero realmente no pude compartir mucho tiempo con ellos. Me motivó este trabajo porque además de que vengo con mi nieta y ayudo a mi hija con su cuidado, lo hago también con otras familias que tienen a su cuidado a los niños”.

“De manera conjunta se trabaja con la FMC, el INDER, los CDR, los Ministerios de Educación y Salud Pública y de esta manera, en cada uno de los parques en los que se desarrolla el programa, todo funciona bien. No obstante, sistemáticamente hacemos una revisión de nuestros resultados y dirigimos una labor intensa de perfeccionamiento, para lograr una mejor calidad en lo que hacemos”.

“De los más de 618 000 niños en edad preescolar en el país, 480 000 están incluidos en el Programa Educa a tu hijo y sus familias, con certeza, reconocen lo extraordinario de una inclusión como esta, que permite que sus hijos, nietos o sobrinos aprendan y se desarrollen”, acotó Leyva Lugo.

El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) declaró el Educa a tu hijo como un programa de éxito, aplicable en la región latinoamericana, añadió la metodóloga, por lo que esta experiencia se ha puesto en práctica en países de la región como Ecuador, Venezuela, México, Brasil, Colombia y Nicaragua con la adecuada adaptación a sus contextos.

—En la sociedad cubana actual, en la que es mayor la presencia de casas cuidadoras, por ejemplo, como una opción de trabajo por cuenta propia, ¿se ha estudiado la posibilidad de que se vinculen también al programa?

—Realmente Educa a tu hijo se creó con la intención de trabajar directamente con la familia del pequeño, para que también conociera de lo que este necesita para su alimentación, su desarrollo, su crecimiento. Una tercera persona, como lo es una cuidadora, puede trabajar con los pequeños en su casa, lo que sería ideal, en vez de ponernos frente al televisor a ver una película o dejarlos jugando a solas, pero sabemos que no siempre se hace. Incluir a las cuidadoras en el programa es una variante que está en estudio en la actualidad para contemplar también este nuevo panorama que emerge en nuestro país.

“El derecho de los niños y las niñas cubanas a la educación es garantizado y alternativas a la vía institucional como este Programa y sus excepciones se estudian, porque ninguna familia puede quedarse sin recibir la preparación adecuada, y ningún niño puede dejar de recibir la atención que necesita en edades tan complejas como estas, en las que se forma su personalidad. Ellos deben tener lo que se merecen, máxima de nuestro país”.