¿Qué pasa Cuando el amor no alcanza?

Ella lo ama a él y él le corresponde, pero es casado y no le resulta fácil tomar la decisión definitiva… Aquella mujer aboga por su independencia y su trabajo en primer lugar hasta que un Don Juan le estremece el piso… El cuarentón no sabe qué hacer con su matrimonio luego de “confundirse” con una treintiañera… 

Y todos estos conflictos pasionales se tornan amores imposibles y posibles en medio de circunstancias adversas en muchos casos, cuando conviven en una casa hasta cuatro generaciones, o cuando se imponen los límites económicos, o cuando los prejuicios imperan, o cuando las incompatibilidades de caracteres laceran los sentimientos…

En la vida, a diario, sucede todo esto, y mucho más…Por ello en torno a “aprietos” emocionales de este tipo gira el tema central de la telenovela cubana Cuando el amor no alcanza que Jorge Alonso Padilla decidió dirigir hace un tiempo, y que ha llegado a nuestras pequeñas pantallas desde el pasado 2 de junio cada martes, jueves y sábados a las 8 y 30 de la noche.

Son 65 capítulos de 45, 50 minutos de duración, en los que el guion original de Maité Vera en colaboración con Consuelo Ramírez indaga en la intimidad de las personas, hurgando en esos lastres que llevamos y en ocasiones, alimentamos nosotros mismos, y que nos impiden el disfrute de una vida plena.

“Todo sucede en un edificio multifamiliar, en la capital, y uno de los personajes es como el resumen de cada acápite. Ella, Teté (Daysi Sánchez) la encargada del edificio escribe, a la par de la trama central, una novela cuyo personaje principal, Laura,  es la síntesis de todas las mujeres del edificio.

“El eje central gira en torno a Rita (Mayelín Barquinero) y Daniel (Orelvis Díaz), una pareja que cumplirá 20 años de casados, pero que al pasar el tiempo, se percatan de lo que se ha perdido y los caminos se cruzan un poco. Así, van sucediéndose situaciones similares a las que conocemos de la vida real, y entre la comedia y el drama que no puede faltar, se ponen sobre la mesa otros temas como: la familia, el estudio, los valores sociales, entre otros”, comenta Padilla.

-¿Por qué la demora entre una telenovela cubana y otra?

-Ciertamente el ciclo no debe romperse como sucedió, pero hacemos las producciones con muchas limitantes económicas, espaciales y de todo tipo. Esta novela, por ejemplo, demandaba en un 80 por ciento grabaciones en estudios y ante la rotura del aire acondicionado tuvimos que sacar los sets para exteriores y ello trajo mucho atraso.

“Lamentablemente, Patricia Ramírez, una de las actrices protagónicas tuvo un accidente mientras filmábamos y aún está en un estado delicado de salud. Para evitar un atraso mayor en el rodaje, acudí a otra actriz, Angélica María, que alterna en su rol, lo que se explica en cada capítulo. Sin dudas, esto atentó contra la realización óptima de la telenovela pero son circunstancias que no pueden preverse.

EL GRAN RIESGO…

Actores y actrices poco conocidos se presentan en Cuando el amor no alcanza, “y no es la primera vez que lo hago porque me interesa refrescar la pantalla, e incentivar el talento que puede haber en el teatro y en las escuelas, pues algunos están por primera vez asumiendo un trabajo con responsabilidad. No es menos cierto que es un riesgo grande el que corro, pero me ha resultado bien en otras ocasiones y sigo apostando por la calidad y la variedad”, añade Padilla, quien dirigió dos de las historias que conformaban Bajo el mismo sol.

Estamos agradecidos de que Padilla corra el riesgo, aun cuando el público cubano es exquisito y exigente en sus criterios, y no son pocos los que “condenan” a los recién llegados del teatro. ¿Cuándo aprenderán los códigos del medio televisivo si no comienzan a enfrentarse a él?

Orelvis Díaz (Daniel) asume por primera vez el reto de un espacio en la pantalla chica, y con un protagónico: “doble desafío, ¿te imaginas? Llevo más de 20 años en el teatro en Ciego de Ávila y desarrollando a la par una carrera como cantante y compositor...poco a poco tengo que aprender y esta novela ha sido una gran escuela porque he estado al lado de personas muy talentosas y reconocidas como Martha del Río, y hasta de los más jóvenes que ya han desandado estos caminos”, comenta quien comparte la vida con la actriz Yanara Díaz, también proveniente del teatro, y a quien veremos encarnar el personaje de Ana, la esposa “enferma” de Saúl.

También procedente de las tablas, integrante del elenco de Teatro D’Dos se cuela en nuestras casas tres veces a la semana Daysi Sánchez (Teté), esa madre trabajadora y cariñosa que defiende a su familia por encima de cualquier contrariedad. Sin embargo, se desenvuelve de manera más natural, “y es que los estrenos recientes que hicimos en escenarios pequeños propiciaban un intercambio más íntimo con el público, lo teníamos más cerca y tal vez aprendí, sin darme cuenta, a no ser tan teatral. No creas, ha sido estresante para mí, pero la familia que me tocó en este guion ha sido mi puntal más fuerte…Son increíbles las vivencias que ya puedo contar, lo que me dicen en la calle, los elogios, los abrazos de recompensa por asumir un papel tan difícil que es el de no muy pocas madres que tienen hijas como Mariposa”.

¿Mariposa? Otro aplauso para Padilla. Confió en Mónica Digal, licenciada en Comunicación Social y solo familiarizada con la actuación por sus estudios como instructora de arte, y ahí está, convincente y cómoda en un personaje que, sin dudas, es el más complejo de la novela.

“Cuando supe del casting, me presenté y ya sabía que era para asumir a Mariposa. Siempre quise hacerlo y me auxilié de las experiencias con una muchacha autista que conozco, a la que le rodea ese halo mágico del personaje. Me aceptaron y tuve que bajar mucho de peso…Mírame, yo era más gordita, y además tengo una niña de 7 años…Pero me propuse perder peso para aparentar menos edad, como se requería, y estudié mucho mis escenas y mis parlamentos porque Mariposa tiene que colarse en el corazón de la gente y no podía ser a la fuerza”, comenta la joven, felizmente acogida en la compañía teatral Rita Montaner luego de presentarse a pruebas muy rigurosas.

Minutos después de haber visionado el capítulo 8 de la telenovela, Cubahora pudo conversar con los actores Leydis Díaz y Alberto Joel García, quienes asumen los roles de Nereyda y Víctor, y se sienten complacidos con el trabajo y el proyecto en su conjunto.

“Nereyda es una mujer complicada, independiente. En un contexto en el que la mayoría de las mujeres siempre buscan seguridad en un hombre, a ella solo le interesa que la quieran pero que no le trastoquen su espacio, su independencia. Mantiene una relación estable de fines de semana que le permite continuar con su filosofía, hasta que aparece Víctor”, explica Leydis, quien además, mantiene una peña como cantante en la Casa 18 de ARTEX, en Miramar.

Por otro lado, “Víctor es un machista y mujeriego. Se encuentra con Nereyda cuando va a repararle el techo de su casa. Se enamora de ella, y empieza el conflicto al estilo de un triángulo amoroso. Nereyda necesita que alguien la saque de ese mundo planificado, alguien que le mueva el piso. Es Víctor quien la hace actuar de manera impulsiva como nunca. Costará un poco porque ella no quiere que le roben su independencia y él quiere formar una familia”, añade Alberto Joel, quien se siente muy contento con este trabajo, el primero en una telenovela, luego de tantos años en otros países.

Con música de Antonio Leyva y María Rosa Galván, y con los temas de presentación y despedida a cargo de la agrupación QVA Libre, la telenovela se robará el tiempo de los espectadores en los días designados, anhela Padilla, para quien un tiempo de descanso le vendrá muy bien antes de retomar el proyecto de la comedia que interrumpió.

“Se supone que el amor siempre alcance, que siempre triunfe…Esperamos que, a pesar de todo, el amor sea infalible, pero en la vida aprendemos a golpes y porrazos, que a veces cometemos errores con consecuencias irreversibles. La telenovela versará sobre eso y ojalá pongamos sobre el tapete posibles soluciones para quienes se mantengan fieles a la transmisión”, afirmó Padilla.