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jueves, 28 de noviembre de 2024

Rompiendo obstáculos (+Video)

Las barreras arquitectónicas limitan la calidad de vida no solo de las personas con impedimentos físicos, sino también de las de la tercera edad...

Lourdes Ordeñana del Río en Exclusivo 10/10/2012
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Barreras Arquitectónicas
Barrers arquitectónicas versus urbe accesible.

En muchos puntos de nuestro país hemos observado las vicisitudes que experimentan no solo quienes padecen impedimentos físicos, sino los ancianos con o sin problemas locomotores, a la hora de subir una escalera, un autobús o al cruzar las calles. Claro está, la mayoría de las personas los ayudamos. Es algo en lo cual se ha ganado en conciencia, existen avances en los últimos años, pero todavía debemos seguir progresando en este aspecto. Todo ello sin olvidar que la población cubana, como lo demuestran estudios, tiende a envejecer cada vez más.

Pero existen otras trabas que no dependen del esfuerzo realizado por darles un sostén: las barreras arquitectónicas. Y nos referimos a los obstáculos como planos inclinados, escaleras, desniveles en el terreno de las diferentes construcciones, los cuales entorpecen el fácil desplazamiento de los que tienen alguna discapacidad parcial, total, o incluso ninguna.

Acerquémonos entonces a dichos impedimentos en la locomoción de aquellos que “peinan canas” y pertenecen a la generación de la tercera edad

DERRIBANDO “MURALLAS”

Al llegar a ancianos, comienzan los cambios y la disminución de las funciones de los órganos y sistemas. Se necesita el consumo de medicamentos por la presencia de padecimientos crónicos, los cuales se acrecientan.

Ello trae, en la mayoría de los casos, alteración de la marcha, incapacidad, inestabilidad, fallos en los reflejos y menor fuerza en las extremidades, lo que conlleva a una mayor cantidad de caídas.

“Todas esas personas mayores tienen esa necesidad de caminar sin obstáculos, por lo tanto se deben buscar las comodidades sin dañar el diseño del lugar”, comentó para los lectores de Cubahora, Danet Fernández García, estudiante de Arquitectura, del Instituto Politécnico Superior José Antonio Echeverría (actual IPSJAE).

Uno de los problemas que enfrenta una persona adulta mayor, lo constituyen las puertas principales, las cuales son poco accesibles, careciendo de rampas con pasamanos. Ello dificulta o impide el acceso al local, al igual que los declives que no cumplen con las medidas reglamentarias, restringiendo la participación del individuo en las actividades sociales.

Teniendo en cuenta la concepción constructiva de las edificaciones, podemos ayudar a mejorar las condiciones de vida. Por esto es tan necesario que donde se desarrollan los movimientos diarios no existan barreras arquitectónicas.

En las zonas por donde transitan los ancianos deben existir pasillos y escaleras espaciosas (con pasamanos), por si se cruzan dos personas con andadores, bastones, muletas o en silla de ruedas. Se requiere un piso sin colores contrastantes, deslizantes ni desniveles y espacios urbanos de solidaridad social intergeneracional, en los que puedan convivir personas de todas las edades. Los peldaños deben ser rugosos y señalizados para la marcha.

OTRAS RECOMENDACIONES

Los especialistas sugieren también ubicar en los baños pasamanos; y en todas las habitaciones situar el interruptor de la luz a la entrada.

Debe existir una buena iluminación, y, si se puede, utilizar luz natural, ya que ellas son sensibles a sus beneficiosos efectos.

“Es necesario que los etarios posean las condiciones indispensables para su fácil traslado. Se deben eliminar los obstáculos para el mejor desenvolvimiento al caminar”, puntualizó Aldo Verde González, Licenciado en Economía, de la Universidad de La Habana.

Las caídas en el adulto mayor representan un motivo de preocupación por la gravedad de las complicaciones que traen consigo. Algunos ancianos pierden el equilibrio, son incapaces de mantener el centro de gravedad con los cambios de posición, no pueden efectuar movimientos rápidos de adaptación. Un factor importante que también se altera con la edad es la masa muscular, con el envejecimiento se produce atrofia y pérdida de la fuerza muscular. Los problemas podológicos, también predisponen a los accidentes.

La eliminación de las barreras arquitectónicas reduce la posibilidad de accidentes y caídas, con el aumento de la seguridad tanto en situaciones pasivas, como durante sus desplazamientos; se mejora la calidad de vida.


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Lourdes Ordeñana del Río


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