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viernes, 4 de octubre de 2024

Rostros y estampas de un Primero de Mayo en Cuba

Las vicisitudes en el aseguramiento del desfile y todo lo que conlleva el éxito de la jornada; de eso trata este artículo...

José Armando Fernández Salazar en Exclusivo 04/05/2016
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Algunos los llaman “hombres araña”. Imitando a un campeón olímpico de gimnasia suben y bajan apresuradamente los andamiajes que les sirven para colocar bocinas con forma de corneta, banderas, carteles y pendones, en los que se puede leer frases como “Viva el Primero de Mayo”.

Tienen más de 25 años de experiencia en estos quehaceres. Son de los primeros que entran a la plaza y los últimos en recoger sus cosas. Luego de las “sesiones de trapecio” vienen las pruebas de audio hasta que un pulgar en alto da la señal de que todo está listo.

Sin perderse entre tantos cables y micrófonos otro ingeniero de sonido se preocupa por la modulación, la intensidad de la señal y pide constantemente que no le ocupen el teléfono. A su cargo está asegurar la transmisión radial de todo lo que va a acontecer en la plaza. A su lado los locutores repasan el guion del acto y reciben información sobre la composición de cada bloque.

Han de memorizar muchas cosas, pero también apelar a la improvisación y creatividad para describir el río humano que desfilará frente a sus ojos con iniciativas como congas, vuelos de palomas, representaciones de hechos históricos y algún que otro audaz que se decide a subir a la tribuna y leer una declaración sindical.

Tan precisos como los técnicos de sonido, son los integrantes del Coro de la CTC (Central de Trabajadores de Cuba). Algunos son artistas profesionales del canto; otros, han tenido que alternar los ensayos con su jornada laboral en fábricas, talleres y oficinas. Su repertorio lo integran marchas, himnos y canciones patrióticas, que asumen con la misma profesionalidad como si se tratara de un concierto en la Scala de Milán.

Hay rostros que ya resultan conocidos. A más de uno su actuación le ha servido para encontrar, desde el movimiento aficionado y luego en la superación, un camino para dedicarse al canto. Desafiando el sol, las consignas que constantemente surgen de su público en movimiento y el cansancio que aflora luego de cuatro horas de pie, realizan un recorrido por el catálogo musical patriótico que tiene siempre como cierre el Himno de la Internacional Comunista, compuesto por el poeta surrealista Paul Eduard.

Si hay dos personas que no dejan de mirarse durante todo el desfile son los directores del coro y la banda de conciertos. La afinación de voces e instrumentos es el resultado de varias semanas de ensayos en las que tanto músicos como cantantes descubren secretos interesantes de este tipo de composiciones, en ocasiones subvaloradas pero a las que han entregado su inspiración creadores muy talentosos.

Un poco alejados de la tribuna, pero bien atentos a lo que ocurre allá arriba, ciertas personas corren de un lado para otro organizando la marcha. Son improvisados agentes del tránsito que mediante señas y gritos apresuran la marcha, la detienen y se preocupan por  que el desfile no pierda su vivacidad y color.

Adentro de la multitud hay una selva de personajes. El jubilado que no renuncia a desfilar con su sector, aunque ya no quede nadie de su época y la gente lo mire extrañado. La familia que ha convertido en una salida festiva el convite, el recién llegado a la empresa que aprovecha la atmósfera distendida para hacer amigos y el grupo de fanáticos de siempre que arma una improvisada peña deportiva sobre béisbol y fútbol.

Este año hubo una señora que acudió al recorrido en silla de ruedas, una pandilla de bicitaxistas que esta vez no cobraron por su viaje, un joven que correrá en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, una vieja maestra que fue alfabetizadora en la Ciénaga de Zapata y vivió la Victoria de Girón y un doctor que en África ayudó a detener la epidemia del ébola.

En Cuba se da por sentado que el Primero de Mayo es una fecha festiva. La gente desfila en familia, sin el temor a una represión policial o posteriores consecuencias laborales. Pero no siempre fue así y el apoyo a un sistema político que ha permitido esas conquistas es la principal razón para cada año volver a la plaza.


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José Armando Fernández Salazar

Para mí no hay nada mejor que estar con los que quiero, riendo y escuchando a los Beatles

Se han publicado 1 comentarios


Karmando54
 4/5/16 19:47

saludos. quisiera enviarles unas fotos de como fue el 1ro de mayo del año 31 en La Habana bajo el machadato no se como y comparenlas con estas

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