Seguridad alimentaria con nutrición sana

“Es posible mejorar los hábitos alimentarios con una adecuada oferta y un ejemplo es el aumento del consumo de verduras en la población cubana gracias al desarrollo de la agricultura urbana”, expresó el Representante de la FAO en Cuba, Theodor Friedrich, durante una presentación en el Panel Letra con Vida, al que convoca cada mes el Centro Dulce María Loynaz, dedicado en esta oportunidad al Día Mundial de la Alimentación.

El Dr. Friedrich, reconoció los logros de Cuba en el tema de la seguridad alimentaria en indicadores como la erradicación del hambre y el cumplimiento de los objetivos del Milenio y subrayó que la Isla debe aún enfrentar importantes retos para lograr la sostenibilidad con recursos nacionales.

El también ingeniero agrónomo relacionó algunos elementos que afectan la inocuidad de los alimentos, como el incorrecto almacenamiento y secado que repercuten en su conservación y su calidad nutricional, aspectos a tener en cuenta con el incremento de la producción agrícola nacional.

El panel, moderado por la Dra. Alina Pérez, contó también con la presencia de la Máster en Ciencias, Grisel Tejeda González, quien se refirió al Proyecto de Apoyo a la Modernización Agropecuaria de Cuba (PALMA), dirigido a lograr seguridad alimentaria a escala local y explicó que en la actualidad 19 municipios del país se encuentran en fase piloto dentro de este programa entre el Ministerio de la Agricultura y el PNUD.

Tejeda manifestó que para lograr los objetivos principales de este proyecto se han establecido matrices institucionales con participación multidisciplinaria, de manera tal que cada organización cumpla su rol en cada una de las comunidades.

Durante la sesión de debate del taller, se abordó el tema de los organismos genéticamente modificados como medida de apoyo a la seguridad alimentaria.

Tejeda señaló que los alimentos transgénicos no se encuentran dentro del enfoque agroecológico establecido por el proyecto PALMA. Enumeró algunos inconvenientes como las pérdidas en la utilización de semillas por los agricultores y las afectaciones a la biodiversidad, además de las preocupaciones existentes en la población con los organismos genéticamente modificados.

Por su parte, el representante de la FAO manifestó que los alimentos transgénicos aceleran el proceso natural y aseveró que la seguridad alimentaria es posible lograrla con manejos más sostenibles que garanticen producciones más sanas y el cuidado del medio ambiente.

La Dra. Marta Herrera, de la Facultad de Ciencias Médicas, aseveró que sin una adecuada gerencia ningún proceso llega a feliz término y subrayó que la tecnología de los transgénicos es una opción a valorar siempre que esté avalada con la ética requerida.

El ejecutivo de la FAO recalcó que en Cuba queda mucho por hacer, para que el país se alimente de su propia agricultura. Consideró que existe en la Isla suficiente área para alimentar a todos los cubanos y se refirió a la importancia de emplear la agricultura intensiva y diversificada, sin labranza de suelo y con rotación de  cultivos, aspectos que favorecen producciones más limpias, mejoran el paisaje, incrementan los rendimientos y la diversificación de las cosechas, aunque el empleo de estos métodos requieren de tiempo y pasos seguros para lograr resultados significativos.

Reconoció Friedich el potencial académico y tecnológico de Cuba, y destacó que se impone vincular ambos aspectos con la producción para lograr la seguridad alimentaria que precisa la nación caribeña.

Otras inquietudes del auditorio fueron la necesidad de contar con un correcto etiquetado de los alimentos, la necesaria descentralización de la producción agrícola local y la integración de los sectores productivos en cada comunidad, temas que cerraron este nuevo espacio de Letra con Vida que apostó en eta ocasión por una seguridad alimentaria con soberanía.